LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

sábado, 24 de enero de 2009

Poesía y mercado (1 de 3)

Salvo el cariño verdadero, todo en esta vida va a la plaza, y allí se trueca, se compra, se vende o, al menos, se pregona. ¿Extrañará alguien que queramos hoy examinar la poesía al trasluz de las leyes del mercado? Tal vez resulte algo más productivo que ahondar diferencias, redundar en experiencias o agrupar poetas, como los vinos, por añadas.

Como el tiempo apremia y el espacio es corto, hagámoslo en forma de diccionario, que posee la ventaja añadida de que permite al lector saltar, como en el ajedrez el caballo, por las casillas que menos sean de su interés. Aquí van ordenados, por orden alfabético, los elementos esenciales de este mercado extraño, pero mercado.

ANTOLOGÍA: 1. Vídeo clip promocional de poetas jóvenes. 2. Sesión de lucha libre entre poetas maduros. 3. Panteón de papel para muertos ilustres.

AUTOR: véase PRODUCTOR.

BEST-SELLER: Que el best-seller poético existe pueden atestiguarlo las Rimas de Bécquer, los Veinte poemas de amor de Neruda o (ya no estoy tan seguro) las Poesías completas de Antonio Machado. El problema es más bien por qué no se renueva la oferta. Habrá que distinguir, de todos modos, los best-seller de ciclo corto —aquellos libros que conocen un éxito rotundo e inmediato, pero efímero— y los de ciclo largo, tan sólo mensurables por centurias.

BIEN MOSTRENCO: El bien mostrenco es lo que los romanos llamaban res nullius. Todo producto literario, de acuerdo con las vigentes leyes acerca de la propiedad intelectual, está llamado a convertirse, pasado cierto tiempo, en res nullius. Es decir, el producto literario, para resultar rentable al autor debe ser amortizado rápidamente. Si no, no trae cuenta, económicamente hablando, convertirse en escritor, y menos en poeta. Claro que la amortización depende de la inversión que se haya realizado, y también de las expectativas de beneficio que se abriguen.

DEMANDA: Desde el momento en que aceptamos que poesía eres tú, debemos reconocer que la poesía tiene un mercado potencialmente ilimitado. De hecho, no hay pueblo que haya podido vivir sin poesía. Incluso las antiguas leyes estaban escritas en verso, y la poesía popular, eso que nadie sabe lo que es, existe milagrosamente todavía (según me cuentan unos amigos que se han topado con ella en no sé que aldea perdida). Pero en cuanto a la poesía en libro estos son los aguafiestas datos: sólo un 12% de los españoles dice leer poesía, y sólo un 4% admite que la compra. Quizás la gente consuma poesía (en canciones, en discos...) pero desde luego no compra libros de poesía.

3 comentarios:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me pregunto por qué antes la poesía gustaba a todo el mundo, por qué nuestros abuelos se sabían todos poemas de memoria, y ahora no. Un abrazo

Bruno Mesa dijo...

Brillantes esas entradas de un diccionario personal que al menos yo compraría.

Un abrazo.

Adaldrida dijo...

Qué bueno, qué grande... ¿por qué quedarse en el 3?