Sigo con mis cogitaciones machadianas, y en concreto sobre el teatro, tan mal entendido, de Manuel y Antonio.
Por supuesto, Las adelfas (1928), aunque así lo venga repitiendo la crítica desde el día de su estreno (el último, Gibson), nada tiene que ver con el psicoanálisis.
Cierto que Freud puso "de moda" la interpretación de los sueños. Pero la interpretación de los sueños ya existía mucho antes de Freud, y como se sabe, no es esto lo medular ni lo original del psicoanálisis.
Cierto también que en la obra se alude a "un doctor austríaco" e incluso se menciona la palabra "psicoanálisis". Pero estas alusiones están llenas de retranca y distanciamiento irónico. Se insiste en que, antes de pasar a manos de los médicos, el valor de los sueños ya era conocido por los poetas. Ahora "hasta se operan", dice el médico (médico, no psicoanalista) Carlos Montes, con evidente ironía. Y más ironía aun sobre la eficacia clínica del psicoanálisis es la que muestra Carlos Montes cuando Araceli le pregunta que si los sueños se curan, y él responde:
Con la divina asistencia,A lo que añade poco después que "no todo/ es farsa en la nueva ciencia/ del psicoanálisis". ¿Y qué es lo que no es farsa en esta nueva ciencia? Pues lo más viejo y sabido, que "el alma/ puede enfermar".
algunas veces.
Y pasa Carlos Montes (o los Machado, que hablan por su boca) a exponer su teoría, que, aunque con leves puntos de contacto con el psicoanálisis, no es psicoanálisis. Porque más que basada en sueños, está basada en el diálogo. Si el diálogo socrático estaba destinado a encontrar verdades universales o ideas puras, este "erotemática nueva" va destinada a encontrar las verdades personales, las de cada uno, "las que cada cual al fondo/ sin fondo del alma lleva". Desde luego, Freud nunca hubiera hablado de "alma". Este mundo oscuro hay que sacarlo a la luz: "una cura/ de sol como otra cualquiera".
Al final, Araceli estará curada, pero no por el psicoanálisis ni por la interpretación de los sueños, sino por el amor, ahora sí, el verdadero amor. Así lo reconoce la propia Araceli, dirigiéndose a Salvador (nombre parlante, claro está), en la escena final de la obra:
Lo que es la vida,Entonces, si Las adelfas nada debe al psicoanálisis, ni menos aun lo sigue en su doctrina, ¿de qué trata la obra? Ya Enrique Díez Canedo reconocía que le resultaba algo confusa. Pero de confusa no tiene nada para un lector atento. Para verlo más claro tendremos que resumir su argumento. Operación, esta del resumen del argumento de una obra literaria, menos inocente de lo que pueda parecer.
lo he sabido yo ahora al verte.
Lograste desencantar
la princesa que dormía,
y no sólo despertar:
para mí se hizo el día
cuando te he visto llegar.
Tú me has devuelto la calma
y convertido el dolor
que me mataba en amor.
cuando te he visto llegar.
1 comentario:
Enhorabuena por su blog y por estos magníficos apuntes machadianos.
He sido alumno suyo en la facultad, si lo tiene a bien pásese por mi blog.
http://pregonerodesevilla.blogspot.com/
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