LA FRASE
"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."
Sir Arthur Conan Doyle
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lunes, 11 de diciembre de 2017
EL BAILE DE LAS MÁSCARAS O LA MUERTE DE LAS IDENTIDADES RÍGIDAS
Nos ha tocado vivir un tiempo de carnaval perpetuo, pero no un carnaval de broma, sino de un carnaval en serio, o que se toma a sí mismo muy en serio. Se trata de elegir un disfraz, el que más nos guste, para desfilar con él por la vida. Porque, en efecto, ni la mujer quiere ser mujer, ni el varón, varón, ni el niño, niño, ni el viejo, viejo, ni los padres, padres... Y es que, ya se sabe, el ser es plástico, moldeable, líquido. "Lo que es de suyo" ha resultado ser no sólo una expresión démodée, condenable por clerical y castradora, sino algo totalmente incorrecto desde el punto de vista social. La naturaleza no existe "de suyo", sino en cuanto dependiente del hombre, como con el calentamiento global, valga por caso, que se atribuye casi, y sin casi, exclusivamente al hombre. En fin, consolémonos con el veraz y ya antiguo lema cartujo, Stat Crux dum volvitur orbis.
lunes, 23 de mayo de 2016
viernes, 20 de febrero de 2015
LA TONTERÍA DEL SIGLO ILUSTRADO
"Un pueblo educado no puede ser nunca manipulado ni oprimido.", ha dicho un tal Jorge Crisafulli, misionero salesiano argentino en tierras africanas (en la imagen).
No deja de sorprender, aunque ya la sorpresa esté cada día más cara, la ingenuidad y simplismo del aserto. Yo diría que se trataría de la tontería del siglo... ilustrado.
La educación como panacea o bálsamo de Fierabrás es un mantra que nos vienen repitiendo desde hace... no sé cuántos años.
¿No era un pueblo educado el pueblo alemán desde mucho antes del triunfo del Partido Obrero Nacional Socialista Alemán, vulgo los nazis? ¿No era educado el pueblo argentino antes de desbocarse por la pendiente del populismo peronista? ¿Cómo fue posible que el pueblo de Turgeniev, de Tolstoi, de Dostoyevski, de Chestov... cayese en la más feroz dictadura totalitaria? ¿No era sabio el pueblo chino antes de Mao...?
Sin duda, Rvdo. Padre Crisafulli, otras explicaciones se requieren. Y las tiene usted muy a la mano...
No deja de sorprender, aunque ya la sorpresa esté cada día más cara, la ingenuidad y simplismo del aserto. Yo diría que se trataría de la tontería del siglo... ilustrado.
La educación como panacea o bálsamo de Fierabrás es un mantra que nos vienen repitiendo desde hace... no sé cuántos años.
¿No era un pueblo educado el pueblo alemán desde mucho antes del triunfo del Partido Obrero Nacional Socialista Alemán, vulgo los nazis? ¿No era educado el pueblo argentino antes de desbocarse por la pendiente del populismo peronista? ¿Cómo fue posible que el pueblo de Turgeniev, de Tolstoi, de Dostoyevski, de Chestov... cayese en la más feroz dictadura totalitaria? ¿No era sabio el pueblo chino antes de Mao...?
Sin duda, Rvdo. Padre Crisafulli, otras explicaciones se requieren. Y las tiene usted muy a la mano...
sábado, 6 de diciembre de 2014
OPINIONES A GO-GO
Aquí cada hijo de vecino tiene una opinión sobre todo, cualquier cosa, no sé..., sobre la
Constitución, sobre economía, sobre educación... Cada cual tiene una
opinión, según la cual "aquí lo que hay que hacer es...." (Y aquí pongan
ustedes lo que buenamente se les ocurra).
Pero yo lo que me digo es que:
El mundo no tiene arreglo
porque el hombre no lo tiene.
Sin saber adónde va,
ignora de dónde viene.
Pero yo lo que me digo es que:
El mundo no tiene arreglo
porque el hombre no lo tiene.
Sin saber adónde va,
ignora de dónde viene.
