LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

jueves, 30 de abril de 2009

Generación del 98

MIGUEL DE UNAMUNO


“Los hombres son mortales...”, concluye el silogismo.

Luchar contra... la lógica será mi duro sino.


RAMÓN DEL VALLE INCLÁN


Se equivocó del todo el jerezano:

extravagante, mi literatura;

mas, con todo (hoy) eximio ciudadano.

Pues, si ayer comunista,

hoy debo un marquesado

a la Corona, empero, (juan) carlista.


AZORÍN


Mi vida es un primor de hábito y costumbre.

Leer paisajes y vivir los libros.


A. MACHADO


Canté a Castilla porque amé en Castilla.

Mi canción hoy tal vez sonaría extraña

si cátedra y amor, y mesa de camilla,

me hubiesen aguardado, en ... la Montaña.


A. GANIVET


Tal vez Granada, España, tengan solución.

Ideas y esperanzas ellas tendrán. Yo, no.


J. BENAVENTE


Azorín me metió en su chifladura.

No sé quién me sacó.

Los tesinandos de literatura

aún esperan mi hora en su reló

de péndulo y de errática andadura.



P. BAROJA


Pues más que un vasco al uso soy más bien parisino,

de civiles, de moscas, de curas abomino.

Aunque la acción me atrae, jamás me determino.

Pero a gusto distraigo las vueltas del camino.


(diciembre, 1998)

miércoles, 29 de abril de 2009

Poesía e imagen

[Foto: Rafael A. Butelo]


Aunque me veis disertar,
disertar diserto poco.
Ya quisiera yo alcanzar
los mil no sé cuantos bolos
que da... Fulano de Tal.

martes, 28 de abril de 2009

Del Moleskine

Las encuestas son el GPS de los políticos.

*

Los mismo que hay hagiografías, hay también cabrografías.

*

Los poetas del silencio deberían ser consecuentes.

*

La corriente dominante, en realidad, hoy como ayer, es la de la poesía... de la inexperiencia.

*

Las palabras se gastan de no usarlas.

*

Sexo seguro: sexo con seso.

*

Primavera: nos deprimimos porque nos creemos en la obligación de estar eufóricos.

*

Televisión: invento desaprovechado.

*

Humanidad: algo que huele.

domingo, 26 de abril de 2009

A la abeja semejante...

El fondo de la editorial Renacimiento se ha convertido, en efecto, o se está convirtiendo... en un fondo sin fondo, inabarcable, donde es casi imposible seguir todas las novedades. Casi por casualidad (y digo casi porque la casualidad absoluta no existe) me encuentro con una "novedad" del 2008 que a mí al menos se me había pasado por alto: El epigrama español. Antología, de José Esteban. Divertido y noticioso, nos permite un recorrido por este género que hoy ha caído, aunque quizás no del todo, en desuso.

La definición clásica del epigrama es la de José Iglesias de la Casa, poeta dieciochesco:

A la abeja semejante
para que cause placer
el epigrama ha de ser
pequeño, dulce y punzante.

Sin que importen ahora los autores, pues es género impersonal, he aquí algunos:

Siempre fray Carrillo estás
cansándonos aquí fuera.

¡Quién en tu celda estuviera

para no verte jamás!


*

El imposible mayor

que halla Ovidio es que del fuego

nazca el agua. Yo lo niego,

que he visto llorar de amor.


*

Veinticinco, dice Irene

ser los años que ahora cuenta.

Cierto: quien tiene cuarenta

veinticinco también tiene.


*

Cascando un piñón don Justo,

avaro sobresaliente,

sintió rompérsele un diente

y se llevó mucho susto.

Pero pronto se rehizo
y exclamó muy placentero:

"Este no cuesta dinero.

¡Temía que era el postizo!"


*

Voy a decirte una verdad y es ésta:

No vale nuestra vida lo que cuesta.

