LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 12 de junio de 2007

Haikus y coplas


- Y tú qué eres, ¿poeta de haiku o poeta de copla?
- Yo... aprendiz de to y maestro de na.
- Bueno, pero como lector, ¿qué prefieres?
- Soy omnívoro, y lo mismo me gusta una ensalada fresquita que un jugoso lenguado o un sabroso solomillo. Tampoco le hago ascos a los potajes.
- Ya, pero ¿qué diferencias ves entre ambos géneros?
- El haiku creo yo que tiene un mundo y una temática muy limitada o, si quieres, delimitada: la naturaleza, una cierta visión de la naturaleza. En cambio, la copla es todoterreno, puede hablar de lo divino y de lo humano. Hasta puede hablar de la naturaleza.
- Pues si no recuerdo mal tú tienes un haiku que no habla de la naturaleza, sino de un memento mori o algo así. Es ese que dice:

Último osario
que me habrá de guardar:

bibliografías.


A mí me encanta, por lo que tiene de autoirónico. Pero no se atiene a lo que según tú sería el auténtico haiku.
- Y no lo es. Creo más bien que se trata de una soleá disfrazada de haiku. En realidad, un occidental, y menos todavía alguien empapado de cultura judeocristiana, es incapaz de escribir un verdadero haiku, que es algo que está ligado a una filosofía, y si no compartes esa filosofía... Lo nuestro es la copla, la soleá, la seguidilla, pero el haiku, por mucho que queramos, no.
- Pues yo creo en la hibridación, en el mestizaje, en los mutuos influjos y trasvases entre culturas. Mira éste de Juan José Tablada:

¡Del verano roja y fría
carcajada,

rebanada
de sandía!

O este otro:

Busco en vano en la carta
de adiós irremediable

la huella de una lágrima.

- Para empezar, tienen rima, luego ya no son verdaderos haikus. Pero lo esencial no está ahí, sino en el temple, en la weltanschaung, en las maneras. El primero es un bodegón modernista, el segundo una greguería. Ninguno es verdaderamente un haiku.

-No sé si me convences, creo que no.

-Bueno, no trataba de convencerte. Sólo pretendía convencerme a mí mismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho, sea lo que sea, el que empieza "Busco en vano en la carta...", y estoy contigo en lo de la Weltanschauung.
El occidental marca el movimiento, el hecho de que busca y es en vano: el movimiento que va de la esperanza a la desesperanza.
Si elimináramos el movimiento y la angustia, igual tendríamos una Weltanschauung, una observación propiamente dicha, más oriental; con lo que quedaría algo, zum Beispiel, tal que así:
Irremediable adiós.
Carta de adiós
sin rastro de una lágrima.
Más oriental y más sentencioso, pero también mucho más tieso. Y, a ver, ¿de dónde sacamos esa resignación ancestral? ¿Y dónde metemos la angustia?

Joaquín dijo...

Hablando de "haikus mestizos" es inevitable recordar a Ezra Pound, que tentó esta forma.

Anónimo dijo...

maravilloso post. Saludos.

José Ramón Suárez Ortiz dijo...

En cambio, la copla es todoterreno, puede hablar de lo divino y de lo humano. Hasta puede hablar de la naturaleza...

Post Scriptum ...que la crea lo divino y la destruye lo humano.