La sensación molesta, tal vez algo culpable,
de haber perdido trenes,
de haber subido a otros que ignoraba su punto
de destino,
de haber gastado tiempo, vida, libros
en humo, fantasías, musarañas.
La torpeza, la apatía, la timidez.
Hay alguien de quien pude ser amigo
y no lo fui.
Una ciudad que aún no me conoce,
donde podría haber sido feliz.
Unos labios que hasta mí se acercaron
anhelantes
y que yo no besé.
Unas páginas que imaginé y luego no he
escrito,
ni podré ya escribir.
La voluntad que muere cada tarde.
La desgana de cada amanecer.
La sensación
de aún seguir buscando
—sin encontrarlo nunca—
lo que más me importaba.
7 comentarios:
Pues... es un martillazo en el alma.
el consuelo de la eternidad no tiene parangón. El tiempo es relativo. Nada se pierde. Nada se malgasta. Sabemos que somos y nunca dejaremos de existir. Hay millones de experiencias que tener todavía. Laq edad física es una ilusión.
Pero mientras tanto has encontrado este admirable poema, no está mal.
Nos sientan mal (o bien, vete a saber)las vacaciones, querido Enrique.
Para uno motores y parece que el barco se le va a pique.
Un poema impresionante, y un imperfecto perfecto y demoledor. Esa pequeñita desinencia al final sí que es un tren que descarrila, mucho peor (o mejor, vete a saber)que los trenes perdidos o los que acaban ni se sabe dónde.
Tu Julián Arjona en "A punto de dejarlo", entre otras cosas muy interesantes, dice o se dice esto que me gustó mucho: "... Ahora que ya no espero nada. Nada más que lo que se puede esperar. Que es lo que casi nunca esperamos."
Esperar, buscar, poder, importar o no importar, en presente, en pasado, en potencial, en subjuntivo... Son los fantasmas vacacionales, no hay que hacerles mucho caso.
Tienes razón, CB (también Julián Arjona). Sólo ten en cuenta que el poema lo escribió un hombre muy distinto del que ahora soy. O, mejor dicho, del que quiero ser. Feliz verano.
La vida es una ráfaga continuada de circunstancias, Enrique.Es un gran poema.Uno de recorrido melancólico y que dibuja un gigante "Y si..."; Es inevitable, me temo, todos soportamos una carga de "ysis" de mayor o menor cuantía, ¿verdad?.
Dices que el poema lo escribió un hombre muy distinto al que ahora eres,(si me permites), pues me alegro de que así sea.Solo a través de aquel que fuiste has conectado con esta mirada retrospectiva y llevado a término este ejercicio de introspección-poema, tan empático y que me ha gustado leer.Gracias.
Saludos
Setefilla
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