... Como ven, uno también es hijo de vecino...
jueves, 23 de octubre de 2014
viernes, 1 de agosto de 2014
MEMORIAS, DE MERCEDES FÓRMICA
Justo cuando acababa de empezar a leer las Memorias de Mercedes Fórmica, que ha publicado Renacimiento, me saltó a los ojos este pegajoso y resbaladizo párrafo, en el que, recordando su infancia en la calle Sierpes de Sevilla, allá por 1931, dice:
Del grupo ambulante llegaban gritos y pregones, sólo interrumpidos por el lanzamiento de verdes gargajos que tachonaban el suelo de repelente gelatina.
Y sólo leer eso ya me levanta el estómago. Porque yo lo he conocido. Como he conocido los carteles de "Prohibido escupir en el suelo", omnipresentes. Como por doquier se encontraban esas escupideras de porcelana en los pasillos de ministerios y hospitales, de ayuntamientos y de juzgados, que ya afortunadamente han pasado a la historia.
¿Porque escupiría antes tanto la gente? Bueno, no sé. Pero no sigo. Ya lo dije, se me empieza a levantar el estómago.
Del grupo ambulante llegaban gritos y pregones, sólo interrumpidos por el lanzamiento de verdes gargajos que tachonaban el suelo de repelente gelatina.
Y sólo leer eso ya me levanta el estómago. Porque yo lo he conocido. Como he conocido los carteles de "Prohibido escupir en el suelo", omnipresentes. Como por doquier se encontraban esas escupideras de porcelana en los pasillos de ministerios y hospitales, de ayuntamientos y de juzgados, que ya afortunadamente han pasado a la historia.
¿Porque escupiría antes tanto la gente? Bueno, no sé. Pero no sigo. Ya lo dije, se me empieza a levantar el estómago.
miércoles, 30 de abril de 2014
FATALISMO BÍBLICO
He reflexionado sobre todo esto y he llegado a la siguiente conclusión: aunque los honrados y los sabios con sus obras están en manos de Dios, el hombre no sabe de amor ni de odio. Todo lo que el hombre tiene delante es vanidad, porque una misma suerte toca a todos: al inocente y al culpable, al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece, al honrado y al pecador, al que jura y al que no tiene reparo en jurar. Y esta es la peor desgracia de cuanto sucede bajo el sol: que una misma suerte toca a todos. Por ello, el corazón de los hombres está lleno de maldad; mientras viven, piensan locuras, y después ¡a morir!
¿Schopenhauer? ¿Cioran? ¿Algún otro pesimista célebre? No. Qohelet. También conocido por el Eclesiastés. Y es que la Biblia vale por toda una biblioteca. Ahí está todo YA dicho. Claro que no deberíamos quedarnos con lo que se dice en un solo libro. Hay que llegar hasta el final.
¿Schopenhauer? ¿Cioran? ¿Algún otro pesimista célebre? No. Qohelet. También conocido por el Eclesiastés. Y es que la Biblia vale por toda una biblioteca. Ahí está todo YA dicho. Claro que no deberíamos quedarnos con lo que se dice en un solo libro. Hay que llegar hasta el final.
martes, 8 de abril de 2014
OLOR Y CRONOLOGÍA
En el siglo XVIII olía muy mal. O, cuando menos, eso es lo que nos dice Patrick Süskind en la primera página de su cinematográfica novela El perfume. Y si en el llamado siglo de las luces olía mal, ¿cómo olía, Dios mío, cómo olía, cómo debió de oler, pongamos, la Edad Media, que era como todo el mundo sabe, época bárbara y lóbrega?
Yo no sé cómo olería en la Edad Media, cómo olería en el siglo XIX, o cómo olería en tiempos de romanos, porque esto de los olores es tan difícil de apresar en conceptos como fácil y efímero de captar con la pituitaria. No sé si cada época tiene su olor, sus aromas o efluvios privativos, o si es cada ciudad o cada persona, puesto que cada persona, como saben muy bien los canes, emana su olor propio y característico.
El lenguaje, nuestro lenguaje, está preparado para expresar, mal que bien, aquello que nos entra por la vista, por el oído incluso, por el tacto... pero, por el olfato... ahí nos perdemos en un mundo de metáforas para lo que de suyo es innombrable.
Yo no sé como olía en la Edad Media, o en tiempos de romanos, pero sí sé cómo olía en mi infancia y en mi pueblo. Olía a cisco quemándose en el brasero, a alhucema, a horno de leña de tahona, como olía a aguardiente y a la bosta fresca de las caballerías, a jabón Palmolive, a colonia Heno de Pravia, a cuero, a tabaco de caldo de gallina y a tabaco rubio de los americanos de la base, a puesto de chufas y de orozuz, a ese olor indefinible de las tiendas de ultramarinos finos... Y sé que ahora no huele como entonces.