*


En una pendencia, Juan

tan fuerte golpe sufrió
que un ojo se le saltó,

y gritaba con afán:
- ¡Por Dios, señor cirujano!
¿Llegaré el ojo a perder?

- Muchacho, no puede ser,

porque lo tengo en la mano.


*

"Mal ha predicado el cura",

dijeron unas devotas,

y yo repuse: - Es verdad,

hablaba a tontas y a locas.


*

¿Por qué juras que esos versos

de repente los hiciste,

si ellos, aunque tú lo calles
,
bastantemente lo dicen?


*

Por testigo, la enramada;
por techumbre, el firmamento;
y, no obstante, a los seis meses,

lo sabía todo el pueblo.


Cínicos, chocarreros, misóginos, chuscos o a veces ingenuos, se comprende que hoy no se escriban epigramas. Pero, sin ese género, a la historia de la poesía le faltaría un capítulo. Menor, si se quiere, pero desde luego imprescindible y, desde luego, divertido.

sábado, 25 de abril de 2009

¡Por fin el bus ateo!

Como era de esperar, tras la Semana Santa, el bus ateo llegará a Sevilla. Sea bienvenido. La única pega que yo le pondría es la más que dudosa legalidad del asunto. Como explica la información de EL CORREO DE ANDALUCÍA, esa publicidad contravenía las normas fijadas por Clear Channel, la empresa concesionaria de la publicidad de los autobuses. El pliego de condiciones del contrato entre Tussam y la empresa sólo permite publicidad con fines comerciales y mercantiles –a excepción de las bebidas alcohólicas y el tabaco– y la publicidad institucional del propio Consistorio. Pero hete aquí que el gobierno social-comunista que rige la ciudad ha decidido saltarse sus propias normas y hacer una excepción. Bien, nada fuera de lo habitual en este gobierno.

Pero, salvo esto (las normas deberían ser para todos), no acabo de entender la contrariedad de algunos a que esa propaganda funcione. Y, menos aún, de los creyentes, que deberían dar saltos de alegría y dar gracias a Dios, que escribe derecho en renglones torcidos.

Porque esta publicidad es de las que casi convencen... de lo contrario.

"Probablemente..." ¿Qué tanto por ciento de probabilidad? ¿25, 80 ó 50? O sea, y en definitiva, que quizás. No se atreven a darnos seguridades. Pero ya sobre esto razonó, y muy bien, Pascal, que de cálculo de probabilidades y de apuestas, si se trata de apostar, entendía algo (inventó la primera calculadora de la historia).

La segunda parte del mensaje es aun más indigente intelectualmente hablando: "disfruta de la vida..."

Claro que habría primero que ver qué es lo que se entiende por "disfrutar de la vida". Pero, sea lo que sea, es lo único en positivo que propone el ateísmo. Uno ha leído el Tratado de ateología de Michel Onfray y la solución por la que apuesta es el hedonismo.

Puede que el hedonismo sea algo bueno y viable (aunque tengo mis dudas) cuando se disfruta de juventud y buena salud y se tiene la cartera repleta de billetes. Pero son cosas que o duran poco (las dos primeras sobre todo) o no se suelen dar al mismo tiempo.

Bienaventurados los ateos, porque ellos nos ayudan a entender algo mejor a Dios.

miércoles, 22 de abril de 2009

Sala de profesores

En la facultad de Filología de Sevilla no hay sala de profesores. Mejor dicho, existe una, con su rótulo y todo, pero desde tiempos inmemoriales (cuando empezó la masificación) se viene usando como un aula más. La masificación ya no existe, pero la sala de profesores tampoco. Los maliciosos opinan que no se quiere habilitar para que los docentes no coincidan ni se reúnan y así no conspiren ni se concierten contra las autoridades académicas. Divide y... ya se sabe. Así que cada uno permanecemos en nuestro cubículo (vulgo, despacho) cuando no estamos en clase. Y últimamente, ya ni siquiera tenemos cafetería donde coincidir. Nos hemos convertido en mónadas.

