LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

martes, 31 de octubre de 2006

Conclusión

Saber, muy poco sabemos,

por muy sabios que seamos.

La verdad que más importa

se sabe sin ser un sabio.

lunes, 30 de octubre de 2006

Esta es la realidad... nacional

Arenas se deshace en explicaciones, y Federico Trillo, lo mismo. Politiquerías de políticos. Astucias de picapleitos. Todo parece resumirse en una sola palabra: posibilismo.
Lo mismo que intentó la CEDA en los años treinta, y acabaron yendo a la casa de Gil Robles para darle el paseo. Afortunadamente, don José María había tomado la sabia precaución de no dormir en su cama.
Los del PP parecen bomberos impotentes ante tantos fuegos, tantos focos como resurgen. Actúan a la defensiva. No tienen proyecto propio.
Apelan a la Constitución, su empeño es que el Estatuto tal o el Estatuto cual sea constitucional.
Pero el surtidor de donde viene el chorro de gasolina es, sí, la propia Constitución: nacionalidades y regiones... no me digan que no hay tela de octanos en eso.
Y en esa realidad nacional estamos: Andalucía no iba a ser una excepción.
De momento a Arenas parece que le han perdonado la vida, siempre que no se salga de su papel de muy leal oposición perpetua.

El licenciado Zapatero

Pues no, va a ser que no, que Zapatero no es doctor, sino mero licenciado, y que lo que escribió no fue tesis, sino tesina.
Habría que preguntar a sus biógrafos, como, por ejemplo, al periodista Óscar Campillo.

domingo, 29 de octubre de 2006

El doctor Zapatero

ZP, aunque disimule bastante, es doctor en Derecho.
Tengo la vaga noticia, no recuerdo en dónde leída u oída, de que en su tesis hablaba sobre la posibilidad de un cierre federal de la Constitución del 78.
Hay que encontrar esa tesis, leerla.
A por ella, señores periodistas de investigación, a por ella.
Zapatero no improvisa. Zapatero tiene un plan, largamente acariciado en sus siestas de escaño.
Y ese plan, probablemente, lo dejó por escrito en su tesis doctoral.
¿A qué esperan, señores periodistas, a qué esperan?

(La pista es fácil: está depositada en la Universidad de León)

El muro americano


Al presidente mexicano no le ha salido bien la metáfora, o imagen, o comparación que ha hecho entre el muro que quiere levantar Bush en la frontera con México y el “muro de la vergüenza” berlinés, de tan triste recordación.

La comparación no tiene nada de exacta, ni siquiera de aproximada. Aquel muro de Berlín, materialización y evidencia del telón de acero, era para impedir que las gentes escaparan. Que escaparan del paraíso socialista. Éste es para impedir que penetren ilegalmente en el paraíso capitalista. Que es adonde medio México quiere ir.

Si alguna vergüenza hay en este muro, esa vergüenza cae, en todo caso, del lado de los políticos mexicanos, que, en más de medio siglo de revolución institucional, o sea, de socialismo corrupto, de estatalismo depredador, han sido incapaces de crear la prosperidad suficiente para que miles de mexicanos no tengan que escapar a otro país para escapar a la miseria.

A los políticos mexicanos (y, en general, latinoamericanos) no se les cae la cara de vergüenza. Ni con muro ni sin muro. Para ellos, la culpa de todo lo malo la tienen siempre los demás. Y así les va.

jueves, 26 de octubre de 2006

Cela o Delibes

Quizás no planteé bien la encuesta. O quizás sí.
Podría haber sido menos reduccionista, e incluir otros nombres: Torrente Ballester, Sánchez Ferlosio...
Pero me parece, por otro lado, que la alternativa está bien planteada. Cela o Delibes. Dos maneras -radicalmente distintas, diría yo- de entender la vida y la literatura. De interpretar la España de su (nuestro) tiempo.
Cierto que las encuestas nos obligan a elegir. Pero ahí está el quid.
Y repito lo que ya dije sobre la encuesta del 27. Que decantarse por uno no significa no valorar a los demás. El verbo es preferir.

