LA FRASE
Sir Arthur Conan Doyle
miércoles, 14 de agosto de 2013
martes, 14 de agosto de 2012
PARALELISMO
martes, 31 de julio de 2012
CONVIENE NO OLVIDARLO...
- En 2007 Zapatero dilapidó 20 mil millones de superávit.
- En 2008 se marcó 45 mil millones de déficit.
- En 2009 logró su record personal con 117 mil millones de desajuste.
- En 2010 tuvo algo más de recato y rebajó su fiebre deficitaria hasta sólo 98 mil millones de euros.
- En 2011, con España en caída libre aún tuvo los santos huevos de gastarse 60 mil millones más de lo que iba a ingresar.
Fuente: Javier González Méndez, en Periodistadigital
lunes, 30 de julio de 2012
NUEVA REVISTA DE ECONOMÍA POLÍTICA
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Hecha la subvención, hecha la trampa.
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El mercado crea, y supone, la libre concurrencia; la subvención, la libérrima arbitrariedad.
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Que el mercado genere injusticias es una falsedad inventada por quienes sólo creen en la justicia si la imparten ellos.
martes, 5 de junio de 2012
UNA CONVERSACIÓN
Yo me quedé absorto, y no supe preguntarle entonces qué proporción de déficit era necesario, y, sobre todo, por qué. Me quedé rumiándolo.
He tardado mucho en comprender que lo que mi amigo me estaba describiendo perfectamente era la vía socialista... a la miseria.
Ésa en la que ahora precisamente nos encontramos.
viernes, 11 de mayo de 2012
CÓMO SALIR DE LA CRISIS. SOLUCIONES IMPROBABLES
Soy de esas personas que se creen más listas que nadie, que siempre encuentran respuestas para todo. Pero hoy no he sido capaz y cuando me preguntan qué medidas habría que tomar para salir de la crisis actual me he visto obligado a responder: “No lo sé”.Así escribe J. L. García Martín en su blog Café Arcadia. Y a punto estuve de escribirle o de llamarlo para ofrecerme a darle unas clases particulares de economía política, unas clases que sólo requerirían tres tardes, como aquellas que Jordi Sevilla se ofreció a darle a Zapatero.
Pero enseguida me contuve. Sé por experiencia ajena y propia que los consejos, si no son pedidos, se reciben mal, y sí pedidos, geneneralmente también.
Pero no me resisto a ofrecer aquí a dejar el guión de las tres clases, o tres tardes:
PRIMERA TARDE.- Reducir al mínimo el gasto público.
SEGUNDA TARDE.- Reducir los impuestos al mínimo.
TERCERA TARDE.- Seguir a rajatabla el principio de que el Estado no haga nada de lo que la Sociedad pueda hacer por sí misma y por sí sola (pensiones, sanidad, educación, carreteras...).
¿Y por qué estas soluciones son improbables? Porque no hay nadie dispuesto a acometerlas. Si lo que Mariano Rajoy lo que pretende es salvaguardar la viabilidad del "Estado del binestar"... hasta subiendo impuestos...
miércoles, 1 de junio de 2011
MEDITACIONES ELECTORALES ANTE LA PUERTA DEL SOL
"Creo que los pueblos no han gobernado nunca y no gobernarán jamás.Sólo hay una forma institucional, la oligarquía renovada por cooptación.[...] En los regímenes partitocráticos las posibilidades del elector quedan reducidas a un mínimo: relevar a una de las oligarquías contendientes que, sin embargo, puede continuar usufructuando los privilegios de la oposición y disponiendo de dinero público. Nada más."
Gonzalo Fernández de la Mora, Río arriba (Memorias), Barcelona, Planeta, 1996, pp. 283-284.
martes, 14 de septiembre de 2010
jueves, 10 de septiembre de 2009
¿Existen liberales en España?
¿Existen liberales en España? Puede ser. Pero yo no los conozco, o los que conozco parecen, la verdad, muy tibia o escasamente liberales. Bien es cierto que el liberalismo es una doctrina socioeconómica que no se ha aplicado hasta ahora en ningún país del mundo, salvo muy parcialmente en Estados Unidos y con cuenta gotas en los países de la UE.
