LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

domingo, 19 de junio de 2005

La papeleta (un caso de bisemia)

matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua, vigésimo primera edición).
¿Qué pondrá en la vigésimo segunda?

Por cierto, que la enciclopedia ENCARTA (© 1993-2003 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos) define matrimonio en los siguientes términos: "es la unión estable entre hombre y mujer, convenida de acuerdo con la ley, regulada y ordenada a la creación de una familia. No se trata de una creación técnica del Derecho, sino de una institución natural que el ordenamiento regula en interés de la sociedad."
¿Será Bill Gates un furibundo y rancio papista, un militante secreto del PP? Pues que vaya tomando nota, o nos pasamos todos al Linux.

Penúltima apostilla: la misión del político es solucionar problemas, no crearlos. Pudiendo haberse resuelto el tema de las uniones homosexuales de manera no conflictiva, ¿por qué se ha elegido esta vía polémica y, cuando menos, discutible? Por mera torpeza... no lo creo. Me da el pálpito de que lo que se busca es eso, tensionar, polarizar, dividir entre "progres" y "carcas", entre rancios y modernos, sin permitir el matiz, la postura individual, la reflexión serena... Nos están preparando ya para las elecciones anticipadas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Enrique, te has olvidado de una acepción, que es justamentamente la más aplicable en este caso, la de matrimonio civil: "El que se contrae según la ley civil, sin intervención del párroco". Y la ley civil en democracia la hace el parlamento.
¿Sabías que cuando se estableció el matrimonio civil se alegaron los mismos argumentos que hoy?
Me parece muy bien que podamos dialogar "blogísticamente"
Un fuerte abrazo

Enrique Baltanás dijo...

Pero fíjate, Leopoldo, que esta segunda acepción se basa y presupone la primera, con la única variante de que la autoridad es civil y no eclesiástica. Por supuesto, las leyes civiles las hacen los parlamentos: lo cual no quiere decir que siempre acierten (chapucean a menudo).
La iglesia católica, es verdad, se ha opuesto a casi todo, y hay incluso no sé qué enciclíca (¿el Syllabus?) que condena la modernidad EN BLOQUE.
Pero la cuestión no es tan simple porque tampoco, creo yo, deberíamos entregarnos al panfilismo de creer que todo lo moderno es bueno.
En fin, mucho hay que hablar de todo esto, mucho que matizar, y por eso mi rebelión ante la polarización y la consigna. Que parece que es lo que va a predominar en esta temporada.