LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

jueves, 14 de junio de 2007

El Renacimiento de Chesterton, o al revés



La editorial Renacimiento acaba de publicar la biografía de Blake escrita por Chesterton. La obra ha merecido algún que otro encendido elogio, creo que más que justificado. Por Blake, por Chesterton y por la versión (por primera vez al castellano). Su traductora, Victoria León, me da a leer algunas páginas del nuevo libro chestertoniano que prepara, también para Renacimiento, y me autoriza a reproducir aquí algunos párrafos. Vayan como anticipo estas píldoras de Locura y letras.

"Los riesgos de enajenación mental que conlleva la literatura se deben no tanto al amor por los libros como a la indiferencia hacia la vida, los sentimientos y todo cuanto se refleja en los libros. En un estado ideal, todo caballero absorto en abstrusos cálculos y descubrimientos debería estar obligado por decreto a conversar durante cuarenta y cinco minutos con un mozo de cuadras o con la casera de una pensión y a cruzar Hampstead Heath a lomos de un burro. El estado, asimismo, habría de someterlos a un examen; pero no sobre el griego ni las antiguas armaduras que son su deleite, sino acerca del dialecto cockney y de los distintos colores de los autobuses. Así se les purgaría de todas esas tendencias que a veces conducen de la erudición a la locura, y aprenderían a convertirse en hombres del mundo, primer paso para llegar a convertirse en hombres del universo."

* * *

"La idolatría surge dondequiera que aquello que en un principio nos hacía felices acaba siendo aún más importante que la misma felicidad. La ebriedad, por ejemplo, bien puede ser descrita como un pasatiempo absorbente. Y la ebriedad verdaderamente entendida en su realidad interior y psicológica constituye un ejemplo típico de idolatría. La intemperancia esencial comienza en el punto en que una incidental forma de placer, que tiene su origen en un determinado objeto de consumo, acaba por cobrar más importancia que todo el vasto universo de los placeres naturales que, finalmente, destruye. Omar Khayyam, considerado a menudo por alguna razón inexplicable un poeta alegre y vitalista, resumía este horrible último efecto del alcohol en una estrofa de incomparable ingenio y eficacia:

Por más que el vino me volviera impío,

Me robara el vestido y el honor,

No imagino que pueda el vinatero

Vender algo mejor que lo que vende."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La acabo de leer: hay más de Chesterton que de Blake en el Blake de Chesterton, claro, pero eso no es malo.

Muy bien el ensayo de Maurois también, muy claro y didáctico, una introducción óptima para quien no conozca mucho al gordo.

Anónimo dijo...

El himno más hermoso –y más nacionalista– de la liturgia anglicana está tomado de un poema de Blake. Se trata de “Jerusalem”, un verdadero ejemplo de literatura romántica. La música es preciosa. Recomiendo también la versión cantada por Billy Bragg. Blake como artista y como poeta es una maravilla. A la altura de Shakespeare o de Emily Dickinson.

And did those feet in ancient time
Walk upon England's mountains green?
And was the Holy Lamb of God
On England's pleasant pastures seen?
And did the countenance divine
Shine forth upon our clouded hills?
And was Jerusalem builded here
Among these dark satanic mills.
Bring me my bow of burning gold!
Bring me my arrows of desire!
Bring me my spear! O Clouds unfold!
Bring me my chariot of fire!
I will not cease from mental fight
Nor shall my sword sleep in my hand
Till we have built Jerusalem
In England's green and pleasant land!

Joaquín dijo...

Maravillosas resonancias las que nos trae mr quaker.

A quienes puedan leer el original inglés, les invito a que comparen a Chesterton con Orwell. Utilizando la vieja nomenclatura retórica, diría que Chesterton es "asiano" y Orwell "ático".

Jesús Beades dijo...

Más Chesterton y menos Prozac, sí señor.