En cambio, en el instituto, sí que tenemos sala de profesores. Es ahí, más que en los departamentos, donde pasamos la mayor parte del tiempo. Me gusta pensar que la sala de profesores del instituto es la verdadera universidad, si es que la universidad es la universidad o comunidad de los saberes. Con el de física, hablo del big bang y de los agujeros negros; con el de biología, que cree que el darwinismo es verdad inconcusa, discuto este año más de lo habitual; con la de francés, converso de cuando en cuando en esa lengua para desoxidarla; con la de filosofía, hablamos de Schelling (sobre quien ella hizo su tesis) o de Bergson o de quien se tercie; con el de matemáticas... hablo de la Semana Santa de Sevilla y de la ruta de los bares de tapas... Con el de gimnasia, hablo de novedades literarias. Con el de religión no hablo nada, porque en el Nocturno (perdón, Secundaria de Adultos), no hay religión (la asignatura, digo). Ah, y con Ridao (felicidades, neopadre) comento los blogs...

Por supuesto, además de preguntarnos por los viajes que hacemos o por asuntos de familia, también dedicamos no poco tiempo a despotricar de la Junta y de lo mal que está la enseñanza. Pero de conspiraciones, nada, y de rebeliones, menos. Simples desahogos. Melancolía.

Total, una tertulia. Para los que no tenemos tiempo de asistir a una tertulia.

martes, 14 de abril de 2009

Mere Christianity

Este es el título original, como se sabe, del famoso libro de C. S. Lewis. Pero en la traducción que circula por España se lo ha titulado como Mero Cristianismo. ¿Es acertada esta traducción?

Como explica el propio Lewis en su "Introducción" al libro, lo que se propuso en él fue la exposición de los puntos comunes y compartidos entre todos los que se llamasen cristianos, así fuesen católicos, anglicanos, metodistas o presbiterianos, o sea, algo así como el mínimo común denominador del cristianismo, al margen de doctrinas particulares.

¿Mero cristianismo, entonces? A mí me suena extraño y poco castizo. Yo le pondría otro título, que creo más natural en castellano y más conforme con la intención del autor: Sencillamente, cristianismo.

Y aún me asalta la duda si no sería mejor Sencillamente, la Cristiandad.

Pero este último quizás sea más interpretativo y quizás quiera decir otra cosa.

lunes, 13 de abril de 2009

¡No es la economía, estúpidos!

Se extrañan algunos de que, habiéndose convertido la crisis económica en un agujero sin fondo, el partido de Zapatero no caiga abismalmente en las encuestas. Vamos, que no caiga al suelo como una fruta pocha.

Pero ninguna crisis económica, ni siquiera la peor hambruna, ha derribado o siquiera hecho tambalear un gobierno. Lo que mueve la opinión, y lo que transforma la opinión en acción, no es el estómago, sino el discurso. La crisis no es nada, la interpretación es todo. Los hechos no valen sino por la interpretación que se les da en la cabeza, no en el estómago.

Y ante la crisis económica, Zapatero tiene un discurso; Rajoy, no. El gallego insiste en los hechos, en las cifras, en las estadísticas... Zapatero nos ofrece una interpretación más sencilla, menos técnica, como una película de buenos y malos. La crisis viene de fuera y es un fenómeno mundial; sus causas son la avaricia, la codicia, la ambición, o sea, el capitalismo marrullero y selvático. Y la única manera de atajarla, de sobrellevarla al menos, consiste en la vieja receta socialista, que parece ahora recién descubierta: más gasto público, impuestos "a los ricos" (o sea, a los que trabajan), medidas y subvenciones para "los pobres". Aplicamos las mismas medidas, se nos dice, que se están aplicando en todo el mundo: estamos en sintonía con Obama.

Ni Elena Salgado, ni José Blanco, ni Trinidad Jiménez... salvarán la economía. No son técnicos, son políticos. Este, o sea, es un gobierno de agitación y propaganda. Diseñado para ganar las elecciones, que ya se ven a la vuelta de la esquina.

