LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

miércoles, 29 de junio de 2005

Metamorfosis

Yo comencé mi carrera docente (!) en un Instituto Nacional de Enseñanza Media (INEM), luego pasé a un Instituto Nacional de Bachillerato (INB), posteriormente a un Instituto de Bachillerato (IB: y entre la gran polvareda/ perdimos lo nacional) y he terminado dando clases en un Instituto de Enseñanza Secundaria (IES). Todo ello sin moverme del mismo sitio, el viejo Cristóbal de Monroy. Cambiaban las denominaciones y las siglas (BUP, COU, LOCE, LOGSE, ESO...), pero cambiaba siempre mucho más. Es el mismo edificio que yo inauguré el año 68 -sí, 68- como alumno de letras. Ahora entro allí como un fantasma cargado de recuerdos que tropieza, torpe, con duras e hirientes realidades. Los laboratorios desmantelados, el salón de actos convertido en "sala multiusos", la otrora espléndida biblioteca saqueada y desperdigada, los seminarios reconvertidos en aulas (hubo que encontrarle sitio a mil quinientos alumnos en un edificio preparado para quinientos).
Me dicen que aún tengo suerte porque al menos puedo dar clase. En Nocturno, los alumnos por lo menos escuchan, aunque a duras penas consigan entender lo que leen. En el Diurno, por lo visto, ni siquiera es posible dar clase.
Y todo esto en nombre del Progreso, de la Igualdad, del Socialismo, de la Comprehensividad (que el analfabetismo reinante ha traducido como "comprensividad"). La escuela pública hundida por los acérrimos supuestos defensores de lo público.
Sí, seamos comprensivos. El mundo cambia, pero no siempre para mejor.

Subsaharianos

A veces se cae uno de un guindo. Oigo en la radio, leo en los periódicos hablar continuamente de subsaharianos. De los que llegan a nuestras costas, náufragos salvados de la muerte, de la miseria, para seguir zozobrando en el semáforo o en el invernadero. Hasta ahora no había caído en que se les llama así, subsaharianos, para evitar... la palabra negro.

viernes, 24 de junio de 2005

Una vida inmortal

Como Max Aub, también Jean Paul Sartre creía que se escribe para quedar:
"La vida no acaba. Después de la muerte sobrevivo en mis libros. Es una
vida inmortal. La verdadera vida en la que no es necesario poseer un cuerpo y
una conciencia, pero en la que uno revela hechos." (Cartas al Castor)

No era el primero, ni sería el último. Los ejemplos de esta creencia en que la gloria literaria produce una suerte de inmortalidad podrían multiplicarse.

"Me pesa la vida, me canso de vivir y tengo miedo de morirme -le confiesa don Juan Valera a Gumersindo Laverde en una de sus cartas-. Creo que he consumido inútilmente mi vida y siento vehemente deseo de hacer algo antes de morir. Contento moriría yo si dejase un libro siquiera; algo que me satisfaciese y por donde yo pueda pensar, sin mucho amor propio, que no todo yo moriría: algo, sobre todo, que valiese la pena de haber vivido."

Y a otro corresponsal -Alcalá-Galiano- le cuenta que se propone seguir escribiendo "a ver si logro no morir del todo."

Pero la muerte es un hecho absoluto. No es posible morirse un poco, como no es posible estar un poco embarazada. Sobre los muertos los que deciden son los vivos. Son los vivos los que guardan la memoria de los muertos, si es que la guardan, los que aprecian su obra, si es que la aprecian.

Para el creyente, todos los hombres, desde el ilustre artista o el encumbrado político hasta el humilde labrador o el anónimo oficinista, tienen garantizada la inmortalidad. El alma no muere, aunque haya sido un alma ágrafa.

Para el ateo, que sólo cuenta con este mundo, lo que importa es quedarse en él de algún modo, aunque sólo sea en rótulo de calle o en papel impreso. Que alguien hable de nosotros cuando hayamos muerto.