Pongamos el ejemplo de la educación, ahora que comienza el curso. Un verdadero liberal diría que la educación es una competencia, y un deber de los padres, de la sociedad, nunca del Estado. El Estado no debería tener universidades, ni colegios, ni guarderías, ni nada. Menos aún, establecer los programas o los contenidos. Todo eso lo puede hacer la inicativa privada (laica, religiosa o mediopensionista):
Dice, sin embargo, el autodenominado liberal Álvaro Vermoet en Libertad digital:
"Hay quienes sostienen que los liberales debemos apoyar una desregulación de toda la educación, dejando que sea el mercado el que organice el sistema educativo en función de las necesidades de la economía. Pero todos los grandes autores liberales, empezando por Adam Smith y siguiendo por Condorcet, han defendido la instrucción pública como una herramienta del Estado liberal destinada a la promoción social, es decir, a que sea la selección basada en el mérito y no en el dinero la que determine las oportunidades de futuro de cada alumno. Se trataría, por tanto, de un instrumento que pretende elevar el nivel cultural de la población, transmitiendo las herramientas que permitan a cada ciudadano ser libre y autónomo (leer, escribir, hacer operaciones matemáticas básicas...) y servir como "ascensor social", haciendo que la cultura y la instrucción lleguen a toda España. Esta instrucción debería preparar "maestrías" o enseñanzas técnicas en algunos casos y ofrecer vías más académicas en otros, de tal forma que resulte útil a toda la población y permita una auténtica igualdad de oportunidades en toda la Nación, se nazca donde se nazca y con independencia de los medios económicos."
A mí me da igual lo que dijera Adam Smith o dejara de decir Condorcet. En lo que me fijo es en el falso argumento de que, si el Estado no interviene, no estará garantizado que sea la selección basada en el mérito y no en el dinero la que determine las oportunidades de futuro de cada alumno. Todos hemos conocido alumnos sin recursos económicos que han estudiado con becas. Incluso esas becas no tiene por qué darlas el Estado, o sólo el Estado, las pueden dar las propias instituciones académicas, fundaciones, empresas, como sucede en Estados Unidos. Una universidad, un colegio, una empresa... está interesada en el mérito y la capacidad, porque ello le será rentable, de una manera u otra, en el futuro.
Y concluye el liberal Vermoet:
"Finalmente, los liberales que creemos en España como Nación liberal, como espacio de igualdad y libertades ciudadanas por encima de etnias, religiones y nacionalidades, debemos defender la utilidad de la Instrucción pública nacional para garantizar la continuidad histórica de España y que la enseñanza de nuestra lengua y nuestra cultura llegue a todos, frente a los delirios nacionalistas que no hacen sino minar la igualdad de oportunidades."
O sea, que la finalidad de la educación pública no es otra, en realidad, que el adoctrinamiento. La educación para la ciudadanía, pero con otros contenidos. En realidad, así es cómo surgió la enseñanza estatal: para arrebatarle a la Iglesia la formación "espiritual" de los niños y jóvenes, que el Estado quería transformar en formación "ideológica", so pretexto, claro está, de extender la instrucción, etc., etc.
Dejemos que haya libertad para crear empresas educativas (empresas, cooperativas, fundaciones...), y demos verdadero derecho a escoger a los padres, retírese por completo el Estado de este ámbito, que no le incumbe, y en el que no es más que un elefante en una cacharrería, y dejemos que la sociedad por sí sola se organice como mejor quiera y sepa. Eso, sí, descontándonos los impuestos proporcionales y correspondientes.
Pero Vermoet no estará, no está, de acuerdo: con liberales así, ¿para qué necesitamos socialistas?
domingo, 12 de julio de 2009
¿Estado residual?
Sienten muchos, y no pocos lo afirman en voz alta, que el español se ha convertido en un Estado residual, al que le es ya poco menos que imposible cumplir con sus funciones.
No creo yo que la expresión sea acertada, porque no describe bien el fenómeno real. En el Estado autonomizado (o lobotomizado), el Estado no ha disminuído sino todo lo contrario. A las ya amplísimas funciones que progresivamente se ha ido arrogando en los últimos dos siglos, ha añadido otras y otras y otras... Ya no se nos mete sólo en los bolsillos, sino en la mesa, diciéndonos lo que tenemos que comer o que beber, en el coche, y hasta en la cama, diciéndonos con quien podemos o no podemos compartirla (con alguien de tu propio sexo, sí; pero de otra especie, de momento, no). Y por si no fuera bastante, el Estado pretende metersenos en nuestra conciencia, como un chip alojado en el cerebro descargando periódicamente impulsos magnéticos de educación para la ciudadanía.