Mientras tanto, el partido de Rajoy se pierde en anécdotas como que Chaves está mayor, que Blanco no ha acabado la carrera o que a la Sinde le pagan los servicios prestados...

Es probable que Rajoy sea mejor administrador que Zapatero, pero unas elecciones generales no son una reunión de la comunidad para nombrar al nuevo administrador de fincas.

O Rajoy no tiene discurso, o no se atreve a enseñarlo. Y no sé qué es peor.

[Redactada esta nota, leo en la prensa que según las últimas encuestas, el PP aventaja al PSOE en más de 4 puntos. Si se lee la letra pequeña de esas encuestas, se verá que en realidad se trata de un empate]

domingo, 12 de abril de 2009

Corín Tellado

Corín Tellado ha muerto. Hojeo el tomo correspondiente de la Historia de la literatura española de Pedraza y Rodríguez: no se la cita ni una sola vez. Corín Tellado no ha existido jamás.

Pero estoy lejos de poder tirar la primera piedra: yo tampoco he leído nunca ni una sola de sus novelitas románticas.

¿Será un pecado grave?

sábado, 11 de abril de 2009

Lo que San Pablo dijo a los corintios

12 Si autem Christus praedicatur quod suscitatus est a mortuis, quomodo quidam dicunt in vobis quoniam resurrectio mortuorum non est?
13 Si autem resurrectio mortuorum non est, neque Christus suscitatus est!

14 Si autem Christus non suscitatus est, inanis est ergo praedicatio nostra, inanis est et fides vestra;
15 invenimur autem et falsi testes Dei, quoniam testimonium diximus adversus Deum quod suscitaverit Christum, quem non suscitavit, si revera mortui non resurgunt.
16 Nam si mortui non resurgunt, neque Christus resurrexit;
17 quod si Christus non resurrexit, stulta est fides vestra; adhuc estis in peccatis vestris.
18 Ergo et, qui dormierunt in Christo, perierunt.
19 Si in hac vita tantum in Christo sperantes sumus, miserabiliores sumus omnibus hominibus.

[Cor., I, 15, 12-19]

jueves, 9 de abril de 2009

Maria Serventi traduce "Tan cerca de mi casa"

Me gustaría poder alardear de no haber sido antologado, ni citado, ni premiado, ni reseñado, ni traducido jamás. Alguna vez he fantaseado con una solapa que dijese: "Enrique Baltanás no ha recibido ningún premio, ni ha sido incluido en ninguna antología..." Pero, aunque muy cercano a la verdad, no sería completamente cierto. Ser un poeta completamente anónimo hoy es misión imposible. Yo hasta puedo presumir de tener un poema traducido al italiano, uno solo, pero muy bien traducido, y nunca publicado, de Maria Serventi:

COSÌ VICINO A CASA MIA

La campagna si trova a pochi minuti da casa mia.

Basta attraversare due o tre vie

per trovarsi subito con il rumore di questo fiume

avvolto nel suo sogno di norie e giunchi.

Sono soltanto pochi minuti quelli che trascorrono

tra il clacson metallico ed il silenzio dell’aria

che la cicala strappa, o questa canzone dell’acqua

che monotona cade come in uno stagno.

Sono soltanto pochi minuti, e sembra che cambi

altro che il paesaggio.

Al passar il fiume ed entrando nella pineta

sembra che lì trovo ciò che di me vale di più,

o che è forse unico, eterno e vero.

I tronchi dei pini, che si ritorcono gracili,

mi ricordano la vita, che è caso e che è norma,

e che è bella nei suoi giri di mattine e sere.

Come questi pini io ho vissuto

sempre legato a questa terra che mi spezza

in due il cuore,

e fa che la mia vita diventi,

non so bene per quale strano tormento,

monotona avventura e abitudine cambiante.

Per questo ho bisogno di percorrere i suoi sentieri.

Scendere fino a questo fiume,

perdermi tra la pineta, per le colline

che già di verde e malva sono vestite.