A ambos les une el deseo de no pasar del todo, de quedar, de permanecer, de no ser sólo carne mortal, perecedera.

martes, 21 de junio de 2005

Arte mono, arte moderno

LONDRES. Un lote de tres cuadros pintados por un chimpancé en los años cincuenta se vendió por unos 21.000 euros en una subasta en la casa Bonhams de Londres, que esperaba venderlos por 1.200 euros. Las obras de Congo, fechadas en 1957, se incluyeron en la subasta junto a piezas de Warhol o Renoir, y fueron adquiridas por un estadounidense llamado Howard Hong, quien dijo ser «un entusiasta del arte moderno y contemporáneo».Congo fue un chimpancé adiestrado por el antropólogo Desmond Morris (autor de «El mono desnudo»). El mono pintó unos 400 cuadros abstractos animado por Morris, que estaba convencido de que los primates podían entender algunos de los elementos del arte humano. Se cuenta que incluso Picasso adquirió uno de esos cuadros. (ABC de hoy martes).
Uno ya está acostumbrado a oír o leer con cierta frecuencia la noticia de que unos operarios, en el curso de unas obras en algún edificio oficial, tiran a la cuba de los escombros un amasijo de hierros que después resulta ser una escultura moderna.
Pero esta nueva y perspicaz aproximación al arte contemporáneo es la primera vez.

domingo, 19 de junio de 2005

La papeleta (un caso de bisemia)

matrimonio.
(Del lat. matrimonĭum).
1. m. Unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua, vigésimo primera edición).
¿Qué pondrá en la vigésimo segunda?

Por cierto, que la enciclopedia ENCARTA (© 1993-2003 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos) define matrimonio en los siguientes términos: "es la unión estable entre hombre y mujer, convenida de acuerdo con la ley, regulada y ordenada a la creación de una familia. No se trata de una creación técnica del Derecho, sino de una institución natural que el ordenamiento regula en interés de la sociedad."
¿Será Bill Gates un furibundo y rancio papista, un militante secreto del PP? Pues que vaya tomando nota, o nos pasamos todos al Linux.

Penúltima apostilla: la misión del político es solucionar problemas, no crearlos. Pudiendo haberse resuelto el tema de las uniones homosexuales de manera no conflictiva, ¿por qué se ha elegido esta vía polémica y, cuando menos, discutible? Por mera torpeza... no lo creo. Me da el pálpito de que lo que se busca es eso, tensionar, polarizar, dividir entre "progres" y "carcas", entre rancios y modernos, sin permitir el matiz, la postura individual, la reflexión serena... Nos están preparando ya para las elecciones anticipadas.

martes, 14 de junio de 2005

Ofrendas a Marte

A Carlos Colón no le gusta que la plantilla del Betis haya acudido a la basílica del Gran Poder a presentar la recién obtenida copa futbolera. Lo considera muestra de paganismo y se extraña por eso de que las autoridades eclesiásticas no sólo no se opongan sino que sancionen con su presencia dicho acto.
"Esta costumbre pagana -escribe el columnista de Diario de Sevilla- de que los deportistas vayan a agradecer sus triunfos a las imágenes sagradas como si se tratara de gladiadores postrándose ante Marte debería ser cortada por aquellos que tienen autoridad para hacerlo: los obispos y los clérigos. Sin embargo, parece encantarles este rito pagano."
Pero el mismo periódico, además de la opinión de su articulista, ofrece la información del acto, y las palabras de los clérigos: en sus páginas de la sección de deportes.
Como suele suceder, el intelectual nunca entiende lo que el pueblo entiende espontéamente y sin mayor esfuerzo.
Uno, que también peca de intelectualismo, tiene que hacer el esfuerzo para comprender que:
1.- Cristo no es Marte, y eso lo sabían todos los congregados en la basílica.
2.- Era, sí, un legítimo agradecimiento a Dios por el triunfo deportivo obtenido (en la medida de que todo lo que obtenemos lo obtenemos con la ayuda de Dios).
3.- Se trataba, además del agradecimiento dicho, de una ofrenda: la copa, en efecto, no estaba vacía, sino llena de ilusiones, esfuerzo, derrotas, tanto del equipo como de su afición. Se trataba de dar un sentido al deporte, más allá del espectáculo y del negocio. Un sentido cristiano. De la sana alegría que produce el futbol en tantos corazones (y pienso en niños, ancianos, impedidos...).
Al contrario que Carlos Colón, erasmista y cofradiero (y él sabrá cómo sobrelleva esta contradicción), creo que actos como éste son los que alejan al fútbol del paganismo circense.

