LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

lunes, 20 de julio de 2009

Escritores locales: Fernando Pérez Marqués


Me emocionan los escritores locales, no lo puedo remediar. Escritores locales los hay buenos y los hay malos. Como también hay grandes autores malos, Joyce pongamos, o Camilo José Cela, ese actor de segunda que escribía novelas de tercera.

Ahora, ¿qué es un escritor local? ¿El que sólo aprecian en su pueblo? ¿El que no logra traspasar esos límites? ¿El que sólo hay que leer, como las guías de viaje, cuando uno se dispone a visitar, o a recordar, en la realidad o en la imaginación, un lugar extraño para nosotros?

El escritor local es monotemático, habla del terruño y sólo del terruño. Pero ese terruño puede ser modesta villa o capital y corte. Puede ser Moguer, Urueña o Arcos de la Frontera, o Roma o París o Venecia...

La Editora Regional de Extremadura publica De Extremadura. Cuatro esquinas de atención, de Fernando Pérez Marqués (1919-1993). Son cuatro ensayos que hablan de Extremadura en Azorín, que trazan un semblanza de Godoy, que sitúan a Pedro Crespo, el alcalde de Zalamea, en su contexto extremeño, que nos ofrecen, en su último capítulo los "Trasuntos literarios de Mérida".

Pérez Marqués era un imitador del fraseo azoriniano, y a veces da la impresión de que estuviésemos leyendo al mismísimo maestro de Monóvar. Pero imitar lo bueno no puede ser nunca malo. Y cuánto amor por la tierra, por la patria chica, por eso, sí, que ya hemos mencionado, por el terruño, por su paisaje, su historia, su paisanaje.

Pérez Marqués es un escritor escondido, recoleto, como una callejuela de Plasencia o un convento de Mérida. Pérez Marqués nos recuerda esa verdad olvidada, que España son sus pueblos, que los pueblos son la realidad visible de la patria.

Escritores locales... escritores que merece la pena localizar.

1 comentario:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buena labor, la que realizas con los escritores locales.

Muchas veces hay auténtica literatura, y de la buena.