lunes, 23 de octubre de 2006

Crítica cinematográfica

Ayer tuve un momento de debilidad, bien es verdad que llovía y no parecía haber cosa mejor que hacer, y, por primera vez en mucho tiempo, fui a ver una película española. Los Borgia.
Aburrida, pedante, inane... no pude soportarlo más y me salí media hora antes de que acabara el bodrio.
Ya en la calle, diluí mi indignación con una cerveza bien fría. Había dejado de llover. Me había perdido el espectáculo de la lluvia sedante y reparadora cayendo mansamente sobre una Sevilla otoñal.
Antes de conciliar el sueño, o para conciliarlo, leí unas páginas de Azorín.

domingo, 22 de octubre de 2006

Diario de avisos

  • Aquilino Duque ha tenido la amabilidad de colgar su interesante artículo sobre Leopoldo Panero y su Canto personal aquí.
  • La próxima encuesta tendrá una pregunta muy simple y cortita, ésta: ¿Cela o Delibes?

sábado, 21 de octubre de 2006

Saber personal

[La escuela de Atenas, de Rafael]

“Todo lo sabemos entre todos”. No recuerdo ahora quién dijo o a quién se le atribuye esta consoladora frase. Y es cierta en cierto sentido. Ahí están las bibliotecas, las enciclopedias, los buscadores de la red… Ahí está lo que envarada y pomposamente llaman “la comunidad científica”. Puede que el especialista X no lo sepa, pero el especialista Y sí que lo sabe, y los saberes de ambos, X e Y, se complementan. Si yo no sé algo, lo pregunto, lo busco, lo consulto. Todo lo sabemos entre todos. Trabajamos en equipo. El hombre no sabe casi nada, pero la Humanidad sí que lo sabe casi todo. Qué bien, menos mal.

Pero no. El saber, todo saber, todo verdadero saber, es siempre un saber personal. Adquirido con esfuerzo y con sesgo, en un aquí y un ahora, en una carne perecedera instalada en la celdilla de su circunstancia. O sea, un saber relativo, contigente, insuficiente. Personal.

La vida de un hombre tiene plazo fijo, generalmente no muy largo. Y además, esa vida transcurre en unas circunstancias muy precisas, que la limitan como fronteras, aunque estas fronteras sean siempre porosas y llenas de mugas. Un hombre se adentra por la maraña de la filosofía. ¿Adónde llegará? ¿Con quién se quedará? ¿Qué proposiciones llegará a formular como evidentes?

No todos los pescadores pescan los mismos peces. Ahí está el mar, sí, y su zoología infinita, pero unos pescan pargos y otros sardinas. Unos traen marisco y otros vuelven a puerto con las redes vacías.

No existe la filosofía, sino la filosofía de Platón o la de Aristóteles, la de Kant o la de Hegel, la de Marx o la de Nietzsche.

Este mundo no tiene ventanas, las ventanas son los hombres. Y vemos el mundo a través de Newton o de Vico, de Marcel o de Sartre. Los filósofos nos abren ventanas al mundo, pero desde cada ventana se ven paisajes diferentes, perspectivas distintas. Podemos recorrer todas las estancias, asomarnos a todas las ventanas, pero, al final, tendremos que elegir, decidir cuál de todas ofrece las mejores vistas.

Ahora bien, si el saber es personal, ¿es también intransferible? El saber, cree uno, es comunicable. Pero, al comunicarse, se transforma. Ya no es exactamente el mismo. No se derrama sobre un recipiente vacío y aséptico. No se derrama, se conquista. No cae sobre un recipiente, sino sobre un hombre. Y el hombre nunca es tabula rasa. Se conquista, y en toda conquista hay daños colaterales, desperfectos indeseados, aunque también mejoras y renovaciones. Lo digiere un hombre, que hace mejor o peor sus digestiones, que tiene mejor o peor dentadura.