lunes, 13 de junio de 2005

Marzal uno y Marzal dos

Varapalo de Miguel Gacía-Posada, en el ABC de las Artes y las Letras, al poeta Carlos Marzal, con ocasión de la publicación de El corazón perplejo, su poesía reunida. Distingue el crítico dos etapas en la poesía de Marzal. La primera, de línea figurativa y realista, coloquial y manuelmachadiana, abarcaría sus dos primeros títulos, El último de la fiesta y La vida de frontera (ambos en Renacimiento). La segunda, a partir de Metales pesados (ya en la cuadra de Tusquets), inaugura una nueva manera, tendente a lo metafísico con mayúsculas, al simbolismo rimbombante, al poema grandilocuente y pretencioso, que García-Posada está lejos de aprobar: "no nos parece -dice el crítico- que el abandono de ese tono nada solemne y de orientación coloquial le haya beneficiado de modo especial".
No hay, pues, uno sino dos Marzal. ¿Habrá un tercero?

domingo, 12 de junio de 2005

Las lenguas ideológicas

Llamo lenguas programáticas, o lenguas ideológicas, a aquellas que, a la función normal de cualquier lengua de servir como instrumento de comunicación, superponen y privilegian la función de expresar una reivindicación política o ideológica. No son tanto lenguas que contengan mensajes potenciales infinitos, como las demás, sino que ellas mismas, y en sí mismas, son el mensaje. Hablar o escribir en esas lenguas no es ya realizar un uso natural, desprevenido y espontáneo, sino realizar una elección, asumir un contenido, levantar una reivindicación. No es manifestarse, sino pronunciar un manifiesto.
Lo decía hace poco paladinamente un anónimo censor del reciente Manifiesto de los Ciudadanos de Cataluña: NO ES POT SER CATALÀ SENSE PARLAR CATALÀ...
Pero, a este paso, y con estas actitudes, serán los nacionalistas los que maten o rematen lenguas ancestrales que, mal que bien, han sobrevivido hasta nuestros días. Ya han logrado trocear el catalán en tres, por lo menos: valenciano, mallorquín y catalán del Principado.
Las lenguas que uncen su destino al de una ideología perecerán con ella. Porque el nacionalismo es una granada que ahora alumbra mucho... precisamente porque ya ha explotado.

viernes, 10 de junio de 2005

Don Miguel y don Juan

Nada nuevo se puede decir ya del Quijote, quizás tampoco de su autor. Nada nuevo, en todo caso, se está diciendo en este centenario, cansino, reiterativo, protocolario. En cambio, casi todo está por decir de don Juan Valera, de su figura enigmática y aparentemente contradictoria. Se me dirá que don Juan no llega a la genialidad de don Miguel, que no son magnitudes comparables. No es mi intención comparar. Pero mucho más fresca, mucho más viva, más cercana a nosotros está la obra de don Juan que la de don Miguel, porque no en vano pasa el tiempo, y no es lo mismo un siglo que cuatro. En cierto sentido, Valera es más moderno que Galdós, tan atenido el canario al documento de época, a la moda del momento, llámese naturalismo o socialismo. Yo releo dos preciosas novelitas de don Juan, Pepita Jiménez y Juanita la Larga, y las encuentro vívidas y lozanas, más vivas aún que cuando se escribieron. En ellas no habla Valera de luchas sociales, ni sus personajes simbolizan corrientes políticas. Nos habla de la vida. Delicioso es el epistolario de Valera, pero no menos atractiva es su obra ensayística, tan olvidada, tan necesitada de una buena antología. Pero Valera no tiene mucha suerte. El libro de Lombardero parece haberse escrito de broma, y desde luego con muy poca simpatía por el autor andaluz. El de Andrés Amorós, La obra literaria de don Juan Valera: la "música de la vida", que comienzo a leer ahora, parece interesante, aunque la primera impresión es que Amorós nos pinta un Valera demasiado contradictorio y demasiado ambiguo. Y contradicciones hay en Valera, como en cualquier hijo de vecino, y más si se llega a una edad provecta, pero, ¿no hay, con todo, un hilo conductor? La respuesta, en breve. Por el momento, una convicción personal: don Juan no es una figura menor, por debajo de Galdós o de Clarín, ni por su pensamiento, ni por su obra.

