Doctrinario es aquel que jamás permitirá que la complejidad de la vida penetre en la simplicidad de su pensamiento.
Yo aspiro a sostenerme sobre un pensamiento firme, sólido, bien cimentado, pero con cámaras ventiladas, cristales transparentes y limpios, ventanas casi siempre abiertas.
No sé si lo conseguiré.
O, quizás, mejor dicho, por cuánto tiempo.
4 comentarios:
Gran definición (y una advertencia para todos nosotros). Hay que tener las ventanas abiertas, pero también alguna vez cerradas, como dices (¡cierra la ventana que se escapa el gato! decía mi abuelo).
Abiertas las ventanas, que entre el aire puro. Pensar es como respirar: de la atmósfera se coge el oxigeno, pero a la atmósfera se devuelven los gases tóxicos que procedan del aire, ya se produzcan por la combustión interna de nuestras vidas.
Si el oxígeno es el combustible de nuestro cuerpo, ¿ cual es el fuel del alma? eso que entra por esas ventanas que hemos de dejar abiertas.
Os ofrezco un link de una página web que me parece muy recomendable, promovida por la Universidad Pontificia de
Comillas:
http://www.tendencias21.net/La-fisica-cuantica-arroja-una-nueva-vision-de-los-procesos-sociales_a1239.html?PHPSESSID=08e999576d90231b8133abb9e1f54f1a
Doctrinario es aquel que jamás permitirá que la complejidad de la vida penetre en la simplicidad de su pensamiento.
Muy buena frase para anotarse, sí señor.
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