LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

domingo, 24 de abril de 2005

Dinosaurios y gallinas

Los niños de ahora conocen mejor a los dinosaurios que a las gallinas.

Acerca de la sinceridad en el arte

Palacio Valdés en su discurso de ingreso en la RAE (ca. 1900): “Sólo las obras vividas llevan el sello de la originalidad que las hace inmortales... Toda nuestra obra literaria debe ser en este sentido una vasta y magnífica confesión.”
“Ser sincero es ser potente” dice R. Darío en el Canto errante.

Una conferencia de Bousoño

Decido "quemar" mis diarios de años recientes. Lo escribo entrecomillas, lo de "quemar", porque lo que hago en realidad es borrarlos de la memoria del ordenador, que así es como se queman hoy los borradores. Pero rescato algunas anotaciones. Ésta, por ejemplo, del 25 de febrero de 1998:
"Por la tarde, conferencia de Carlos Bousoño sobre Aleixandre y el 27 en la Diputación. Absurda, esperpéntica, hilarante. Proclama su fe en la teoría orteguiana de las generaciones “porque siempre se cumple”. Salinas y Guillén no son del 27, sino los más viejos de la generación de JRJ. Parece que va a explicar esto pero empieza a hablar de lo que él llama la razón físicomatemática, que dice que nace en el siglo XIV (Arquímedes y los geómetras griegos desaparecen de un plumazo), del muro de Berlín (cuya caída él pronosticó muchos años antes), del centralismo y de la descentralización, de Marcuse y de Gorbachov, de la Escuela de Frankfurt, de la razón vital, de las revuelta estudiantiles del 68, del integrismo islámico, de cómo da él sus clases, del surrealismo (el mayor acontecimiento poético de la historia, después de Homero)... El público comienza a dar muestras de impaciencia o de puro pitorreo. Alguien levanta la mano y dice que él ha venido a oír hablar de Aleixandre... El académico y laureado poeta lee los versos iniciales de un poema de Aleixandre (de los tres que nos han repartido en fotocopia, de los demás dice que no hay tiempo, que los leamos en casa): “Sin luz”, donde se habla de un pez espada habitante de las profundidades marinas. “Yo le dije a Vicente que quitara lo de pez espada, que lo dejara en simplemente pez, porque el pez espada vive en aguas superficiales, como todo el mundo sabe, no en las profundidades abisales. Pero no me hizo caso.” Yo creo que porque no le hizo caso es por lo que ahora, en venganza, no habla de Aleixandre, supuesto tema de su conferencia. Termina con una chorrada idéntica a la que empezó, pero absolutamente contraria, “la teoría de las generaciones es falsa, pero es muy útil, yo también la utilizo, pero es falsa”, lo que deja al público aún más perplejo y divertido. Mi duda es si este hombre ha sido siempre tonto, o su chaladura es sólo achaque sobrevenido de su vejez. Espero que cuando yo tenga su edad mental (la del chocheo) nadie me invite a dar conferencias o, por lo menos, que conserve la lucidez suficiente para no aceptarlas. Pero quién sabe"

martes, 19 de abril de 2005

Ireland

No sé muy bien quién fue John Ireland, pero dejo anotada aquí esta frase suya, pescada al azar:

"Trabaja como si todo dependiera de ti, y reza como si todo dependiera de Dios".

miércoles, 13 de abril de 2005

En vez de Cristo, Ghandi

Mi hijo G me cuenta lo que hacen en la clase de religión. Ven un vídeo sobre Ghandi. "¿Y lo comentáis?" "No, sólo lo vemos". Mi hijo asiste a un colegio privado, laico, pero donde la religión (católica, of course) es asignatura obligatoria para todos. Nunca he sabido por qué.
¿Quién será la profesora de religión? ¿Una licenciada en Filosofía o en Teología, o en ambas cosas? ¿Una profesora (porque al parecer es mujer) de Tecnología a la que faltan horas para completar su horario?
Me parece muy bien que los obispos reivindiquen el deber de ofertar la asignatura de religión, pero mejor aún harían en garantizar o procurar que se garantice el contenido de esa asignatura, sus programas, su rigor intelectual. G nunca ha oído hablar de los atributos de Dios (omnisciencia, omnipotencia...), ni del misterio de la Trinidad, ni de las vías demostrativas de la existencia de Dios, ni de sus contraargumentos, ni de nada. Aún no ha visto la Pasión de Mel Gibson, pero ya se ha tragado entero el vídeo sobre Ghandi. Jo.