miércoles, 8 de junio de 2005

Sahara: toda la verdad

En La Linterna, César Vidal entrevista a un representante del pueblo saharaui o, mejor dicho, y para no confundir, a un representante del Frente Polisario. Como ahora resulta que el gobierno socialista enfría sus relaciones con el Polisario y calienta y engrasa sus relaciones con Marruecos, a Vidal y a sus contertulios todo se les va en elogios del Polisario, en lamentos por lo mal que lo ha hecho España (y sobre todo, lo mal que lo hace ahora), en protestas por este abandono de los saharauis... Lo que ni Vidal ni ninguno de sus contertulios pregunta al político saharaui es cuál fue la actitud del Frente Polisario antes de la invasión marroquí (la llamada "marcha verde") y del casi inmediato desestimiento español. No sabe uno mucho de historia, ni tampoco se va a ir ahora a ninguna hemeroteca, pero ¿no practicaba el Polisario en los años 70 el hostigamiento contra las tropas españolas? ¿no hubo episodios de guerrilla? En aquel tiempo, el Sahara era una provincia española, exactamente igual que Cuenca o que Valencia. Tenían representantes en Cortes, gozaban de Seguridad Social, tenían pasaporte español (hoy podrían residir en cualquier punto de la geografía española, ser ciudadanos europeos...). Los del Polisario quisieron renunciar a todo eso, crédulos de la utopía del socialismo desértico, del nacionalismo de arena y de camello. No contaron con el lobo que acechaba cualquier breve sesteo del pastor. Y, efectivamente, el lobo no tardó en apoderarse de su presa. Puede que Moratinos sea un insigne inepto, que Zapatero sea un presidente por accidente, que el lobby marroquí haya infectado la médula espinal del partido socialista, pero los saharauis, o mejor dicho, y para no confundir, los polisarios, tampoco son precisamente ángeles. Cometieron un pecado original, y todavía están pagando por ello. Pero, ¿quién cree ya en el pecado original? Si ya ni siquiera creen en él los de la COPE...

domingo, 5 de junio de 2005

Volaterías (III)

Le dicen los ríos al mar: “Ya voooy, ya vooooy....”

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Mi lema: máxima humildad, máxima ambición.

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Era tan casta, que jamás se permitió usar polvos de talco.

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Un finca se hereda indefinidamente. En cambio, los derechos de autor prescriben a plazo fijo. La tierra vale más que la palabra o la idea. Como en los buenos tiempos del feudalismo.

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Las historias de la literatura como alternativa laica a las Flos sanctorum. San Antoniomachado y San Federico (mártires, aunque no vírgenes), San Ortega (obispo, "in partibus infidelium", sic ipse dixit), Santa Maríazambrano (doctora mística), Santa Rosalía (patrona de Galicia), San Juanramón (patrón de los profesionales de la salud mental), San Lope (para los pecadores arrepentidos y reincidentes), San Miguel (arcángel y autor del Quijote)… Antologías y manuales reclaman ya para sí el adjetivo de canónicos… Y estos santos también tienen sus fastos, sus octavas, y sus lugares de peregrinación. Paralelismos. Simetrías. Correspondencias.

