Un buen amigo mío, lector habitual de El País por más señas, recibe una invitación a firmar un manifiesto que arguye en estos términos:
A RAIZ DE LA POLEMICA DEL TEATRO ESPAÑOL
A raíz de la polémica suscitada en torno a la programación del espectáculo “Todos somos Lorca” de Pepe Rubianes en el Teatro Español y su consiguiente retirada, por voluntad de su creador, a causa de las amenazas violentas realizadas por determinados sectores de nuestra sociedad, creemos necesario manifestar nuestro rechazo a cualquier interferencia política y mediática en el terreno abierto y libre de la cultura.
Hechos de esta naturaleza no pueden afectar la buena marcha de la gestión de un teatro público que, desde la llegada de su actual equipo directivo, ha abierto sus puertas a la escena contemporánea nacional e internacional con una programación plural de indiscutible calidad que cuenta, además, con una gran afluencia de público.
Esperamos que Mario Gas y su equipo no cedan ante hechos ajenos al teatro y sigan adelante con su proyecto, libres de presiones que dificulten la verdadera naturaleza de su labor.
Y mi buen amigo, que no deja un solo día de leer El País, redarguye en estos otros:
Querida X:
Estoy totalmente a favor de estar en contra de las interferencias "políticas" en la cultura. Pero en lo que me envías no se habla de ninguna interferencia política sino de "sectores de la sociedad". Si alguien le ha amenzado al señor Rubianes o al señor Gas (lo que es absolutamente rechazable), será alguien (por muy anónimo que sea) y no "sectores", del mismo modo que los que firmáis lo que firmáis sois personas y no sectores de la sociedad. En cuanto a las interferencias mediáticas, eso se llama, habitualmente, "sección de cultura" de los periódicos y libertad de expresión. Como la que disfruta el señor Rubianes y los firmantes de "A raíz de una polémica...", tan a favor, al parecer, y tan extrañamente, de la censura de prensa
Con todo, lo más extraño es que se hable en vuestro manifiesto de interferencias políticas cuando de lo que se está hablando es de subvenciones y las subvenciones a la cultura son o pueden ser las peores y más notorias interferencias políticas que puede sufrir la cultura.
El señor Rubianes, como cualquier otro, tiene todo el derecho del mundo a estrenar su obra, a lo que no tiene todo el derecho del mundo es a recibir una subvención. Exactamente igual que me pasa a mí (soy el ejempo que tengo más cercano y que mejor conozco), que de vez en cuando, como editor , recibo subvenciones, pero no todas las que me da la gana.
No creo que sea justo que el señor Rubianes pueda ser objeto de subvenciones públicas (pagadas entre otros por los mismos a los que insulta), "sin ninguna interferencia", supervisión, control o como quiera llamársele. Ya sé que él pidió disculpas por sus dasafortunadas declaraciones en TV3 y que aclaró que no quería insultar a todos los españoles sino sólo a la mitad aproximada que son más o menos de derechas. Estoy seguro también de que si se hubiera imaginado el lío que se iba a armar no hubiera dicho nada de lo que dijo. Pero la broma que gastó, gastada queda y habría que minimizarla en lo posible y olvidarse lo antes posible de ella (e incluso de Rubianes). En mi opinión, desde luego no está nada bien que se le amenace, pero menos aún, creo yo, que se le pongan medallas y se publiciten manifiestos "culturales" en su honor.
Me parece, finalmente, que hay cierta hipocresía en eso de estar a la vez a favor de una cultura libre, aparentemente libre y a la vez a favor de una cultura de la subvención, representada en este caso por el muy teatral y angélico Teatro español de Mario Gas.
A no ser que todo esto no sea sino un poquillo de teatro para echarle una mano a unos amigos, lo que ya me parecería mucho mejor, aunque igual de admirable.
5 comentarios:
Extraordinaria la carta. El 'mundo de la cultura' tendría que pagar para que la publicasen en El País.
Pensando en el asunto, y en el santo nombre de España, he recordado un gran poema de Cernuda, "Impresión de destierro":
"¿España? ... Un nombre. España ha muerto"
Desde luego que su amigo tiene las cosas claras y, encima, lo dice.
Yo, con todos los respetos para el señor Rubianes que no tuvo con varios millones de personas, tengo que decirles a los abajofirmantes que Lorca no somos todos ni mucho menos. Boadella, por poner un ejemplo, si ha estado varias veces a punto de serlo en los últimos meses. Suerte que sigue vivo y sin abajofirmantes lapidarios.
Gran carta la de su amigo! Gracias por permitir que la leyésemos aquí!
Había una vez un circo... España es así.
Saludos desde el exilio,
Breo
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