Nessuno sceglie di nascere, ne da chi nasce,

e la prima dimora;

io non scelsi neppure la rotta della mia morte,

ne il luogo del mio ufizio.

Sono come la pietra, come l’albero,

come questo quieto fiume

che scorre e permane,

e che fugge e rimane immobile nel suo luogo.

Questa terra dorata mi nutre le radici

e questo cielo di sempre nel mio ramo respiro.

Conosco la terra bagnata dell’inverno,

il colore dell’autunno nei suoi teneri inizi,

la breve primavera che subito è estate,

e tutto è prevedibile, sebbene solenne, rito,

lo compio e celebro come se già non fosse una abitudine.

E so anche i nomi di tutti i mulini,

le cose e i casi, le storie...

e di ogni campana il suo suono.

Tutto è sempre uguale.

E ci sono volte che mi atterrisce un fatale fatalismo…

Il mondo è un palazzo fastoso e immenso

le cui chiavi mi diedero, e io stesso ho perduto…

Per questo ritorno qui, come questa sera,

dove tutto è così vicino a me

che quasi sono io solo ciò che vedo

nel breve paesaggio in cui si racchiude

quanto fui, quanto sono, quanto ho sognato,

ed è la mia sola unica ricchezza.

E celebro e saluto gli uomini che non fui,

in un addio freddo che desidero diventi festa.

Già la luce della sera si ritira

e nel cielo si accendono le prime stelle

e una navicella lo attraversa con luce intermittente

- addio, addio, oh ombre viaggiatrici -

e prendo il cammino del ritorno,

per la riva del fiume - i suoi mulini

addormentati nell’acqua,

le sue silenziose pietre,

i suoi pioppi, i suoi frassini, la pineta che corona

le sue volte e rivolte -

e vado con passo lento, come in un sogno,

come dato ad un lamento tanto dolce che consola…

Un uomo ha bisogno di uno specchio,

e qui c’è il mio cristallo, dove il mio respiro lascia,

al passare come una vaga ombra,

un vapore effimero di non so bene che nebbia.

E già la notte illumina con la sua luna la pineta,

che è più che mai ombra, sogno, illusione edenica

ed elegia infantile

in questa angoscia che mi graffia eterna.

Per un sentiero bianco già mi allontano

dal bosco in cui immersi i mie sogni ed alzo la mia foglia nuova,

e vedo il fiume al pari del mio correre, fermo e fugace, verso la sua morte

come io abbandono i colli, le rive

di questo fiume dove tanti fantasmi, prima di me, si affacciarono,

come l’ancora nello specchio dell’acqua si riflette.

E ritorno verso la mia casa,

dove so che mi aspettano

- a me? all’altro? allo stesso? -

il rancore in un piatto, le nuvole nella agenda,

nostalgie al telefono, racconti con me stesso,

clausura aperta di una biblioteca

con libri le cui pagine si cancellano al aprirli,

un cattivo amore conservato nella ghiacciaia,

il miagolare di gatti invisibili,

il dorato splendore della miseria

di chi fallisce in tutte le sue vittorie,

la ricerca nella nebbia

davanti a un umido specchio di cristallo e di tempo.

E lontano resta ciò che è così vicino.

miércoles, 8 de abril de 2009

Miró


[La Crucifixión, de Andrea Mantegna, Museo del Louvre]


Jesús agonizaba. Balanceó el cráneo, ahogándose. Se veía el ansia del resuello desde el vientre a las fauces. Crepitaban sus pulmones cartonosos; temblaba la blanda hinchazón de su pleura; se rompía su silbo ronco en un colapso; y entonces resaltaba el zumbido de las moscas en sus ojos, en su nariz, en sus orejas, en las llagas de los clavos.

Y tornaba el jadear, el cabeceo de la asfixia. Su cabellera se doblaba, caía, le cegaba, se alzaba; su aliento fue haciéndose ancho, prolongado. Se quejó, y precipitóse su ahogo. Sus pupilas vidriosas imploraron al azul; se volvieron a la tierra...