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Duda sevillana: ¿Conget o con jota?

(Saludos, José María, si me estuvieses leyendo)

Madrid, ayer. 4 de marzo.

Ni carne ni pescado

Los franceses votaron no, los holandeses votaron no, los alemanes, si los hubiesen dejado, habrían votado que nein, del Reino Unido de la Gran Bretaña para qué hablar, y ahora un ministro italiano propone abandonar el euro y regresar a la lira. Aquí, en casa, los españoles dijimos sí, pero con la boca pequeña (la menor participación conocida en unas elecciones). Europa no levanta entusiasmos. O sí.
Pero ocurre que:
Primero. Nos mienten. Nos presentan como Constitución lo que no es más que un nuevo tratado internacional, y tal vez peor que aquel al que sustituye.
Segundo. Dicho tratado es un tocho ilegible, emborrachado de facundia, pretencioso y megalómano. Y al final, es el parto de los montes. Última deposición intelectual de un Giscard verborreico y vacío, senil y masónico (valga la redundancia).
Tercero: Europa no se atreve a ser Europa. Es decir, los Estados Unidos de Europa. Una unión federal o al menos confederal. Siguen plenamente vigentes los estados nacionales, pero con el añadido monstruoso de una burocracia bruselense, un parlamento que no es parlamento, una Comisión que no es gobierno y peor aún si lo fuese porque no la ha elegido nadie.
La UE no es ni carne ni pescado, sino en todo caso una entelequia carísima y lejana. Una calculadora de subvenciones. Una Babel de boletín oficial. Un decorado de oropel para disimular las vejeces de la grandeur francesa o del complejo de culpa germánico. Una falsa posición equidistante entre la libertad y el intervencionismo. Una cultura de la subvención y, por tanto, del dolo. Una identidad forjada por el tenaz orgullo del resentimiento, por la negación más que por la afirmación, por el infantilismo que regresa a los demasiado viejos: nosotros no somos como esos pobres norteamericanos... que derraman su sangre y no comprenden el mundo.
"España es el problema, Europa la solución", decía Ortega. Ahora que España vuelve a ser problema, como una pesadilla que se repite, ya ni siquiera podemos esperar la amanecida salvífica de Europa, más problema y más oscura y más pesadilla aún que España.
Vamos apañados. Habrá que pensar algo.

viernes, 3 de junio de 2005

Benavente

Escucho a JL contar el mismo chiste que le he oído ya contar otras veces. En esta ocasión, el contexto es uno de los corrillos tras la presentación de Leones y camaleones, el último libro de entrevistas de Alfredo Valenzuela. A pesar de mi flaca memoria, tanta repetición consigue que hasta yo mismo la memorice y consiga repetirla:
"Cuando don Jacinto Benavente -cuenta la anécdota- estrenó su comedia Una señora, circuló por Madrid la siguiente coplilla:
Don Jacinto Benavente
ha estrenado Una señora;
y anda diciendo la gente
ya era hora, ya era hora."
Chiste malvado e inocente, que se presta a eso que alguien, no recuerdo quién, ha llamado "el grado cero de la conversación". Se presta a reflexiones, como todo, pero ahora no tengo ganas de hacerlas. Ya es bastante que haya conseguido incorporarlo a mi almacén memorístico de anécdotas. Aunque no sé aún si lo usaré yo mismo también cuando me encuentre en una de esas situaciones de grado cero.

