El Observatorio rústico de Francisco Gregorio de Salas, olvidado poeta dieciochesco, conoció diez ediciones de 1772 a 1830. Hoy es prácticamente inencontrable. En la biblioteca de la Universidad de Sevilla se encuentra un ejemplar de la edición de 1802, pero, por su fecha, no se puede sacar en préstamo, hay que leerlo o consultarlo in situ. Así que yo no he podido leerlo nunca entero, por falta de tiempo para permanecer en el pupitre el tiempo necesario. Sólo conozco fragmentos.
Del Observatorio rústico y de Francisco Gregorio de Salas habla Vicente Sabido en su espléndido libro misceláneo La lluvia de Cartago. Vicente debe de ser de los pocos que han leído el poema, de los pocos que conocen la vida y milagros de este sacerdote y poeta extremeño.
"Va siendo, pues, hora de reeditar este libro curioso e inencontrable", escribe Vicente Sabido. Pues, sí, va siendo hora. Así que, ¿por qué no lo reedita la Editora Regional de Extremadura, con prólogo y cuidados del propio Vicente Sabido? No sería poca contribución al conocimiento de nuestra poco conocida poesía del siglo XVIII.
Mientras tanto, y como aperitivo, un fragmento de la Nochebuena campesina, tal y como la describe este bucólico y puntillista poeta:
A la mesa se sirve en varios platos,
con simples aparatos,
el aguamiel, arrope y el uvate,
la jalea, alajú y el piñonate,
una sopa dorada
de blanca miel y almendra machacada,
el turrón de melcocha y las rosquillas
y las dulces camuesas amarillas,
uvas, peros, castañas y granadas
y abundantes y frescas ensaladas;
siendo el último postre y agasajo
una crecida fuente del cascajo,
de los piñones, nueces y avellanas
y otras frutas sabrosas y muy sanas;
sin que falte algún vino regalado
con fragante canela aderezado.
6 comentarios:
En ello está la Editora Regional de Extremadura. Sólo falta que don Vicente, el especialista por excelencia de ese maravilloso poema, tenga a bien ponerse a la tarea. A rematarla, digo.
Cuánto me alegro. A ver si espoleamos a don Vicente y remata la faena. De verdad que el poema es delicioso, y no menos interesante y curiosa la vida de don Francisco Gregorio de Salas.
Y aquí no hay absurdas deconstruciones, ni gastronómicas ni espirituales, que tal vez sean la misma cosa.
Desde luego abre el apetito.
¡Venga ya! ¿Cómo va a abrir eso el apetito? Tan poca poesía hay en las "absurdas deconstrucciones" que el otro anónimo señala con buena voluntad aunque con poquito criterio como en estas líneas gastronómicas. Bien está que ese autor se edite para los estudiosos, para los becarios, especialistas, doctores y demás caterva académica; pero no para las lectores de poesía. Tu muestra, Enrique, vale como documento de su tiempo; como testimonio arqueológico, si quieres, y nada más.
El ripio de "agasajo" / "cascajo" recuerda a aquello aún reciente del "cachete en el culete" de otro poeta vivo pedante y dieciochesco que así se ve como digno sucesor de Meléndez Valdés.
Hale, a leer buena poesía, que mejor está tomar el sol que no contraer la ictericia de esas páginas amarillentas.
Bueno, quizás ( y sin quizás)no es un poeta cercano a nuestra actual sensibilidad y no sea un poeta para todos los públicos.
Tampoco es un poeta "lírico", que es casi la única nota de la poesía actual.
Pero cuando salga el libro se verá su interés, histórico, desde luego, pero también literario.
SOY DE LA SOLANA Y TENGO UN EJEMPLAR DEL "OBSERVATORIO RUSTICO" DE 1.816. SIEMPRE LO GUARDE DESDE PEQUEÑO COMO UNA RELIQUIA Y ME SATISFACE COMPROBAR QUE NO ME EQUIVOCABA, POR QUE AHORA VEO QUE ES TODO UN TESORO. LO MANTENGO EN EXCELENTE ESTADO. SALUDOS.
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