No deja de ser curiosa esta relación del olor con la cronología. Aunque haya, claro, olores permanentes, como el del incienso y el de la cera, que son los dos olores más permanentes que se me ocurren.
Así que, ¿quién sabe a lo que olerá el futuro?
Yo no sé cómo olería en la Edad Media, cómo olería en el siglo XIX, o cómo olería en tiempos de romanos, porque esto de los olores es tan difícil de apresar en conceptos como fácil y efímero de captar con la pituitaria. No sé si cada época tiene su olor, sus aromas o efluvios privativos, o si es cada ciudad o cada persona, puesto que cada persona, como saben muy bien los canes, emana su olor propio y característico.
El lenguaje, nuestro lenguaje, está preparado para expresar, mal que bien, aquello que nos entra por la vista, por el oído incluso, por el tacto... pero, por el olfato... ahí nos perdemos en un mundo de metáforas para lo que de suyo es innombrable.
Yo no sé como olía en la Edad Media, o en tiempos de romanos, pero sí sé cómo olía en mi infancia y en mi pueblo. Olía a cisco quemándose en el brasero, a alhucema, a horno de leña de tahona, como olía a aguardiente y a la bosta fresca de las caballerías, a jabón Palmolive, a colonia Heno de Pravia, a cuero, a tabaco de caldo de gallina y a tabaco rubio de los americanos de la base, a puesto de chufas y de orozuz, a ese olor indefinible de las tiendas de ultramarinos finos... Y sé que ahora no huele como entonces.
No deja de ser curiosa esta relación del olor con la cronología. Aunque haya, claro, olores permanentes, como el del incienso y el de la cera, que son los dos olores más permanentes que se me ocurren.
Así que, ¿quién sabe a lo que olerá el futuro?
miércoles, 12 de febrero de 2014
NO HAY DOS SIN TRES
Está uno tan poco viajero últimamente, y tan apegado a su villanesco rincón y a su monotonía, que me ha hecho gracia leer esta página de Las veleidades de la fortuna que bien pudiera titularse De la no necesidad de viajar para el común de los mortales, pero especialmente para los espíritus fuertes:
"-Eso de viajar es para otra clase de personas, para gentes sin complejidad psicológica.[Le dice Larrañaga a Pepita]
-Sin embargo, dicen que los viajes enseñan.
-Sí, hay una pequeña cultura del viajar y del saber dos o tres idiomas. Es una cultura muy ínfima. Hay gente que supone que a cada traqueteo del tren, o a cada balanceo del barco, el hombre ha de irse sublimando. No creo que se pueda aprender gran cosa viajando más que algo muy superficial [...] Viendo pueblos se adquiere cierta cultura; pero es una cultura de viajantes de comercio, de intérpretes y de cocottes que saben decir cuatro o cinco frases en cinco o seis idiomas diferentes.
-Pero el viajar para los sabios debe ser muy importante.
-No creo. Ese Kant de que hablábamos antes no viajó nunca. No tuvo necesidad de salir de su pueblo para ser el más gran filósofo de los tiempos. Sócrates no salió de Atenas. El viajar parece servir de adorno para los ricos y para los desocupados; para un hombre de pensamiento fuerte creo que el viajar no le da nada."
Pues eso: que je prends mon bien où je le trouve.
"-Eso de viajar es para otra clase de personas, para gentes sin complejidad psicológica.[Le dice Larrañaga a Pepita]
-Sin embargo, dicen que los viajes enseñan.
-Sí, hay una pequeña cultura del viajar y del saber dos o tres idiomas. Es una cultura muy ínfima. Hay gente que supone que a cada traqueteo del tren, o a cada balanceo del barco, el hombre ha de irse sublimando. No creo que se pueda aprender gran cosa viajando más que algo muy superficial [...] Viendo pueblos se adquiere cierta cultura; pero es una cultura de viajantes de comercio, de intérpretes y de cocottes que saben decir cuatro o cinco frases en cinco o seis idiomas diferentes.
-Pero el viajar para los sabios debe ser muy importante.