jueves, 2 de junio de 2005

Los que más han hecho por nuestra democracia

Con ETA sería muy fácil acabar, y además en cuestión de semanas. Como acabaron los milicos con los montoneros, los tupamaros, etc. Claro que también acabaríamos con nuestra democracia. Luego, si queremos preservarla, sólo cabe la vía del Estado de Derecho. Lamentablemente, esto conlleva víctimas. Víctimas que no exijan la ley del Talión, pero víctimas a las que la sociedad ampare, fortifique y proteja. Se suele dar por verdad recibida que nuestra Transición fue incruenta. Pero ahí están las víctimas, los muertos, y no sólo ellos, los muertos, sino los heridos, los mutilados, los decaídos en su salud física o psíquica, los huérfanos, las viudas, los familiares, los amigos, los que aún no han sufrido el zarpazo pero saben que en cualquier momento están expuestos a recibir la mordedura terrible (y ahí cabemos casi todos, basta con estar en el momento justo en el lugar adecuado). También los que viven cotidianamente acogotados por el régimen de terror.
Hubo un tiempo lamentable (demasiado tiempo, demasiado lamentable) en que a las víctimas se las escondía, o casi. Ese tiempo ha pasado, y no va a tener vuelta de hoja. La sociedad española ha comprendido que alguien, sí, ha pagado un tributo de sangre por nuestra democracia, y que esa sangre, además de derramada, no puede ser ocultada, escarnecida, ninguneada, vendida a bajo precio, malbaratada y desperdiciada. Enterrada por la mierda moral de una chapuza política. A los terroristas no se les aplaca otorgándoles victorias parciales: eso confirmará su esperanza de una victoria total. Y entonces también habrá acabado nuestra democracia.
El día 4 de junio estaremos con las víctimas, en la manifestación de Madrid. Y si el Gobierno, por un plato de lentejas, de lentejas podridas además, está contra las víctimas, contra la sangre que ha dado vida a nuestra democracia, sí, también estaremos contra el Gobierno. Lo cual sería bien triste. Bien triste para Expaña.
(Coda del 3 de mayo: Si Peces-Barba decide dejar solas a las víctimas, razón de más para que no las dejemos solas los demás, es decir, todos los que no cobramos por ser Alto Comisionado para las Víctimas).

miércoles, 1 de junio de 2005

Casas sin libros

"En mi casa no entran libros, no me gustan los libros, prefiero leer en el libro abierto que es el corazón del hombre", dice el cantante Julio Iglesias, e inmediatamente se han lanzado contra él todo tipo de vejámenes y descalificaciones. Para Francisco Umbral, por ejemplo, ésta es "toda una declaración de analfabetismo visceral con orza de embutido de la tripa cular". Lo cual no sé muy bien lo que quiere decir.
Yo podría afirmar lo contrario de Julio Iglesias. No concibo una vida sin libros, no podría habitar una casa que no estuviese atestada de estantes rebosantes de libros.
Pero no seré yo quien lance ni la primera, ni la última piedra. Ni ninguna. Todo lo que hay que saber, todo lo que de verdad importa (ser buen padre, buen esposo, ser buen hijo, buen vecino, buena persona...) se aprende sin necesidad de libros. Durante siglos, la mayoría de la población ha sido analfabeta, pero nunca le ha faltado su refranero, su cancionero, su romancero... El saber (y el sentir) no se transmite sólo a través de los libros.
Sospecho a veces que estas campañas oficiales de promoción de la lectura son en realidad promoción de la compra de libros: publicidad mercantil para un sector económico como otro cualquiera. Y a mí me parece de perlas que se compren libros, porque a mí me interesa que se vendan (sobre todo los míos, ay, ay).
Pero una cosa es la cultura, y otra los libros. Las relaciones entre la una y los otros son más complejas de lo que a simple vista parece.
Siempre habrá un Quijote (el lector empedernido) y un Sancho (el analfabeto del sentido común). Lo bueno es que dialoguen. Ambos comparten el mundo. Ninguno lo comprende del todo. La verdad humana los comprende a los dos.
Hay libros que nos han revelado misterios, que nos han enriquecido con sus certezas, con sus afirmaciones, que nos han modelado o construido. Pero por más que leamos, al final no encontraremos más que lo que estaba al principio: el libro abierto del corazón del hombre.
Julio Iglesias es rico, famoso. Yo no creo que sea tonto.