Alto jornal

Decepción, ahora, al releer la poesía de Claudio Rodríguez en la antología que, bajo el título de uno de sus más celebrados poemas, "Alto jornal", ha preparado y prologado Vicente Gallego en Renacimiento. Bien es verdad que la poesía de Rodríguez nunca fue santo de mi devoción. Pero esperaba, o deseaba, mejor, que ahora se me revelara su conque, que se me cayera la venda de los ojos o se me abriera el corazón o se me afinara un gusto quizás estragado por los apresuramientos o el olvido. No lo he podido conseguir. Me parece ahora, aún, Rodríguez un poeta palabrero, con el encanto del borracho ingenioso y decidor que oímos en las altas madrugadas ociosas. Acierto, eso sí, en el fraseo personal, pero vacío de médula y almendra.
Quizás la razón de este despego por su poesía me la brinda el propio antólogo: "Resulta imposible -dice VG en un prólogo que titula "Acción de gracias"- leer a Claudio Rodríguez desde fuera, desde la razón, desde la inteligencia."
Reseño, eso sí, un poema que sí que me ha gustado: el titulado "Eugenio de Luelmo".
En cambio, el celebérrimo "Con media azumbre de vino" me ha parecido digno de los juegos florales de la vendimia de Toro (Zamora).

domingo, 10 de abril de 2005

Espectáculo fascinante

"Espectáculo fascinante" titula Juan Bonilla su artículo de hoy domingo en "El Mundo". Se refiere, claro está, al "que se ha producido esta semana en el Vaticano", y que JB califica de "triunfo de la teatralización de la realidad". Según JB, este "espectáculo ficticio y exagerado", esta "ópera fascinante que, dada su duración, de conmovedora pasó a ser onerosa y a provocar hartazgo", ha conseguido hacer olvidar los puntos negros o "disparates antológicos" de este Pontífice. Por ejemplo: "no se ha dicho nada de cómo el sida se ha multiplicado en los lugares donde, por influencia católica, no se combatió la epidemia con reparto de condones", ni "cómo Wojtila aplastó a los teólogos de la liberación"; tampoco, cuando se recuerda que se llevaba bien con los jóvenes, se dice "con qué tipo de jóvenes se llevaba bien"; y sobre todo, se le presenta como "grandísimo luchador por la libertad", cuando, a juicio de JB, sólo "luchó contra el comunismo, a cambio de coquetear con algunos fascistas".
Por supuesto, JB está en su derecho de considerar teatralización o espectáculo ficticio lo que los católicos llaman simplemente liturgia. Quien está ciego para lo sagrado, sólo puede ver su cáscara, que naturalmente confundirá con la almendra. Pero eso pertenece al libre albedrío de cada cual, que cada cual cree lo que quiere o lo que puede.
Ahora bien, y pasemos de la fe a los datos y a los hechos: donde el sida ha surgido como una dramática epidemia es en países africanos que no se caracterizan precisamente por ser de mayoría católica.
Si Juan Pablo II visitó el Chile de Pinochet, también visitó la Cuba de Castro. Y por cierto, Pinochet abandonó el poder por propia voluntad, dando paso a un régimen democrático, algo que aún seguimos esperando que haga el Comandante.
¿"Aplastó" a los teólogos de la liberación? Que yo sepa, todos están vivos y coleando. Lo que Juan Pablo II se limitó a hacer, como era su obligación, fue proclamar la incompatibilidad de este marxismo de agua bendita y guerrilla de sierra y sacristía con la doctrina ortodoxa de la Iglesia.
Supongo que JB no querrá hacer distinciones entre jóvenes buenos y jóvenes malos, pero es bastante razonable sostener la hipótesis de que la sintonía del Papa con los jóvenes católicos siempre será mayor que, un poner, con los jóvenes sintoístas o con los adolescentes animistas.
JB demuestra en su artículo que ser un brillante escritor y despreciar la lógica y los hechos no son cosas precisamente incompatibles.

sábado, 9 de abril de 2005

Sede vacante

Muerto y sepultado, con una curiosa mezcla de sobriedad y de espectacularidad, Juan Pablo II no ha desaparecido del todo de este mundo. Queda su legado, su doctrina, su ejemplo, su recuerdo. Quizás su santidad. Porque este Santo Padre ha sido, como ha proclamado el vulgo espontáneo, una padre santo. Después de aquel intelectual dubitativo y trágico que fue Pablo VI, el Papa Wojtila ha gobernado con pulso firme y sereno la nave de la Iglesia por los agitados mares de los asenderados tiempos que corren. Lo que menos se puede decir de él es que perdiera el norte. El norte de la fe.
Claro que también ha tenido y tendrá sus críticos, dentro y fuera de la Iglesia. Algunos de mis amigos progres -que son la mayoría, aunque los católicos sean la menor porción- me dicen de él que ha llenado los estadios y ha vaciado las iglesias. Gran frase lapidaria. No sé que justificación estadística pueda tener. Habría que hilar más fino. ¿Desde cuándo desciende el número de católicos practicantes, desde este Papa o la cosa viene de antes? ¿A qué se llama católico practicante, sólo al que va a misa o frecuenta los sacramentos? ¿Cómo se casa esto con el auge de las cofradías y hermandades y otras manifestaciones de religiosidad popular?
En cualquier caso, algo de razón llevan estos críticos. Escuchar una homilía en cualquier parroquia puede ser decepcionante. Suelen carecer de almendra teológica y, por supuesto de estilo literario. Se ve que los curas de ahora, en su mayoría, ignoran la teología y la filosofía, amén de los rudimentos de la retórica, por no decir de la de la otrora llamada oratoria sagrada. Y no es que crea yo que las homilías deban ser conferencias universitarias, pero, acaso no estaría de más una cierta dignidad intelectual, sin olvidar la vis, la pasión, el movere de la retórica clásica. La Iglesia no es una ONG que predique el "buenismo" profesional.
Pero, en fin, tiempo habrá más adelante de hablar de todo esto. Ahora estamos en tiempos de sede vacante.