-No creo. Ese Kant de que hablábamos antes no viajó nunca. No tuvo necesidad de salir de su pueblo para ser el más gran filósofo de los tiempos. Sócrates no salió de Atenas. El viajar parece servir de adorno para los ricos y para los desocupados; para un hombre de pensamiento fuerte creo que el viajar no le da nada."
Pues eso: que je prends mon bien où je le trouve.
domingo, 9 de febrero de 2014
NO HAY MÁS RAZÓN QUE LA RAZÓN
-Diferencia esencial, yo creo que no la hay. A primera vista, sí; parece que la inteligencia es más sistemática, más motivada, más pesada, y la intuición más espontánea, más rápida. Así del médico que haga un pronóstico exacto, se dirá que tiene inteligencia y de la enfermera o de la hermana de la Caridad que haga el mismo pronóstico, se asegurará que posee intuición; pero los dos pronósticos proceden de lo mismo, del fondo de perspicacia en la observación que en el profesional constituye un oficio y en el no profesional, un diletantismo. Yo, por más que busco, no veo diferencia alguna entre intuición y conocimiento; el dato de la intuición me parce más sencillo, menos razonado, no convertido en idea; y el dato del conocimiento, más razonado y más lógico. El uno está menos elaborado que el otro; pero los dos proceden de lo mismo. Estas divisiones, estos conceptos adornados, son ganas de dar aspectos misteriosos a las cosas. Al trabajo que no es claramente consciente de la inteligencia, se le llama intuición. En el hombre que sabe, en el que haya leído y que tenga muchos datos de cultura almacenados en la memoria, esta supuesta intuición parece que vale algo. Si no supiera ni hubiera leído nada, veríamos a qué se reducía esta intuición.
Entonces, ¿con cuál de estas dos opiniones, contradictorias entre sí, se queda Baroja? Probablemente con las dos, o sea, con ninguna. O tal vez se encogiera de hombros como diciendo "quién sabe". O puede que nos dijera: "Yo no soy filósofo, ni mucho menos epistemólogo, yo sólo soy un humilde novelista que tan sólo da la palabra a sus personajes."
Y puede ser, sí.
sábado, 1 de febrero de 2014
EL ETERNO DILEMA
En cierta novela de Baroja, Las veleidades de la fortuna se llama, un personaje le dice a otro: "Hacer como principal norma de la existencia el pensamiento, sería condenarla a marchitarse, a secarse. La vida necesita también lo irracional, lo misterioso, lo infinito, la superstición misma..."
Y está uno muy de acuerdo con Baroja, sobre todo en ese también, que viene a unir o a conciliar las dos caras de la vida. Porque la vida humana es esencialmente una aporía o, mejor, el hombre vive siempre aporéticamente. Razón o instinto, finito e infinito, estatismo o dinamismo, entendimiento o intuición, sincronía y diacronía... Rechazar uno de los términos del dilema para quedarse únicamente con el otro es quizá cosa más propia de doctrinarios que de imbéciles.
Toda la historia de la filosofía es el intento de examinar, de abordar este dilema eterno. Hegel, por ejemplo, intentó esta conciliación a través de su teoría de la Aufhebung o superación integradora. Más claro, o sin tanto terminacho, lo dijo Antonio Machado, cuando afirmaba que "todo es ir de lo Uno a lo Otro." Pues por eso me ha gustado el también barojiano, o el de su personaje, Paul Stolz.
Por cierto, el Casares, el diccionario ideológico de Julio Casares, define aporía como "estado de incertidumbre y duda." Pero esto sería bonita materia para otro artículo.
Y está uno muy de acuerdo con Baroja, sobre todo en ese también, que viene a unir o a conciliar las dos caras de la vida. Porque la vida humana es esencialmente una aporía o, mejor, el hombre vive siempre aporéticamente. Razón o instinto, finito e infinito, estatismo o dinamismo, entendimiento o intuición, sincronía y diacronía... Rechazar uno de los términos del dilema para quedarse únicamente con el otro es quizá cosa más propia de doctrinarios que de imbéciles.
Toda la historia de la filosofía es el intento de examinar, de abordar este dilema eterno. Hegel, por ejemplo, intentó esta conciliación a través de su teoría de la Aufhebung o superación integradora. Más claro, o sin tanto terminacho, lo dijo Antonio Machado, cuando afirmaba que "todo es ir de lo Uno a lo Otro." Pues por eso me ha gustado el también barojiano, o el de su personaje, Paul Stolz.
