"Triunfar -escribe Jean Guitton en Le travail intelectuel- consiste en acostumbrar a la gente a vuestros defectos, y en el mejor de los casos, hacérselos desear como un alcohol."
Y allí mismo, en otra página:
"Los únicos autores antiguos que leemos todavía no son los que han dicho las mayores verdades, sino aquellos cuyo lenguaje ha conservado la huella de su yo."
Al pronto me parecen frases deslumbrantes y certeras, pero lo pienso un poco y.... ¿Qué huella del "yo" de Homero hay en la Ilíada o en la Odisea? Y triunfar, lo que se dice triunfar, ¿quién triunfa, si todos perecemos?
Pero, por otro lado, y en cierto sentido... ¡Cuánta razón tiene Jean Guitton! Hoy estoy perspectivístico.
2 comentarios:
Pues sí, creo que de yoes estamos más bien sobrados... pero inmediatamente me acuerdo de Montaigne.
Creo que este es uno de los dilemas buenos, de esos en que las dos opciones son verdad.
El argumento de la justicia que nunca encontraremos en este mundo: sugiero la lectura de los parágrafos 41-43 de la última encíclica Spe Salvi de Benedicto XVI.
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