Jesús estaba solo. El Padre lo ha desamparado. Jesús ha de pasar las soledades humanas de la muerte. En la tierra no puede ni el amor vencer la afonía del amado. El que muere está solo. De Dios a criatura era un tránsito de resignaciones, de sencillez, de piedad. De hombre a Dios, había de subir la jornada yerma, cegada, sin tierra y sin cielo; Jesús, solo.

Todo el Calvario estaba lleno de su angustia. Sobre los rumores de la multitud y el aullar de Genas y Gestas, resaltaba el afán del Señor. Y sonó su grito de desgarraduras de toda su vida; y sintióse su silencio, el silencio del pecho inmóvil, desencajado, alto, duro, metálico; la cabeza quedó colgando hacia la roca; y la cruz tembló del peso del cadáver, que se había salido del escabel, y semejaba desclavarse. La madre aún esperó otra palpitación del costado del hijo.

Un custodio le fue enroscando una soga, atándolo al mástil.

Y Josef llegóse al centurión para mostrarle la tablilla del mandamiento de Poncio cediéndole el cuerpo de Jeschoua Nazarieth.

Bramaron los otros crucificados bajo los golpes de maza, que iban quebrándoles las piernas, las ancas, las costillas, los codos...; era el suplicio del crurifragium que infama y apresura la muerte.

Caía una lluvia olorosa de primavera. Resonaban los follajes de los jardines, removidos por un vendaval de arenas.

La muchedumbre se dispersó hastiada...


[Figuras de la pasión del Señor, 1917]


[La Piedad, de José de Ribera, 1633, Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid]

lunes, 6 de abril de 2009

Frente al río

[Claude Monet, Zaandam, 1871, Museo de Orsay]

Yo sólo soy un hombre que pregunta

Al vacío, a la nada, al infinito,

A las nubes que pasan y en el río

Van dibujando el mapa de sus dudas.*


Corre el agua en silencio bajo fresnos,

Y las nubes se engastan en el agua,

Volviendo su errabundia imaginaria,

Doblando a la corriente su misterio.


Yo sólo soy un hombre que allí mira

El río y las orillas y las nubes,

Y cómo es todo lentitud y prisa


Y cómo ya pasó lo que no tuve,

mientras las aguas lamen las orillas

del camino que eternamente fluye.


[var.: abandonan los planos de su fuga.]

sábado, 4 de abril de 2009

Noticia breve de Gustave Thibon



Fue Marie Christine del Castillo, en el divagatorio azar de una conversación de café, quien pronunció el nombre de Gustave Thibon (1904-2001). Yo no lo había oído nunca, ni me sonaba siquiera, lo cual no es extraño, dada la vastedad de mi ignorancia. Marie Christine me dijo que en España prácticamente no lo conocía nadie, salvo, al parecer, Aquilino Duque y alguna otra rara avis, pero que era un pensador importante. Como buen coleccionista compulsivo, decidí no dejar escapar esa pieza. Y pedí los dos únicos libros suyos que se pueden encontrar hoy en el mercado, ambos editados por Belacqua, El equilibrio y la armonía (L'Équilibre et l'harmonie, 1976) y Una mirada ciega hacia la luz (Notre regard qui manque à la lumière, 1955). De este último copio una pasaje para general conocimiento y pública recomendación:

"El amor verdadero comienza cuando uno se da cuenta de que el amor de las criaturas no existe y que el ser amado no es más que un vaso de agua para nuestra inmensa sed otorgado por el azar en un encuentro fortuito o un tanteo aún vacilante de nuestro ciego impulso hacia lo infinito. Cualquier otro ser podría fácilmente sustituirlo porque para saciar la sed basta cualquier bebida, y con cualquier material se puede tallar un ídolo. La revelación es dura, pero de ese bautismo en la verdad, inmensa y amarga como el océano, vemos resurgir, como una aparición que disipa las apariencias, un nuevo amor hacia las criaturas que ya no debe nada a la necesidad, al azar o a la mentira. Este amor es noble porque ha depurado y separado todos los elementos extraños, invulnerable porque pasa por encima de la muerte y único porque encuentra de nuevo en el ser amado la imagen pura del Dios creador. También aquí la inmortalidad comienza en la resurrección. Pero antes de resucitar hay que morir, y sólo después de aborrecer las cenizas de la nada se paladea el ser.