Por cierto, el Casares, el diccionario ideológico de Julio Casares, define aporía como "estado de incertidumbre y duda." Pero esto sería bonita materia para otro artículo.
martes, 21 de enero de 2014
1914-2014
jueves, 9 de enero de 2014
AY, MUNDO
El mundo no tiene arreglo,
porque el hombre no lo tiene.
Sin saber adónde va,
ignora de dónde viene.
porque el hombre no lo tiene.
Sin saber adónde va,
ignora de dónde viene.
lunes, 9 de diciembre de 2013
MENÉNDEZ PELAYO EN LEOPOLDO ALAS
En varios lugares de su obra crítica se ocupó Leopoldo Alas de Marcelino Menéndez Pelayo. No en vano habían sido condiscípulos en la Central de Madrid. Consta que la relación fue en todo momento cordial y amistosa. Cuando se encontraban, se saludaban dándose un abrazo. En general, Clarín fue reseñando con generosidad y simpatía casi todos los libros de su amigo.
Menos éste. A la Historia de los heterodoxos españoles no pudo por menos de ponerle serios reparos, que dejaban traslucir su disgusto. Y eso que no le regateaba elogios a su amigo, aun en medio de sus inexorables censuras:
O sea, que para Clarín, Menéndez Pelayo no era un ultramontano más, un ultramontano cualquiera, sino uno dotado de "inmenso talento".
Pero no por ello le ahorra al "joven profesor de literatura" los mandobles y estocadas de su agudísimo ingenio:
Y leyendo ahora estas cosas le asalta a uno un ataque de triple escepticismo. Ante todo, y más que nada, por uno mismo, porque, ¿a quién interesarán estas antiguallas decimonónicas hoy? ¿No se ve uno a sí mismo extraño interesándose por estas cosas? Claro que para vicios raros y querencias extravagantes, hay unas cuantas que son bastante más imaginativas y audaces.
Pero también escepticismo por la polémica en sí. ¿Quién llevaba razón? Hoy es el día en que aún unos dan la razón a uno y otros al otro. Esto, evidentemente, no es una partida de ajedrez, y nadie puede dar jaque mate a nadie.Y si lo da, no importa.
Y en el fondo, escepticismo por lo que disputan: el divertido asunto de si había o no había una filosofía original y nacional en España. Que menuda ocurrencia.
Menos éste. A la Historia de los heterodoxos españoles no pudo por menos de ponerle serios reparos, que dejaban traslucir su disgusto. Y eso que no le regateaba elogios a su amigo, aun en medio de sus inexorables censuras:
"Menéndez Pelayo ha estado irreverente, injusto y ciego hablando de los hombres que en España representan lo poco de ciencia y arte que tenemos; pues bien, yo daré de mano a los sofismas que podrían ayudarme para oscurecer el mérito del crítico ultramonano, y me esforzaré en demostrar que aun en ese estilo ligero, apasionado y sin orden, en que se trata del pensamiento libre en España, prueba que tiene inmenso talento, y confesaré que muchas veces pone el dedo en las llagas que debieran curar los liberales españoles."
O sea, que para Clarín, Menéndez Pelayo no era un ultramontano más, un ultramontano cualquiera, sino uno dotado de "inmenso talento".
Pero no por ello le ahorra al "joven profesor de literatura" los mandobles y estocadas de su agudísimo ingenio:
"Siempre que habla de filosofía se burla de los filósofos no católicos, como si él, además de no tener la caridad que merece el error, tuviese la sabiduría, la ciencia una y eterna, en los armarios de su casa, debajo de llave. No hace como otros que llaman malvados a los filósofos libre-pensadores, atribuyendo sus herejías a pura malicia, no; Menéndez Pelayo más bien cree que los filósofos son tontos, gentecilla que no siguen el catolicismo por falta de seso, por ligereza de cascos. Y así se ríe de ellos, no sin gracia, y no se toma siquiera el trabajo de demostrar por qué los filósofos se equivocan y él no."
Y leyendo ahora estas cosas le asalta a uno un ataque de triple escepticismo. Ante todo, y más que nada, por uno mismo, porque, ¿a quién interesarán estas antiguallas decimonónicas hoy? ¿No se ve uno a sí mismo extraño interesándose por estas cosas? Claro que para vicios raros y querencias extravagantes, hay unas cuantas que son bastante más imaginativas y audaces.