Todo esto es, por supuesto, discutible. Lo que no admite discusión son los hechos y las cifras: aumento imparable del número de funcionarios, duplicación de servicios inservibles, crecimiento desaforado de la deuda, presupuestos cada vez más elefantiásicos.
No, no vivimos en un Estado residual, sino en un Estado de excrecencia creciente, un Estado neoplásico a punto de metástasis.
Lo que pasa es que la hidra de las siete cabezas ha mutado en la hidra de las diecisiete, si es que no dieciocho, contando el gobierno "central" (ante nacional). A ese repugnante espectáculo de bocas hambrientas asistimos estos días de reparto nada igualitario.
No vivimos en un Estado residual, ojalá, vivimos en un Estado atomizado, multiplicado en diecisite átomos que esperemos no estallen algún día. Aunque lo que yo espero, la verdad, es que los que estallen sean los españoles. Que algún día se les acabe la paciencia, o se les caiga la venda de los ojos...
Es mucho esperar, sí.
miércoles, 8 de julio de 2009
Non placet encyclica
Demasiados apoyos al intervencionismo de los gobiernos y al papel de los Estados... Demasiada ignorancia de lo que es la lógica de los flujos de capital, y de inversiones internacionales... Candorosamente ingenua esa llamada a la redistribución de los recursos energéticos (¿que organizaría quién?).... Demasiada concesión al ecologismo de baratillo...
Cierto que recuerda verdades como puños, sí... como que la superpoblación no es la causa del atraso.
Pero...
Yo hubiera deseado que el Papa hubiese dicho alto y claro que los hombres no somos iguales y que nunca jamás lo seremos. Y que fijarse ese ideal es adentrarse en una quimera que sólo puede acabar en el totalitarismo.
Que, sin embargo, es posible acrecentar el bienestar de los hoy pobres, pero a condición de respetar la libertad, política y económica, y abandonar los modelos intervencionistas, que son los que hoy atenazan y frenan a los países del tercer mundo, y los tienen sumidos en la miseria.
No ligar tanto la caridad a lo físico y económico, puesto que la caridad no es sólo dar de comer al hambriento ni de beber al sediento, sino consolar al triste, acompañar al solitario, visitar al enfermo, hablarle a aquel a quien nadie habla...
En fin, irreprochable probablemente. Pero a mí me ha decepcionado un poco. No es lo que esperaba de un teólogo tan inteligente como Joseph Ratzinger.
En fin, que en estas cuestiones, la Iglesia sigue como en tiempos de León XIII. O peor aún, como en tiempos de Pablo VI y la Populorum progressio, que tanta confusión trajo dentro y fuera de la Iglesia.
Pero a lo mejor estoy equivocado.
lunes, 13 de abril de 2009
¡No es la economía, estúpidos!
Pero ninguna crisis económica, ni siquiera la peor hambruna, ha derribado o siquiera hecho tambalear un gobierno. Lo que mueve la opinión, y lo que transforma la opinión en acción, no es el estómago, sino el discurso. La crisis no es nada, la interpretación es todo. Los hechos no valen sino por la interpretación que se les da en la cabeza, no en el estómago.
Y ante la crisis económica, Zapatero tiene un discurso; Rajoy, no. El gallego insiste en los hechos, en las cifras, en las estadísticas... Zapatero nos ofrece una interpretación más sencilla, menos técnica, como una película de buenos y malos. La crisis viene de fuera y es un fenómeno mundial; sus causas son la avaricia, la codicia, la ambición, o sea, el capitalismo marrullero y selvático. Y la única manera de atajarla, de sobrellevarla al menos, consiste en la vieja receta socialista, que parece ahora recién descubierta: más gasto público, impuestos "a los ricos" (o sea, a los que trabajan), medidas y subvenciones para "los pobres". Aplicamos las mismas medidas, se nos dice, que se están aplicando en todo el mundo: estamos en sintonía con Obama.
