Los textos breves (microrrelatos, breverías, haikus…)
deberían llamarse, en realidad, textículos.
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Dadme una palanca y moveré… cualquier cosa, menos el
mundo.
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Leibniz decía: “Vivimos en el mejor de los mundos
posibles”. Dios, no quiero ni imaginar que sería de nosotros de habernos tocado
el peor.
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Salvo para el místico, la fe no es certeza. Para todos
los demás, no pasa de ser una razonable suposición. Pero vivimos de
suposiciones (por ejemplo, que el hombre ha llegado a la Luna). Y algunas de
ellas, bastantes infundadas.
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La mesa de tres patas nos parece que está siempre en
un difícil equilibrio.
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Amo en ti lo que odio en mí mismo.
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Tú eres todo lo que yo no soy: por eso te amo y por eso te odio.
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Juan José Tablada: un poeta del que con sólo dos
versos (¡Mujeres que pasáis por la Quinta
Avenida/ tan cerca de mis ojos, tan
lejos de mi vida!...) logró que se olvidara el resto de su obra.
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¿Cómo será nuestra muerte? Procuremos que, sea como
sea, no nos coja por sorpresa.
3 comentarios:
Sí. Y muy bonitas las nogalinas.
Muy buenas (que no es que te salude, aunque también).
Me encanta la de Leibniz. Y la primera es genial.
La sexta es muy meritoria.
La última, no sé que decirte, tampoco sería tanta ¿no?
Lo de textículos es todo un hallazgo.
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