Sí, también el saber es una propiedad privada. Todo saber es siempre saber personal. Aunque pueda haber bienes comunales. Pero éstos siempre han rendido poco.


Belleza ciclista

[Ciclista, óleo sobre lienzo de Enrique Bernard, 1976]

Me piden colaboración para una antología de versos sobre la bicicleta, o algo así. Como me gusta la improvisación y el repentismo, y adoro escribir por encargo (será por lo poco que me encargan), les mando este poemilla que titulo, sin duda con poca originalidad, "Belleza ciclista":

Al viento la cabellera,

pasas, belleza veloz,

montada en tu bicicleta.


Por los oros de la tarde,

te abren los árboles paso

en el sendero del parque.


Y yo, peatón parado,

a un lado de tu camino,

en mi banco solitario.


Dos ruedas y una cadena

y un manillar con que guías,

¿hacia dónde? tu belleza.


Un momento dejo el libro,

para leer en tu pelo

todo lo que el viento ha dicho.


Cadena que no encadena,

sino que disfraza de alas

a las que parecen ruedas.


Yo le he preguntado al viento

y el viento claro lo ha dicho.

Ya has pasado; yo me quedo.


(No todos los días puede uno escribir una obra maestra, pero todos los días se deben aporrear las teclas y hacer dedos).

miércoles, 18 de octubre de 2006

Volaterías de octubre

[Calle de París bajo la lluvia, Gustave Caillebotte, óleo sobre lienzo, 1877]

¿Para qué necesitamos la filosofía, si ya tenemos el sentido común? Pues por eso, porque no tenemos el bastante sentido común.

*

¿Para qué necesitamos del sentido común? Porque sabemos que toda filosofía, llevada hasta sus últimas consecuencias, acaba en delirio.

*

Cada mañana, cuando abro los ojos, tengo la sensación de que inauguro un mundo muy viejo.

*

Dudas de un estudiante: "¿cómo lo hacían cuando no había Google"?

*

Soy como el árbol, que vive y muere donde lo plantaron.

*

Soy como el árbol, fiel a sus raíces, continuamente alejándose de ellas.

*

Aprender a vivir consiste esencialmente en esto: en aprender a morir.

*

El seductor, arrepentido: “He incendiado un corazón, y ahora no sé cómo apagarlo”.

*

La había atrapado al vuelo, mientras me afeitaba. Pero entonces no la fijé en el papel. Y así, volando, volando, esta volatería se me escapó.

lunes, 16 de octubre de 2006

Oración por el poeta desconocido

¿Qué es la poesía popular? La poesía impersonal. No porque no tenga autor, aunque la mayor parte de las veces no nos sea conocido. Siempre hay un autor, o varios, porque por generación espontánea no surge. Sino porque la voz que nos habla no es la de Fulano Fulánez o la de Zutano Zutánez, sino la de todos y de nadie. Por eso, muchas veces, el nombre del autor se pierde… en el río multitudinario de la lengua. El autor es lo de menos.

Veamos estos poemillas, y el diminutivo se refiere exclusivamente a su brevedad:

Se asomaba a la ventana

de sus sueños y veía

lo que le daba la gana.

*

¡La felicidad!

Cuando está no estoy,

cuando estoy no está.

*

Para el gusano de seda

el universo consiste

en su hoja de morera.

*

Su ambición era tan grande

que sólo le interesaba

lo que no puede comprarse.

*

¡Hago lo que quiero!

-decía un hormiga

en el hormiguero.

*

No sé qué me ocurre

con los espejos.

En unos me miro,

en otros me veo.

