LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

lunes, 6 de noviembre de 2006

Las hormigas

[Hormigas, de Baldomero Romero Ressendi]

Aburrido, abrumado, atónito por el espectáculo de los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa, o en el ruedo político y mediático, me dedico a mirar las hormigas.


Las hormigas emulan

el tráfico rodado,

las filas de automóviles

que recorren las calles.

Pero se saben sabias

y jamás del atasco

padecen los fastidios.

Su empresa de transportes,

aunque lenta, no falla.

Ellas van por su senda

pequeña y marginal

en que nadie se fija,

como no sea un niño,

que el niño es el amigo

de la hormiga pequeña

tal vez sólo por eso,

porque es también pequeña.

Las hormigas emulan

el pasar de las gentes

en hileras nutridas

por las calles repletas

de la ciudad que bulle

en día laborable.

Nadie sabe qué piensan

las hormigas del hombre.

Lo verán como extraño

gigante peligroso,

pensarán que es hormiga

rebelde a su destino,

crecida y monstruosa.

Por grietas y rendijas,

sosteniendo su carga

de briznas y de migas,

ellas van a lo suyo,

que es también lo de siempre,

en hileras, sensatas,

formales, laboriosas,

sin salir de la senda

que Dios les ha marcado.

Campestres y rurales,

en la ciudad parecen

vivir en el destierro.

Que el infierno comparten

-pero ellas, a lo suyo-

del hombre el hormiguero

gigantesco y caótico.

Un ejemplo nos dan,

una lección callada.

La fila de la hormiga

embobado contemplo.

Y no logro saber

lo que quiere decirme.

5 comentarios:

GFO dijo...

Yo rememoro a las hormigas,cuando veo a los japoneses en los aeropuertos.
Esas filas de turistas nipones obedientes,en grupo,atentos a la voz del guía,de cualquier gesto,para seguir con paso firme,militar, a su autobus de destino.
Y los ves allí, con sus bultos y maletas,como esas hormigas que portan alimentos,pero estos además sonrientes,felices,cámara en ristre,inmortalizandolo todo.
Lo mismo les da,como a las hormigas,que llueva o que luzca el sol.
Ahí estan.
Que cabrones,estos nipones.

almena dijo...

Extraordinaria reflexión en bella clave poética.

:)

ecasual dijo...

Qué gran poema. Tienes un magnífico blog. He llegado siguiendo las huellas de Almena.
Saludos!

Adaldrida dijo...

Tu poema me ha recordado mi niñez, cuando yo filosofaba animada por el entorno familiar. Me recuerdo con ocho años, en el patio de mi colegio, pensando en que, para las hormigas, yo era un gigante inmisericorde.

Anónimo dijo...

Verdaderamente, el entorno familiar es decisivo para que a tan tierna edad se alcancen tamañas reflexiones.