Hoy voy a hacer algo que no sé si contraviene las leyes, fueros y ordenanzas de la andante bloguería. Me voy a "traer" (¿robar?) del blog de Juan Antonio González Romano, Ah de la vida, una soleá que publicó hace unos días, y que es ésta (y a la que en adelante llamaremos versión A):
Fue tanto lo que te quise
que cuando vuelvo a besarte
me saben tus besos tristes.
Yo le puse un comentario en que le sugería que cambiase el segundo verso por este otro: "que ahora que ya no te quiero". Con lo cual, la soleá (versión B en adelante) quedaría:
Fue tanto lo que te quise
que ahora que ya no te quiero
me saben tus besos tristes.
Esta variante a algunos les pareció bien y a otros no tanto. La razón por la que propuse la variante es ésta: en la versión A no queda claro qué es lo que ha pasado, porque ya no la quiere (o le, porque del sexo no se habla), eso está claro, pero parece que sigue con ella (o con él) y en ese caso los besos, creo yo, no pueden ser tristes, sino odiosos y hasta repugnantes, si es que no hipócritas y fingidos.
Con la versión B conseguimos: que quede claro que ha habido una ruptura, que ya esos besos no se dan sino que se recuerdan o se sueñan, y que en ese recuerdo o sueño aparece el dolor y la nostalgia, quizá porque un amor verdadero ("fue tanto lo que te quise") no se olvida, y así contrabalanceamos ruptura y recuerdo.
Bueno. Juan Antonio decidirá por qué versión se decanta. Quede claro, de todas formas, que el poema es suyo y solamente suyo. A mí ha habido amigos que me han regalado alguna vez un verso, como yo mismo he regalado otros.
Y ahora voy al meollo de lo que me proponía plantear aquí hoy. (Quede, pues, la discusión sobre si A o B, o quizás C, en el blog de su legítimo dueño).
Es costumbre entre poetas, cuando terminan un libro, dárselo a leer a algún colega de su confianza, para que le señale posibles fallos de cualquier tipo y le comunique su impresión.
Pero el colega es normalemente una persona ocupada, a la que asaltamos en la jaula de su tiempo, abusando de su paciencia.
Alguna vez he defendido que una de las funciones del blog podría ser la de servir de borrador, o de taller, o de tubo de ensayo, de escrituras.
¿Y si en vez de atracar el tiempo de nuestros amigos, bien escaso (el tiempo, claro, pero también los amigos), colgáramos nuestros poemas en el blog para que los lectores, los que quisieran por supuesto, le dieran "un repaso"?
Conste que esto es una reflexión, no una amenaza, así que no tembléis.
[Nota de ambiente: mientras escribo esta entrada, están repicando las campanas de la Giralda. A ver si adivináis por qué]
15 comentarios:
Muchísimas gracias, Enrique, por la mención, por la entrada toda. Ya en mi blog he puesto un enlace y un comentario sobre este asunto para continuar las reflexiones allí, en su contexto, teniendo en cuenta los comentaristas que ya pasaron y lo que dijeron.
Sobre tu reflexión del blog como taller, totalmente de acuerdo. Como banco de pruebas es estupendo y ya con Enrique García-Máiquez en alguna ocasión hemos reelaborado o versionado haikus.
También puede ocurrir que una entrada dé pie a réplicas poéticas, como ocurrió ayer aquí.
Así que, por mi parte, bien venidas sean todas las sugerencias. Si de buenos vienen, como es el caso, habrá que agradecerlas y considerarlas. Al fin y al cabo, tras las sugerencias y la reflexión, sólo puede haber mejoría.
Reitero mi agradecimiento.
Yo, que soy la humilde persona a la que cita el PROFE en su aportación, estimo que, efectivamene, el blog puede ser un reducto de los talleres literarios en el que las sugerencias son bienvenidas.
Su aportación al poema de Juan me pareció interesantísima, aunque me gustaba más el original.
Saludos amables, D. Enrique.
Veo buena la idea del taller, pero estimo que se debería abrir un blog titulado "taller de poesía" entre los interesados, con un titular y los colaboradores que se quieran, para no interferir demasiado en los blogs habituales.
En cuanto a la soleá, veo que en tu versión el "argumento", por así llamarlo, está mejor conseguido, pero me "suena" mejor el original. Supongo que habrá que elegir entre una u otra cosa.