Ni Elena Salgado, ni José Blanco, ni Trinidad Jiménez... salvarán la economía. No son técnicos, son políticos. Este, o sea, es un gobierno de agitación y propaganda. Diseñado para ganar las elecciones, que ya se ven a la vuelta de la esquina.
Mientras tanto, el partido de Rajoy se pierde en anécdotas como que Chaves está mayor, que Blanco no ha acabado la carrera o que a la Sinde le pagan los servicios prestados...
Es probable que Rajoy sea mejor administrador que Zapatero, pero unas elecciones generales no son una reunión de la comunidad para nombrar al nuevo administrador de fincas.
O Rajoy no tiene discurso, o no se atreve a enseñarlo. Y no sé qué es peor.
[Redactada esta nota, leo en la prensa que según las últimas encuestas, el PP aventaja al PSOE en más de 4 puntos. Si se lee la letra pequeña de esas encuestas, se verá que en realidad se trata de un empate]
domingo, 21 de septiembre de 2008
La metáfora de la tarta
La gente suele pensar con metáforas, acertadas unas, equivocadas otras. Una de las más populares, y de las más erróneas, referida a la economía, es la de la tarta. Según la cual la economía sería como una tarta que se reparte. Por ejemplo, muchos creen que es bueno que los trabajadores se jubilen, porque así dejarán un puesto libre que podrá ser ocupado por un trabajador joven. O que hay que quitarles a los ricos una parte al menos de su abundante porción para dársela a los pobres, a los que les ha tocado una porción de la tarta bastante más raquítica.
Pero una tarta, cuando sale del horno, ya es un producto acabado, finito, completo. Si nos comemos media tarta, ya sólo quedará la otra media.
Sin embargo, la economía no es una tarta. La riqueza crece o disminuye: nunca es una magnitud estática, un algo completo o acabado. Algo que ya ha salido del horno para siempre.
La gente no se para a pensar que el puesto de un trabajador que se retira bien puede ser amortizado, sin que se reemplace al jubilado. O que si les quitamos mucho a los que tienen más, tal vez ya no les interese emprender nuevas empresas o trabajar más y se marchen a otros lugares donde no los frían a impuestos.
La economía no es una tarta, sino una forma de entender la vida. De entenderla tal y como es o como querríamos que fuese. O como nos imaginamos que es.
Por eso la primera asignatura que debe estudiar un economista es la antropología.
Si no se sabe qué es el hombre difícilmente se entenderá cómo y por qué se busca la vida.
La economía no es una tarta, es un tortazo que la realidad suele dar (como ahora) a ciertos demiurgos petulantes que creen poder fabricar a su antojo en su obrador el pastel con el que sueñan.
sábado, 12 de julio de 2008
Pérez de Ayala, ¿liberal?
Para mí, vamos, para cualquiera, el liberalismo es una doctrina política que afirma que el Estado debe reducirse a sólo tres competencias (defensa y seguridad, administración de justicia y política exterior) y una doctrina ecónomica que sostiene que la riqueza se crea y se distribuye más y mejor mientras más libres sean los particulares para producir y vender y mientras más se respete, por consiguiente, la libertad de mercado y la propiedad privada.
Pero en España se ha solido confundir el liberalismo con la masonería, el anticlericalismo o el radicalismo.
Intelectuales liberales ha habido en España muy pocos. Y algunos que pasan por serlo no lo fueron en realidad.
Parecía que en Ramón Pérez de Ayala íbamos a encontrar un liberal de verdad, un liberal de libro. Así decía en uno de sus ensayos recogidos en Política y toros:
"Todos los pueblos, en el curso normal de su existencia, ejercitan lo que los ingleses llaman el selfgovernment; se gobiernan, mal que bien, a sí propios, con independencia de sus gobernantes, los cuales son tanto mejores cuanto menos estorban el espontáneo desarrollo de la nación."
Sin embargo, la coherencia no ha sido nunca o casi nunca virtud de intelectuales, al menos por estos pagos, y Pérez de Ayala, pocas páginas más adelante, matizaba o, mejor dicho, contradecía su anterior aserto con este otro:
"¡Igualdad!, ¡Igualdad! Por eso, paradójicamente, la forma más eficaz de abstención del Estado es la intervención."
