Definitivamente, a Juan Ramón no le gustó nada el prólogo que antepuso Bergamín a la Obras completas de Machado, que publicó en 1940 para la editorial Séneca. Las relaciones de Juan Ramón con Bergamín estaban envenenadas, por lo mismo que un día fueron amistosas y estrechas.
Tras llamar a Bergamín "prologuero de muertos indefensos" le reprocha "prologar una obra escrita casi en su totalidad antes de cualquier circunstancia social, por grave que ésta sea, y destacar casi exclusivamente esa circunstancia y su relación con la obra", pues esto supone, a juicio de Juan Ramón, "relegar casi totalmente también esta obra a un segundo plano, del mismo modo que ocurriría con una vida".
No se puede negar que esto es lo que hace Bergamín en su prólogo, aunque quizá la cercanía de la guerra, sólo acabada un año antes, le sirva de disculpa.
Tampoco le gustó a Juan Ramón cierta comparación que hacía Bergamín entre la vida anterior del poeta y la que "disfrutó" durante la guerra:
"No me parece acertado decir que Antonio Machado vivía antes de la guerra en cuartuchos pequeños, en los que vivían tantos que como él arrastraban su vida española; y que sólo la guerra y la muerte le ofrecían el palacio y los jardines en que él hubiera querido o debido vivir siempre (para llevárselo más a gusto de él). Esto, conociendo a Antonio Machado, tan poco necesitado de suntuosidades, me parece injusto y lijero, y más en las condiciones que traía a todos y a él una guerra de injusticia social."
Sea como fuere, lo cierto es que el mismo año que aparecía en Mexico la edición de Bergamín, se publicaba en Madrid la edición de sus Poesías completas (no lo eran) con el famoso prólogo de Dionisio Ridruejo titulado "El poeta rescatado". Dos intentos paralelos de apropiación... ¿indebida?
En todo caso, no fueron los únicos, ni serían los últimos.
2 comentarios:
Indebida... hasta cierto punto. Las apropiaciones no son más que interpretaciones, tan lícitas y discutibles como las demás.
Llevas razón, Jesús.
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