Todo el mundo sabe lo que es un alquiler, y todo el mundo sabe que todo se alquila o puede alquilarse: un piso, un autómovil, una sombrilla, un chaqué... También se alquilan los libros, y eso es lo que hace el usuario de una biblioteca pública, alquilar una copia del libro, aunque en este caso el arriendo le salga gratis.
No siempre ha sido así, porque creo recordar que en mis tiempos de bachiller en ciernes, cuando inauguraron la biblioteca municipal de mi pueblo, para sacar libros había que hacerse socio, y para ser socio había que pagar una pequeña cuota mensual. Luego vino la cultura del gratis total.
Ahora, la Unión Europea exige que las bibliotecas paguen un canon a autores y editores, como en los videoclubs. Copia que se presta, copia que se deja de comprar. E ingresos que lógicamente dejan de percibir autores y editores.
Las bibliotecas españolas tendrán que abonar el canon, porque con la UE no hay tu tía, pero las autoridades culturales españolas han decidido que el dinero del canon salga de los presupuestos generales del Estado. El lector seguirá leyendo gratis.
¿Qué pensamos sobre este asunto? Esta es la pregunta de la nueva encuesta.
5 comentarios:
planteas un tema muy muy peliagudo, como es el de los derechos sobre las creaciones, y, por otro lado, el canon.
La esencia de las bibliotecas parece que lleva pareja la gratuidad, es decir, un sacrosanto lugar donde los libros se nos ofrecen cual amantes complacientes, sin costes dinerarios.
El gasto que pueda generar -sueldos, luz, alquiler de local, compra de libros...- lo paga en buena lid el patrón de la biblioteca, sea ayuntamiento, estado, o asociación cultural san Cucufato de los Boliches, quizá ayudados con esa aportación que tú dices en forma de cuota mensual o anual, que en realidad es un comino en las usualmente altas cantidades de mantenimiento.
De forma que ese nuevo gasto, el del canon, si lo absorve el estado, pues vale. Perfecto. Después de todo es cómplice de esa tropelía que han bautizado canon.
Entonces, si se privatizaran las bibliotecas, deberían eliminar el gasto como impuesto en la tributación.
El canon de biblioteca me parece lógico, quiero decir que responde a la lógica de la industria editorial.
Ni el agua del grifo es gratis, ni el autobús es gratis, ni el estacionamiento de vehículos en vía pública es gratis. ¿Por qué el aprovechamiento particular de libros en bibliotecas debía serlo?
Otra cosa es el tono de la vida cultural de este país (donde es costumbre leer el periódico de gañote en el bar), y la reducción de la "bibliodiversidad", una amenaza casi tan pavorosa como los cereales transgénicos (¿comerán pan nuestros nietos?).
Contra el canon, un artículo muy inteligente de un gestor cultural catalán (Cataluña, tierra de libros) en este link: ¡Que paguen las bibliotecas!
Después de leer el artículo recomendado por joaquín, me pregunto si la medida de el canon favorecerá a las bibliotecas si los escritores comienzan a colgar gratuitamente sus libros en la Red. Vazquez-Figueroa ya lo hace con argumentaciones como que está convencido de que hay público para todos los niveles adquisitivos.
http://vazquezfigueroa.blog.com/1940255/
En el país en que vivo –G. B.–, esa práctica es normal. Cada año se publica en algunos periódicos (p.e. el ‘Guardian’) una clasificación de las obras más prestadas en los últimos doce meses en todas las bibliotecas públicas, proporcionándose un número exacto de préstamos. Recuerdo que entre las veinte primeras, la mayor parte corresponden a literatura infantil, y son estos autores los que más dinero reciben del departamento correspondiente. Los novelistas de moda, ‘de calidad’ suelen empezar en la segunda centena. En ningún caso los lectores pagan por llevarse a casa un libro prestado. Bien es verdad que, recientemente, en algunas bibliotecas públicas (la British Library, creo) hay que pagar para sacarse el carnet de investigador.
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