Frente a tanto laicismo,
vamos a adorar al Niño.
vámonos a hacernos magos;
del pecado los estragos
Él va a mudarlos en flores.
Vamos a adorar al Niño.
Flores de sangre serán
del que hoy duerme en el pesebre
por que el mundo las celebre
por los siglos que vendrán.
A pesar del laicismo.
Vamos a adorar al Niño.
La mirra, el incienso, el oro,
los más humildes presentes,
misterios son transparentes
de este divino tesoro.
Juntémonos en un coro
y, enmedio del laicismo,
vamos a adorar al Niño.
2 comentarios:
Esto se complica, Enrique. Me gustaría escribir como tú para poder explicar qué de malo tiene un sentimiento, con las pocas veces que se presenta, sin que ningún cretino venga a decirme:
-¡Oiga, y por qué no tiene usted este sentimiento durante todo el año colaborando con una ONG!
-¿Y quien le ha dicho a usted que no lo tengo?
-Porque se le ve que se emociona y estamos a una semana de la Navidad…
-Es que es eso… es que me emociona la Navidad…
-Pues está usted perdiendo el control…
-No señor, no solamente no lo he perdido sino que he cambiado el control manual del Scalectrix por el digital, le he regalado a mi hijo un cruce deslizante y un cuentavueltas electrónico, además del Renault de Fernando Alonso… yo sigo con la carreta de Carlos Sainz y no hay gilipollas en el mundo que me pueda convencer de que su sonrisa, sus gritos, su excitación…su alegría, se puedan regular ni ponerle puntos a su velocidad, que me embriaga…
-Usted no es más que un simple consumista irresponsable que maleduca a su hijo de ocho años impidiéndole la debida reflexión que todo ser humano debe tener sobre el respeto multicultural…
-Yo hago lo que puedo, imbécil…
Enrique, mi villancico es pobre pero honesto y dice ¡Te deseo una feliz Navidad!
Publicar un comentario