Y concluía que "era absurda (y así lo ha demostrado la historia) la inhibición del Estado en materia económica y cultural (liberalismo manchesteriano, siglo XIX) sino que su intervención en estos dos hemisferios del contenido político constituye su deber primordial."
Con estos "liberales", ¿para qué necesitábamos socialistas?
martes, 1 de abril de 2008
El misterioso caso de las hipotecas basura
¿Se creerá que la crisis de las hipotecas subprime, que ha puesto en jaque al sistema financiero de medio mundo, es consecuencia del capitalismo salvaje y depredador? ¿Que se trata de una fatalidad cíclica? ¿Una muestra de los efectos perversos del libre mercado?
Pues no, lo explica muy bien Jeff Jacoby en un artículo en LD:
Por cierto, ayer hablaban de la crisis en la tertulia económica de Alsina, y el corresponsal en USA echaba la culpa exclusivamente a los bancos, que asumieron riesgos (por lo visto voluntariamente, sin que nadie les obligara) insostenibles. Pero lo que no se sostiene es la información/tesis del corresponsal. Porque, ¿tan tontos son los bancos? Es más: ¿tan tontos van a ser todos los bancos?"La crisis tiene su origen en la Ley de Reinversión en la Comunidad de 1977, una regulación de la era Carter que pretendía evitar la práctica de "trazar líneas rojas" (negar hipotecas a los prestatarios negros) presionando a los bancos para que concedieran hipotecas en "barrios de ingresos bajos a moderados". Según esta ley, los bancos serían evaluados en función de su consideración hacia las "necesidades crediticias" de los "barrios poblados principalmente por minorías". Cuanto más alta era la puntuación de un banco, más probable era que los burócratas le permitieran abrir una nueva sucursal o llevar a cabo una fusión o adquisición de importancia.
Pero para alcanzar puntuaciones elevadas, los bancos estaban obligados a extender préstamos cada vez más arriesgados a prestatarios que, bajo los criterios normales de capacidad acreedora, no estaban en posición de suscribir una hipoteca. La Ley de Reinversión del 77 se endureció aún más durante la administración Clinton, acorralando a entidades financieras en un callejón burocrático sin salida. "Si cumplen la ley", escribe el economista del Loyola College Thomas DiLorenzo, "saben que sufrirán más descubiertos hipotecarios. Si no cumplen, se enfrentan a multas financieras... que pueden costar miles de millones de dólares a una gran corporación como el Banco de América."
Los bancos de toda la nación se decantaron así por extender cada vez más préstamos "de riesgo" y por comprometerse con criterios de aprobación peligrosamente laxos (sin entradas, sin verificación del nivel de ingresos, planes de pagos sujetos exclusivamente al interés, historiales crediticios dudosos). Si intentaban compensar los elevados riesgos que estaba asumiendo gravando tipos de interés más elevados eran acusados de orientar injustamente a los clientes hacia préstamos "depredadores" que no se podían permitir.
Atrapados en una situación imposible, debido por completo a la acción del Estado, a las entidades de crédito solamente les cabía esperar que los precios de la vivienda siguieran ascendiendo, aplazando así el inevitable colapso. Pero una vez que la burbuja inmobiliaria estalla, ya no hay salida. Las entidades financieras han empezado a quebrar, miles de propietarios han visto ejecutadas sus hipotecas de riesgo e incontables clientes de estos bancos ya no pueden obtener hipotecas. Los daños colaterales han alcanzado a inversores de todo el mundo. Y todo ello gracias al Estado, que estaba convencido de que comprendía el sector hipotecario mejor que el libre mercado y en base a esa seguridad creó las condiciones que han hecho inevitable el desastre."
martes, 12 de febrero de 2008
Arbitristas
La cosa era de risa, claro, y perteneciente al género de la economía recreativa, no de la economía real.
Pero, al cabo de tanto tiempo, me entero vía Carlos Rodríguez Braun, que Keynes había escrito en la Teoría General de 1936 que bastarían las inversiones más absurdas, como enterrar botellas viejas con billetes dentro, para acabar con el paro.
O sea, que el jubilado sevillano estaba a la altura de Keynes. O, peor, al revés.
jueves, 23 de agosto de 2007
Trágico tráfico
Su dirección no destila soluciones sino mensajes. No es un tecnócrata, sino un doctrinario.