Puede que su autor no importe, puede que Francisco Díaz Velázquez, autor de estas Mínimas y Coplas que publican las ediciones de La Carbonería (sí, ésa que publicó los 25 años de éxito Juan Bonilla), no llegue a figurar en ningún ranking, antología ni canon de los que agora se usan, pero estos poemillas, coplas, humoradas o doloras han entrado ya en una tradición acogedora, que trae siglos atrás, que tiene siglos por delante, mientras el castellano exista y a la gente le guste la poesía y a la vez se desentienda, con buen seso y mejor gusto, de los poetas, esos sacos harineros cargados de vanidad y viento.

domingo, 15 de octubre de 2006

Ideas para editores suicidas

[Luis Rosales, Pablo Neruda y Leopoldo Panero]

* Publicar en un mismo volumen el Canto general de Neruda y el Canto personal de Panero. Por descontado, con denso prólogo comparativo, analítico y valorativo. Y a poder ser, algo también provocativo.


* Publicar una Antología de los mejores poemas de no necesariamente los mejores poetas. (Donde dice los no necesariamente mejores poetas puede titularse también de los más desconocidos, olvidados, no canónicos, etc...).

Diario de avisos

UNO.- No todos los libros que anuncio en la columna de la derecha me parecen siempre recomendables. La antología sobre la generación del 36 de Ruiz Soriano, por ejemplo, no deja de suscitarme algunas reservas. Comienza Ruiz Soriano su extenso prólogo denigrando el concepto de generación, que considera inválido, pero luego se pasa todo el prólogo hablando y analizando cómo se formó y qué características tiene la hipotética generación del 36. Coherencia debe llamarse esto. Así, claro, no le da tiempo a caracterizar individualmente a cada poeta. De poetas, faltan algunos (Delgado Valhondo, por caso, como ya señaló Álvaro Valverde) y quizás sobran otros. La selección no es representativa: de Arturo Serrano Plaja se ignora por completo su último pero fundamental libro La mano de Dios pasa por este perro, con lo que la imagen de este poeta queda hábilmente desenfocada... y hay otros casos.
En cambio, sí me están gustando, y mucho, las Siluetas literarias de José María Pemán, en antología preparada por Juan Lamillar.
DOS.- Como el curso está tomando ya velocidad de crucero, a duras penas podré sostener el ritmo de los apuntes, pero tendré que contenerme mucho en los comentarios en otros blogs, y en los comentarios a los comentarios...
TRES.- Está bitácora se ve mejor con el navegador Firefox, que además es más completo (se puede consultar en línea el DRAE, por ejemplo) que el Explorer. Recomiendo vivamente Firefox a todos los navegantes.
CUATRO.- A estos les pediría, si gustan, que picasen en mis Medidas provisionales (columna derecha) y votasen por alguno de los 7 poemas. Ya sé que no hay ninguno bueno, pero al menos este feed back me serviría para saber cuáles son los peores.
Y CINCO.- La magia de los números impares me ha traído a este cinco. Pero no se me ocurre ningún aviso más. Con todo, ahí queda el cinco.

sábado, 14 de octubre de 2006

Cómo se ha de leer

El maestro Domingo de Valtanás (o Baltanás), fraile del convento de San Pablo en la Sevilla de la segunda mitad del XVI, que luego quedaría encerrado poco más allá, en el castillo de San Jorge de Triana, en donde lo tenía sometido a proceso la Santa Inquisición[Castillo de San Jorge, a la entrada de Triana]
(otro día contaré de sus “pecados”, como, por ejemplo, su defensa de la comunión frecuente), aconsejaba a doña María de Córdoba y Figueroa, duquesa de Arcos:

“La buena lectura no se ha de leer una vez, sino muchas; ni se ha de leer de priesa, sino con reposo, rumiando y meditando lo que se lee.”

Y la clave de todo está en eso, en qué sea y cuál sea “la buena lectura”. Y eso tendrá que decidirlo y descubrirlo cada cual por sí mismo, aunque no necesariamente por sí solo.

