Los gitanos no están en el origen del flamenco, pero sí desde el origen.
LA FRASE
"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."
Sir Arthur Conan Doyle
Sir Arthur Conan Doyle
miércoles, 6 de octubre de 2004
El desmayo lingüístico de don Manuel Fraga
En la cámara autonómica, don Manuel Fraga, presidente de Galicia, pronunciaba su discurso... Un discurso en gallego, esa "lengua" que no es carne ni pescado, ni castellano ni portugués. Una lengua inventada por don Manuel Murguía, que nunca habló ni escribió en ella... Un habla rústica elevada a portaestandarte del celtismo galleguista. Una lengua ideológica.
Pero a don Manuel Fraga, en medio de su discurso, extenuado por varios días de intenso ajetreo y una gastroenteritis reciente, le dio una lipotimia. Y entonces se le aproximó uno de sus próximos. "Descanse, Presidente", pudimos oír que le dijo. Y Fraga: "He dicho que no". Del gallego de la tribuna y del discurso se pasaba al castellano de la intimidad, sólo que esta vez la intimidad fue sorprendida por las cámaras y micrófonos de las televisiones, y el "He dicho que no" lo pudimos oír todos.
La frase, por su contenido, revela la estatura moral de Fraga, uncido como un buey a su deber. Pero por su continente (la lengua española, a la que se volvía en el momento de apuro), nos ofrece la anécdota que puede elevarse a categoría sobre la falsa tramoya lingüística de nuestro actual Estado de las Autonomías.
Pero creo que en esta anécdota no se ha fijado casi nadie.
Pero a don Manuel Fraga, en medio de su discurso, extenuado por varios días de intenso ajetreo y una gastroenteritis reciente, le dio una lipotimia. Y entonces se le aproximó uno de sus próximos. "Descanse, Presidente", pudimos oír que le dijo. Y Fraga: "He dicho que no". Del gallego de la tribuna y del discurso se pasaba al castellano de la intimidad, sólo que esta vez la intimidad fue sorprendida por las cámaras y micrófonos de las televisiones, y el "He dicho que no" lo pudimos oír todos.
La frase, por su contenido, revela la estatura moral de Fraga, uncido como un buey a su deber. Pero por su continente (la lengua española, a la que se volvía en el momento de apuro), nos ofrece la anécdota que puede elevarse a categoría sobre la falsa tramoya lingüística de nuestro actual Estado de las Autonomías.
Pero creo que en esta anécdota no se ha fijado casi nadie.
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