Un saludo, Enrique.
Yo opino que ésa es una de las funciones del blog. Cuando cuelgo un poema, me encanta que la gente comente, no sólo para alabar, sino para aconsejar. El problema es que en un blog no puedes colgar entero un libro de poemas, sino poemas sueltos y entonces el lector avisado no puede darte un consejo en condiciones. Y me quedo con las ganas de saber por qué repican las campanas.
A mí me gusta mantener, siempre que se pueda (ahí manda el oído) el carácter trisilábico de "ahora". Así que pondría:
"que ahora que no te quiero" (el "ya" está implícito).
Saludos.
Jesús (Beades): ok, el "ya" sobra.
Cotta: ¿cómo que no es posible colgar un libro entero? Si quieres, un día te explico cómo. O puedes mirar en la columna derecha de mi blog: ahí tengo colgados tres.
Ah, las campanas: ayer fue la víspera de la fiesta que hoy se celebra, la Ascensión.
Comparto la tesis de esta entrada y creo que en poesía las correcciones de los amigos son esenciales y que, como muy bien subraya Baltanás, eso no vulnera el derecho de propiedad del autor.
En cambio, sobre la soleá he terminado, después de leer las versiones de unos y de otros, aquí y allí, hecho un lío. No sé cuál prefiero. Quede claro que todo este trabajo de taller me parece apasionante.
Quizás el problema de la corrección/revisión sea el carácter público, no confidencial. Y eso acojona.
Enriques, a mí me viene a pasar lo mismo: ya no sé con cuál de las dos quedarme. O dicho de otro modo:
No sé con cuál me quedaba:
la que besa sin querer,
la que soñó que besaba.
Con mi agradecimiento a todos.
Sí, Enrique, yo también me he hecho un lío. Que Juan Antonio se lo piense, sin prisas, y que resuelva con su mejor criterio. Los demás aportamos nuestra opinión, y él (la soledad irreductible del poeta) resolverá.
No, si al final va a resultar que el blog no sirve como taller, sino como laberinto. jaja.
Bueno, démosle tiempo al tiempo, Juan Antonio: sácala del cajón cuando pase un idem y ya ves. Saludos.
Aunque llegue tarde he de decir que prefiero particularmente la versión A de González Romano a la B de Baltanás. Partiendo de que el primer y el tercer verso coinciden y sólo cambia el segundo en la versión de Baltanás se le da al lector el guiso cocinado y el sentiemiento categóricamente establecido. ¿No pueden saber los besos tristes aunque se siga queriendo a una persona? El "cuando vuelvo a besarte" en lugar del "ya no te quiero" (mejor también el ahora de Beades) introduce cierto elemento de indeterminación y vaguedad y es el centro sobre el que gravita la soleá, su elemento misterioso, vamos, su ambiguo y opinable y acierto. La versión B resulta previsible El eje de la primera es que se vuelve a besar, bravo, el de la segunda que ya no te quiero. En fin, que en este mundo traidor. como bien sabe el machadiano Baltanás, nadaes verdad ni es mentira y todo es según el color del cirstal con que se miray a mí me entra más la versión de González Romano. Las correcciones entre poetas amigos están bien y son muy útiles, aunque también entrañan cierto peligro, pues ocasiones hay, y no lo digo por este amable y elegante debate, en que las correcciones empeoran o un ciego guía a otro ciego, aunque es justo decir que hay otras correciones que son una extraaordinaria ayuda. Its depends on the circunstances... En fin, me gusta más la versión de González Romano, aunque la versión de Baltanás también sea buena
Opino que se debe guardar en el cajón, deja de acojonar por unos días.
Demasiado pronto parecen esas horas para repicar por la Ascensión. O te han dado un premio o es por aquello del vituperio, la afrentosa servidumbre y el duro cautiverio, y porque "de la gloria estamos en la cumbre" (siguiendo la pista de ese pozo de sabiduría que es Ex Orbe).
Y en cuanto a la soleá, no sé, yo ni voy a caballo ni soy poeta, pero después del "ahora que no te quiero" tampoco me pega que la siga besando, ni en recuerdos, ni en sueños, ni en nada. A mí sólo me enlazan el primer y el tercer verso si la sigue queriendo pero, por lo que sea, la ha perdido; si la -o le- besa en otros besos... o algo así. Como puro peatón me atrevo a opinar.
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