Pero, una vez encontrada, “no se ha de leer una vez, sino muchas, etc…”

viernes, 13 de octubre de 2006

El país del olvido

Por muy pocos euros he vuelto a casa con un pequeño botín. Desde el cauce terreno (1956) y La tierra traslúcida (1958) son, respectivamente, el segundo y el tercer libro de versos de José Miguel Ibáñez Langlois. Aparecen en Adonais, y son los dos ejemplares intonsos, a cuya lectura accedo mediante el abrecartas. En las solapas se le califica de “joven poeta chileno”. Aún no había escrito sus mejores poemas, sus mejores libros. Pero están aquí anunciados. A veces, ya, con logro definitivo.

De Ibáñez Langlois tendremos que hablar pronto, espero, cuando Enrique García-Máiquez publique la antología que prepara.

La otra parte del breve botín, también en la Adonais de los cincuenta, y también sin abrir, es el Cancionero amoroso de Luisa Labé. La espléndida versión me lleva a fijar mi curiosidad en la solapa, en donde algo se nos dice sobre la traductora:

“Ester de Andreis —copio—, que ha realizado esta versión castellana del Cancionero, nació en Génova, de padres italianos. Educada en Italia e Inglaterra, reside desde hace muchos años en Barcelona, haciendo frecuentes viajes por Europa. Últimamente ha viajado por Grecia.

Ester de Andreis —sigo copiando— es autora de un libro de poemas en castellano, Prímula, y de una biografía lírica de Santa Clara, en italiano. Ha publicado, además, versiones castellanas de varias obras de Katherine Mansfield —el Diario, La casa de muñecas y Felicidad—, y de los Sonetos del Portugués de Elisabeth Barret Browning.”

La solapa no dice nada más, no puede decirlo. En esta traducción de la Adonais de 1956, la biografía de la misteriosa Ester de Andreis está parada, incompleta. Aún le quedarían, tal vez, años que vivir, libros que publicar. De momento, sólo sabemos eso, que últimamente, a la altura del 56, ha viajado por Grecia…

A uno le hubiera encantado conocer a Ester de Andreis. Y se queda aquí, esperando que Ester de Andreis vuelva algún día de algún otro viaje. Esta vez, quizás, del vastísimo país del olvido.

La vida sexual de F. B.

Alguien ha llegado a mi blog buscando en Google, así, entre comillas, “Vida sexual de Francisco Brines”. Naturalmente, mi blog no contiene ninguna información sobre la vida sexual del poeta de Elca, aunque sí trae en algún apunte la expresión “vida sexual”. Y también, por supuesto, se menciona a Brines en alguna ocasión, creo que con motivo de su discurso de ingreso en la Academia. Y claro, Google, al fin y al cabo, no es más que una máquina.

Que ese alguien no se preocupe, no sé su nombre, ni su dirección, ni me interesan. Tampoco considero nada monstruoso ni perverso ese interés por la vida sexual de los poetas. La curiosidad es como una veleta, que gira según el aire de cada cual.

Y ahora que caigo, la próxima vez que el anónimo internauta busque en Google la “vida sexual de Francisco Brines”, Google le volverá a traer a esta bitácora. Y esta bitácora volverá a decepcionarlo.

martes, 10 de octubre de 2006

Lógica matemática (judía)

«Al llegar al muelle y pasar ante la ronda del canal del Danubio, dijo el consejero ministerial: “Aquí se impone una anécdota judía”. Roth empezó en el acto a contar una: “Dos judíos sentados en este banco, uno era fumador, el otro no. En eso, dice el que no fuma: ‘Deje usted de fumar tanto. Ya da asco. Siempre se sienta usted de manera que el viento me trae su humo’. El otro cambia de sitio y dice: ‘Soy un fumador. Los fumadores tienen que fumar’. ‘Si sigue usted fumando, no llegará a viejo’. ‘Pues aunque fumo, ya tengo setenta y cinco años’. A lo que replica el otro enfadado: ‘Pues si no hubiera fumado usted, ya tendría ochenta y cinco’» (Soma Morgenstern, «Huida y fin de Joseph Roth», Pretextos, 2000, pp. 99-100).