No amamos a alguien porque sea único, sino que, al contrario, llega a ser único porque lo amamos. Es el amor el que nos eleva a la existencia irreemplazable e inmortal. Es fuerte como la muerte, porque nos libera como ella del tiempo y de las apariencias. Antes de amar y de ser amados, no tenemos existencia verdadera: no somos más que una nebulosa de posibilidades confusas y casi anónimas. El amor nos entresaca de la masa informe y común, del vano torbellino de átomos intercambiables. El amor crea primero dos soledades y luego las une. Todos los bloques de mármol del mundo son más o menos lo mismo, pero cuando Miguel Ángel escoge uno, aunque sea al azar, para esculpir su sueño, a partir de ese instante todo azar queda superado y la forma de la estatua responde a una idea única de Dios eterno. Y la materia y la forma de la obra uedan unidas e inseparables para siempre.

El milagro del amor consiste precisamente en cambiar los elementos que otorga por el azar en dones de la Providencia, revelándolos, a través de las pruebas que van destruyendo todo lo mortal que hay en nosotros, el fulgor divino de un amor irreductible a todos los comunes denominadores de la materia y del tiempo. ¿Cómo llegaríamos a descubrir la inmortalidad escondida en nosotros si no gustáramos del sabor de la muerte?"

Vaya, la noticia no ha sido tan breve.

Seguiremos leyendo a don Gustavo.

viernes, 3 de abril de 2009

Asuntos logseabundos

La pedagogía es a la enseñanza lo que la física recreativa es a la física de verdad.

*

[No creo en la verdad de esto que escribo. En realidad, aprecio demasiado ese arte y esa ciencia (porque es las dos cosas). Pero vivimos tiempos en que acaso es preciso decir lo contrario de lo que uno piensa para que se vea mejor lo que uno piensa].

jueves, 2 de abril de 2009

Sentido y sinsentido (2 de 3)

Arguye Jean Paul Sartre:

"Existir es estar ahí simplemente. La existencia es la contingencia, y nada puede explicar la contingencia: todo es gratuito. Y todo es absurdo: no hay razón ninguna para que exista, y sin embargo existe. Esto es lo que causa la náusea ante la existencia."

Pero le redarguye -o le hago yo redargüir, enfrentando los textos- C. S. Lewis:

"Si todo el universo carece de significado, jamás nos habríamos dado cuenta de que carece de significado, del mismo modo que, si no hubiera luz en el universo, y por lo tanto ninguna criatura tuviese ojos, jamás habríamos sabido que el universo estaba a oscuras. La palabra oscuridad no tendría significado."

miércoles, 1 de abril de 2009

Sentido y sinsentido (1 de 3)

¿Tiene la vida humana algún sentido? ¿O es sólo el resultado de alguna evolución ciega, de un caprichoso y tragicómico azar?

Una pregunta clave, que a menudo se han hecho los filósofos, que cada día se hacen millones de hombres, incluso aunque no lo sepan o no se den cuenta.

¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué hacemos aquí?

Pero hay otra pregunta previa a ésta, una pregunta más terrible todavía, una pregunta que es, sin embargo, ya una respuesta:

¿Por qué el hombre es el único ser sobre la tierra que se pregunta por el sentido? ¿Por qué al hombre no le basta con comer, beber, reproducirse...? ¿Por qué, a veces angustiosamente, se pregunta acerca del sentido? ¿Por qué no le basta con el azar, con el instinto, con la resignación callada ante la muerte? ¿Por qué?