Y ayer murió Milton Friedman, uno de esos hombres a los que la Humanidad debe mucho, mucho más de lo que creemos.
Por ejemplo, que fuera posible que 800 millones de chinos pudiesen comer tres veces al día y hasta poderse comprar frigoríficos y motocicletas.
Los chinos (y no sólo Pinochet, Reagan o Thacher) lo llamaron como asesor cuando iniciaron la reforma capitalista del irreformable comunismo.
Teodoro Obiang ya no lo podrá llamar. Pero quedan prestigiosos discípulos en Chicago, don Teodoro, por si vd. se decidiera.
1 comentario:
A ver si se enteran los de Syriana, que los muy soplagaitas, sobre hacer una buena película, lanzan una alusión sarcástica al difunto con la mala leche del sociata occidental.
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