[Del blog del escritor Gonzalo Hidalgo Bayal]

lunes, 9 de octubre de 2006

Fin de una encuesta


Llegados a los cien votos emitidos, y tal como prometimos, cerramos la encuesta del 27.
Tanto si se pincha en "Vote" como si se pulsa en "View", aparecerán los resultados.
Gana Cernuda (que, por cierto, no salía en la foto), seguido muy de cerca por García Lorca. En tercera posición (y esto es quizás lo más sorprendente) se sitúa Dámaso Alonso. Para mí que es el verdadero ganador, o digamos, el autor revelación, puesto que los dos anteriores resultaban obvios.
Salinas logra un puesto discreto.
A mí particularmente me llama la atención, y me alegra, que Foxá haya alcanzado los 5 votos, los mismos que Jorge Guillén.
¡Pemán le gana por 3-0 a Alberti! Teniendo en cuenta que los dos son gaditanos, casi se trataba de un derby. Por cierto, atención a Pemán en los próximos meses.
Aleixandre demuestra lo que vale un Nobel. O para lo que no vale un Nobel.
Siento que Gerardo no haya tenido más votos. Pero por algo será, digo yo.
A mí Larrea no me gusta nada, pero, mira, hay a quien le gusta mucho. Y esto es una encuesta y hay que respetar los resultados.
Próximamente, otra.
Y más, mucho más polémica, porque estará más cerca de nosotros.

domingo, 8 de octubre de 2006

Dos apuntes sin título

  • Yo habría cambiado levemente la nota de prensa de Primo de Rivera: “Eximio ciudadano y extravagante escritor”.
  • Las Voces de Porchia, ¿son profundas porque no se entienden o no se entienden porque son profundas?

sábado, 7 de octubre de 2006

Tribulaciones de un profesor de literatura española en España


Reconozco que como profesor de literatura española he entrado en crisis. Otra más. Ya no creo en las épocas, ni en los movimientos, mucho menos en las generaciones, tampoco en el Barroco ni en la Edad Media… Por no creer, no creo siquiera que exista una literatura española, sino acaso una universal, no importa en qué lengua… Y además, he llegado a saber que nada se sabe, que es la sabiduría más terrible de todas, como si fuera una sabiduría mendicante y desnuda.

Entonces, ¿qué le enseño a mis alumnos? Quizás sólo pueda enseñarles a leer; pero, eso, ¿se enseña? ¿Y qué es enseñar? Seamos modestos, enseñar es eso, nada más que enseñar. Como el viajante enseña su género, sus muestrarios, y el cliente compra lo que le peta o lo que puede alcanzar a pagar.

Así que uno enseña su muestrario. Pero, a diferencia del viajante, nunca sabe qué es lo que el cliente ha comprado. Nunca sabe con qué se queda, qué es lo que rechaza, qué es en realidad lo que no ve aunque lo mire, lo que le pasa desapercibido, lo que nunca comprará jamás. Lo que quizás descubrirá después, cuando ya esté muy lejos, cuando repare y caiga en la cuenta de que…

El maestro es como un labrador que siembra pero que nunca o rara vez ve la cosecha, ni siquiera la granazón de las espigas…

Se me dirá: ¿y los exámenes, no miden los exámenes lo que el alumno aprende, lo que consigue saber? Puede que en una asignatura que se denomine “Cálculo de resistencia de materiales” o “Anatomía humana” o “Geografía física de Europa” los exámenes midan algo, algo importante. Pero en una asignatura que se denomina “Literatura española”, o “Metafísica”, quizás midan también algo, pero ese algo nunca será lo importante.