Su lema "No podemos conducir por ti" es una confesión de totalitarismo impotente, de un totalitarismo que, a diferencia del otro, reconoce sus límites. En eso debe de consistir la socialdemocracia. Hay algunas decisiones que no podemos tomar por ti. Sólo algunas.
Pero podrían hacer otras cosas que nunca harán. Por ejemplo, privatizar la mayor parte de las carreteras.
El número de automóviles en España ha crecido exponencialmente en los últimos quince años, y estas máquinas son vada vez más potentes y rápidas (y también más seguras). El crecimiento y la mejora de nuestra carreteras no ha crecido de ese modo, no ha acompañado ese aumento del parque automovilístico a la misma velocidad.
La mayor parte de los accidentes se producen en carreteras secundarias. Habría, pues que aumentar considerablemente el número de autopistas y autovías y al mismo tiempo hacer un esfuerzo gigantesco para mejorar las secundarias. Ningún Estado puede hacer esto sencillamente porque no hay dinero bastante (a no ser que se aumenten aun más los impuestos).
Solución: fomentar la contrucción de autopistas de peaje, y que la administración gaste su dinero en las secundarias y sólo en ellas.
Siempre habrá borrachos al volante, gente que no se ponga el cinturón o que conduzca de forma inadecuada. Siempre, como siempre habrá violadores y pederastas, atracadores y asesinos. Pero no hace falta que el Estado conduzca por nosotros. Basta sólo con que nos permita disfrutar de más y mejores autopistas. Gestionadas como un negocio privado. Que es lo único que funciona y además sin causarle gasto al contribuyente.
(Ah, yo adoro la AP4, desde Sevilla a la playa de la Victoria, desde Sevilla a los Puertos: espero que nunca deje de ser de peaje).
lunes, 13 de agosto de 2007
Liberales y comecuras
Se tiene la impresión de que nuestros liberales del siglo XIX eran muy poco liberales. Se les ve poniendo arenceles, medidas proteccionistas, absorción de cada vez más actividades por parte del Estado, tasas, impuestos, regalías... Más que liberales, eran jacobinos y comecuras, y lo que más les gustaba era vaciar los conventos, bien directamente mediante la degollina de frailes, bien mediante desamortización de los bienes que dieron en denominar de manos muertas (las suyas sí que eran vivas).
Tal confusión culmina en la famosa frase de Indalecio Prieto: "Soy socialista a fuer de liberal". ¿Alguien puede creer que don Inda hubiese sido alguna vez verdaderamente liberal? Lo que hay que entenderle es "soy tan demagogo que me he hecho socialista".
El liberalismo nunca se ha aplicado en España. Franco quiso aplicar la Doctrina Social de la Iglesia, que es un socialismo de sacristía y agua bendita. Un socialismo como de derechas, muy vertical pero que creó un formidable Welfare State, aunque fuera de secano y con botijo y del que, por cierto, todavía "disfrutamos".
A ese socialismo de derecha le ha sucedido un socialismo de izquierda. Zapatero ha creado la paga por hijo como Franco creó la paga del 18 de julio. Uno quiere implantar la EPC como el otro implantó la FEN. Naturalmente, el socialismo de izquierda es mucho más intervencionista que el de derecha, y Fernández Ordóñez nos sometió al IRPF, hasta entonces inexistente, pero desde entonces cada vez más voraz.
Cuando uno escribe "Dale la mano al Estado y se te comerá el brazo", enseguida surge el pánico, o sea, la llamada a la prudencia. El principio de subsiedaridad, la función social de la propiedad, el justo medio, el equilibrio proporcional... Si uno invoca la privatización de toda la enseñanza, desde la guardería a la universidad, los padres dicen que ya se conformarían con el cheque escolar, ya...
Quizás no estamos preparados para la libertad. O tal vez para lo que no estamos preparados es para la responsabilidad.
jueves, 5 de julio de 2007
martes, 24 de abril de 2007
La primavera ha venido y el IRPF... ha vuelto
Otra maravilla, de entre las que nos legó Francisco Fernández Ordóñez (y la UCD)....
Consolémonos con que en otros países, como en Estonia, lo hacen mejor que aquí. Que los vientos favorables de Estonia lleguen pronto hasta nosotros.