"Y
ya estoy aguardando la pregunta bien intencionada del lector
desconcertado: Bueno, entonces, si usted no cree en la poesía
andaluza, ¿para qué se mete a hacer una antología de poesía
andaluza?
Pues
por lo mismo que la podría haber hecho de poesía murciana, cántabra
o valenciana, si supiera o pudiese. Y todas ellas serían necesarias.
No cree uno en las “señas de identidad”, ni menos aún en los
“marcadores de identidad” (horrible palabro: ¿no era a los
esclavos y a los prisioneros de los campos de exterminio a quienes se
marcaba con hierro?). Pero, en cambio, sí cree en la erudición, o sea, en el
microscopio, herramienta tan útil como el catalejos, y del que es
tal vez instrumento complementario. Sería erróneo y engañoso
limitar la literatura a unos pocos grandes nombres por todos citados,
que brillan desde lejos. No menos engañoso sería lo contrario.
Algunos de los nombres incluidos en esta antología tienen ya un
puesto asegurado en las antologías “nacionales”; otros, en
cambio, no han tenido cabida en ellas, y no por eso no merecen ser
leídos con atención. Y sólo estas antologías parciales,
regionales, pueden contribuir a que sus nombres llamen la atención
del lector. Eso por un lado. Por otro, que no se niega la realidad de
la región, una entidad como otra cualquiera, ni más ni menos
legítima o fundada, un casillero más en el archivo, siempre
provisional, siempre arbitrario, de la memoria humana. Puestos a
esencialistas, la única poesía realmente existente es la poesía
universal, sin que importe la lengua o el país o el sexo... Goethe
es tan japonés, o tan italiano, como alemán (por cierto, que
Alemania aún no existía en su época). Omar Kayyam o Dante son...
bueno, pues, eso. Lo que no quiere decir que luego, acercándonos,
tomando el microscopio, no podamos diferenciar entre poetas chilenos
y poetas de la Sierra de Huelva. Vivimos en el mundo, pero no por eso
dejamos de habitar en alguna ciudad, en un lugar concreto de ese
único mundo. Y a veces será más interesante hojear la prensa local
que las páginas del Financial Times.
Aún
antes de que España se conformara jurídicamente en un Estado
autonómico, ya se había difundido la moda de escribir historias
regionales de la literatura. Nada hay que reprochar a estos
acercamientos de lupa y microscopio, si no se pierden las
perspectivas ni se incurre en demasiados disparates de campanil y
parroquia. Las historias locales y regionales nunca han negado, sino
complementado, las generales. Considera uno, pues, no sólo legítimo
sino conveniente seleccionar una antología de poetas andaluces, y
aún Andalucía le parece un ámbito demasiado general: provincias
hay con un perfil muy nítido que merecerían recuentos específicos.
Porque hoy es la provincia esfera desprestigiada, comida por la
voracidad autonómica. De nuevo habría que clamar por la redención
de las provincias, aunque en otro sentido distinto del de Ortega: las
provincias, esos seres administrativos y vivenciales, que son, por lo
menos, tan reales y tan convencionales como los mismos entes
autonómicos. Tan entes de ficción (en el mejor sentido de la
palabra ficción) los unos como los otros."
Enrique Baltanás, del Prólogo a Los cuarenta principales. Antología general de la poesía andaluza contemporánea (1975-2002)