Sí, quizás uno no sea profesor, ni maestro, ni docente, sino sólo enseñante. Un enseñante que, a falta de otras cosas que enseñar, se enseña a sí mismo. Lo cual no deja de ser un espectáculo lamentable de exhibicionismo intelectual. Un espectáculo, quizás, inevitable, en el que incurrimos todos los que nos subimos a un estrado, a unas tablas, a representar un papel, por mucho que ese papel esté lleno de cifras y de datos, de fechas y de nombres.

Si las autoridades académicas se interesaran por lo que ocurre dentro de las aulas, por lo que enseñan los enseñantes, me retirarían la venia docendi, por corruptor de la juventud, por disolvente, por ineficaz. Sueño con ello muchas noches. Pero ya sé por experiencia que mis sueños casi nunca se cumplen. Sobre todo si dependen del arbitrio de alguna autoridad.

[Ilustración: Aula de Antonio Machado en el Instituto de Baeza]

La Biblioteca Nacional no trasladará finalmente al jardín la estatua de Menéndez Pelayo



Vaya, menos mal que hay alguien en este país que rectifica. Bien por Rosa.

viernes, 6 de octubre de 2006

Hombres, hembras y varones

Recojo un certificado de empadronamiento, con vistas a renovar el DNI (o como se llame ahora, porque seguro que la N de nacional ya se la habrán quitado) y veo que en el apartado “sexo” me atribuyen la condición de “hombre”. Yo les quedo en mi ánimo muy agradecido a las autoridades municipales y espesas por reconocerme esta condición de hombre y no perro, o simio semihumano, o quién sabe si ciervo o cacatúa. Siempre será un consuelo que no te consideren animal, aunque así te traten, sino hombre. Pero tenía entendido que, en cuanto al sexo, era yo varón. O macho, aunque esto pueda sonar fuerte o resulte hiriente para determinados oídos o resulte, como en mi caso, algo, si no mucho, pretencioso. Ya sé que ahora tampoco suena bien lo de hembra, por lo que tiene de asimilación con el reino animal.

Según mi pobre y cortísimo entender, las parejas lingüísticas en lo tocante a sexo serían:

Varón, mujer (exlusivamente para el género humano)

Macho, hembra (para cualquier especie, incluida la humana)

Pero hombres somos todos. El único género, al que pertenecemos todos, es el género humano.

De todos modos, habría que revolver la etimología y el diccionario, que parece que no está bien hechos. Por ejemplo, hembra es etimológicamente, si no me equivoco, el masculino de hombre, pero en el Casares trae que es ‘animal del sexo femenino’, o sea, que no implicaría específicamente género humano. ¿O es hembra derivado de foeminam? No sé, ahora no tengo tiempo de pararme a comprobarlo. Varona sería el femenino de varón, pero ha adquirido una connotación de mujer hombruna.

En fin, de una cosa estoy seguro. Soy hombre (en cuanto al género). Y varón (en cuanto al sexo). Aunque muchas veces no ejerza. Ni de lo uno ni de lo otro.

jueves, 5 de octubre de 2006

Paradoja

"El Cultural" de El Mundo ha perdido mucho desde que se fue -o le empujaron a marcharse- José Luis García Martín. En cambio, el "ABC de las Letras y las Artes" del ABC ha ganado muy poco con la incorporación de José Luis García Martín.
Y no acierto a explicarme la paradoja. O sí.

Acerca de los misterios

"Los misterios son femeninos: gustan de ocultarse, pero, sin embargo, quieren ser vistas y descubiertas."

Federico Schlegel

lunes, 2 de octubre de 2006

El crítico insobornable

Un crítico insobornable sería aquel que no sólo resiste las presiones de las empresas, las editoriales, los gurús, los poderosos, etc., sino, y sobre todo, el que no está dispuesto a dejarse sobornar tampoco por él mismo.

domingo, 1 de octubre de 2006

Nueva aproximación al misterio de la Santísima Trinidad


Bondad, Belleza, Verdad.

... Et unum Deus.


(Homenaje a José Manuel Mora-Fandos)

[Las dos Trinidades, de Murillo. National Gallery de Londres]