LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

viernes, 24 de agosto de 2007

Descargo de conciencia


Lee uno Descargo de conciencia, de Pedro Laín Entralgo, y no sabe muy bien de qué tenía que descargar su conciencia este buen señor, que nunca hizo nada monstruoso ni criminal, ni cometió, que se sepa, más pecados que los corrientes y molientes que los curas se aburren de oír en los confesionarios, que se limitó a servir en la España que le dictaba su conciencia.
A decir verdad, este libro, más que Descargo de conciencia, debía haberse titulado Cambio de camisa. Y no lo dice uno por ofender la memoria del bueno de don Pedro, cuya obra respeta y admira, aun sin estar de acuerdo con él en muchas cosas. Sino porque enseguida se da uno cuenta de que, más que de ese nivel tan hondo que llamamos conciencia, conciencia moral, se trata aquí más bien de eso tan superficial y contingente como es la ideología, la política. Don Pedro se había pasado con armas y bagajes al campo adversario. Y ya se sabe que para que te reciban hay que hacer méritos. Laín disfrutó de todos los honores y prebendas durante el franquismo (ya se sabe, a su pesar) y después... también.
Yo no quiero atribuir a oportunismo la conducta del autor de A qué llamamos España, y estando estos días de gira con Girard, prefiero aplicarle al antrópologo Laín la antropología girardiana. El objeto de deseo era España, y los dos bandos eran hermanos, gemelos, dobles y rivales. Y ya se sabe que lo normal entre rivales es que surja el mimetismo mutuo. Nada hay más fácil, como sabía Antonio Machado, que pasar de lo uno a lo otro.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La desafección del Dr. Pedro Laín Entralgo del régimen venía de antiguo, como muy tarde 1956, cuando fue cesado como Rector de la Universidad de Madrid, donde lo había colocado el entonces ministro Ruiz-Giménez. Desde entonces, como él mismo dice, se convirtió en un "paria oficial" (página 447 de la edición de Barral Editores, 1976). Más que un descargo de conciencia es un ajuste de cuentas con el Régimen. En cualquier caso, su Descargo de conciencia (1930-1960) me parece un documento capital sobre la vida política y cultura de España en el siglo XX.

Anónimo dijo...

Otro personaje muy interesante del franquismo, éste felizmente vivo, es el economista catalán Fabián Estapé. También cesado del rectorado de la Universidad de Barcelona (1974-1976). Muy interesantes sus memorias, Sin acuse de recibo (Barcelona, Plaza y Janés, 2000).

E. G-Máiquez dijo...

Gran entrada y, a su altura, el estrambote de Joaquín. Gracias a ambos.

Joaquín dijo...

Gracias a los dos Enriques, por lo que a mí modestamente toque, aunque la responsabilidad “provocadora” es del maestro del blog.

Antes de postear me lo pensé dos y tres veces, porque Laín Entralgo, como muchos intelectuales españoles, es un signo de contradicción. Pero me he dejado llevar por el convencimiento de que el Descargo de conciencia es un libro importante (no deja de reeditarse: la última impresión, en Galaxia Gutenberg, gran formato, es de 2006).

Como documento histórico es impagable: Laín cuenta lo que vio y oyó. Con el libro a mano se me viene a la cabeza su paseo por Madrid la jornada del 14 de abril; o el infernal rescate de su cuñado del campo de concentración de Albatera, en Alicante, concluída la guerra; breves líneas tan densas que merecen copiarse:

Llegué de noche, y en los desvanes de mi memoria queda la confusa imagen de aquellos cientos o miles de hombres, vagando como sombras en una oscuridad sólo a trechos iluminada bajo las palmeras del inmenso recinto. Me presenté al oficial de guardia, le dije que entre los detenidos tenía a un pariente, y amablemente accedió a que me lo llevara, tras la no fácil faena de encontrarle en el seno de la abigarrada multitud…

La tragedia familiar de Laín Entralgo (que a fin de cuentas, es la de muchísimas familias españolas) es poco conocida. No sólo el periplo soviético de su hermano José. Su suegro, médico dermatólogo de Sevilla, fue fusilado en agosto del 36 (era amigo de Blas Infante). Ése es el dolor íntimo que compartió el matrimonio Laín.

Así que el caso de Pedro Laín no fue un vulgar cambio de camisa, y lo atestigua que la primera edición de su Descargo es del mes de abril de 1976: había esperado a la muerte de Franco, pero ni un minuto más.

Es un libro complejo, de estilo severo y lacónico. No es una simple crónica, sino unas memorias de un gran intelectual, y en ese sentido sí puede pensarse que “descarga una conciencia”.

Estoy de acuerdo con Enrique Baltanás en que algunas de las ideas de Laín Entralgo pueden ser discutibles o polémicas, sobre todo las antropológicas y escatológicas (el paradero del hombre cuando muere). Las expuso en algunos de sus libros de cariz filosófico: Qué es el hombre, o Cuerpo y alma.

Enrique Baltanás dijo...

Tomo nota de las memorias de Fabián Estapé: gracias por la pista.
En cuanto a "descargo de conciencia", es, efectivamente, un libro importante. Pero no se limita a contar, sino a interpretar. Precisamente ahí está lo interesante. Y lo discutible, claro.

Joaquín dijo...

Para ser equilibrados, una visión crítica en el "Catoblepas" (nº 2, abril 2002): ¿Laín liberal? A los veinticinco años de un descargo de conciencia

canalsu dijo...

¿Te acuerdas del mazapán y el vino de Toledo?. No hay día en este blog que no sea Navidad.

Anónimo dijo...

No comprendo esta controversia. El régimen actual ha intentado desprestigiar, no sólo a Laín Entralgo, sino a gente que en ningún momento ha tenido nada que ver con el franquismo, como Julián Marías, o Gregorio Marañón, o incluso exiliados, como Salvador Madariaga. Sobre todos ellos y otros muchos la progresía ha corrido un tupido velo. ¿Vamos ahora a ponernos en que Laín Entralgo fue un entreguista? Laín Entralgo, simplemente, como dice joaquín, tuvo valor para criticar al franquismo ya en tiempos del franquismo. El cambio no vino después.