Natalia Pastor me invita a dar mi opinión sobre la concesión sucesiva y acumulativa del Premio Reina Sofía y del Premio Cervantes al poeta leonés Antonio Gamoneda. No lo creo necesario, porque quien haya leído mi apunte Para una taxonomía de los premios literarios ya puede suponer la opinión que el asunto me merece.
Álvaro Valverde, en su blog, hace estas cuatro apostillas oportunísimas a la cuestión:
1. Se podría decir, en general: Andrés, José Luis, Vicente, Felipe, lo siento; Olvido, Miguel, Tomás, Jordi, enhorabuena.
2. Y el Cervantes, a sí mismo: templanza, maestro, que este premio es también de doña Dulce María Loynaz y don José García Nieto.
3. Y don Luis María: Lo que hizo Aznar con Jiménez Lozano lo hace ahora Zapatero con Gamoneda.
4. Y uno: ¿son acaso menos los dos escritores por eso?
En el punto tres habría que leer íntegro el artículo de don Luis María, que viene a proponer que la cosa se haga menos descarada o más sutil, a través de una comisión de académicos de ambas orillas del Atlántico.
Por lo demás, quizás lo más sensato en todo esto lo ha dicho el propio Gamoneda quien, después de enterarse oficialmente, declaró que “mi poesía no es hoy mejor que ayer”. Una sinceridad que le honra.
En fin, querida Natalia, que nada de esto tiene que ver con la literatura. Aunque el premio se lo den a un literato.
1 comentario:
Me parece tristísimo que la poesía de Gamoneda tenga que ser puesta en entredicho por la concesión del Cervantes, pero a estos lodos nos ha llevado el sectarismo de ZP, un personaje, éste sí, siniestro.
Antonio Gamoneda es, para mí, un grandísimo poeta al margen de sus ideas políticas.
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