Pero también escepticismo por la polémica en sí. ¿Quién llevaba razón? Hoy es el día en que aún unos dan la razón a uno y otros al otro. Esto, evidentemente, no es una partida de ajedrez, y nadie puede dar jaque mate a nadie.Y si lo da, no importa.
Y en el fondo, escepticismo por lo que disputan: el divertido asunto de si había o no había una filosofía original y nacional en España. Que menuda ocurrencia.
martes, 3 de diciembre de 2013
VIAJEROS Y TURISTAS
De Arturo Cancela (Buenos Aires, 1892-1957), novelista y periodista hoy olvidado, creo que hasta en su propio país, la Argentina, leo al azar su librito de muy envidiable título, Campanarios y rascacielos, que la solapa del libro presenta como "un herbazal fantástico, una flora viviente, un ramillete encantado, suma absurda y paradójica de poesía, humorismo, realidades y sueños". Y me paro hoy en su artículo "Definición del turismo y del turista": Hace apenas cien años, un viaje era una aventura que se sabía cómo empezaba, pero no como podía terminar. El viajero de hoy, el "turista", sabe de antemano cuándo va a llegar, qué es lo que va a ver, cómo va a ser tratado y cuándo regresará."
Uno está por asentir del todo y pronunciar el amén, pero párrafos más abajo Cancela, algo paradójicamente, se pregunta: "¿Tienen algún valor las impresiones de un turista que no ha hecho más que pasar su vista sobre las gentes y las calles de un pueblo?" Para contestarse que eso depende del turista. "Porque -añade-, con frecuencia, no es la vecindad ni el contacto diario el modo más seguro de llegar a la médula de las cosas", pues -concluye- a veces "el ave peregrina que surca a gran altura el cielo de un país, lo conoce mejor que el campesino doblado toda la vida sobre su pedazo de tierra."
Lo que yo concluyo, por mi parte, es que jamás conseguiremos alcanzar a distinguir al viajero del turista o, quizá, mejor, que el turismo es la forma moderna del viaje.
Uno está por asentir del todo y pronunciar el amén, pero párrafos más abajo Cancela, algo paradójicamente, se pregunta: "¿Tienen algún valor las impresiones de un turista que no ha hecho más que pasar su vista sobre las gentes y las calles de un pueblo?" Para contestarse que eso depende del turista. "Porque -añade-, con frecuencia, no es la vecindad ni el contacto diario el modo más seguro de llegar a la médula de las cosas", pues -concluye- a veces "el ave peregrina que surca a gran altura el cielo de un país, lo conoce mejor que el campesino doblado toda la vida sobre su pedazo de tierra."
Lo que yo concluyo, por mi parte, es que jamás conseguiremos alcanzar a distinguir al viajero del turista o, quizá, mejor, que el turismo es la forma moderna del viaje.
martes, 2 de julio de 2013
ANÁLISIS SINTÁCTICO
Leo en FB los fragmentos, "rigurosamente inéditos", que está publicando la Fundación Archivo Rafael Cansinos Assens...
Aquí, de repente, me paro. ¿Cuál es el sujeto gramatical de esta oración? ¿Qué misterio encerrará estas apariciones? No cabe duda de que Cansinos, si su texto ha sido bien transcrito, consideró el sujeto el misterio y el complemento directo apariciones. Pero a mí me queda la duda... ¿El misterio encierra a las apariciones o las apariciones encierran un misterio? ¿Debe ir el verbo en singular o en plural? ¿O tal vez pueda ser lo uno y lo otro, según se mire?
Pues, francamente, no lo sé...
Ufff, y eso que ha sido uno profesor de lengua... Pero de eso hace ya tanto tiempo... Y, para colmo, otra duda. ¿No debería Assens llevar tilde sobre la é? ¿Assens o Asséns?
Call for papers.
Tras un calor sofocante, con frío y lluvia entramos en julio. La lluvia nos da unos sueños profundos, largos y al final tristes, de los que despierto como de la muerte... Desde hace algún tiempo, en ese final de sueño, se me aparece Concha Espina, ciega..., escribiendo a tientas..., en la claridad de la mañana... También soñé ayer, por vez primera, con Don Federico, el viejo pintor hemipléjico...
¿Qué misterio encerrará estas apariciones?
Aquí, de repente, me paro. ¿Cuál es el sujeto gramatical de esta oración? ¿Qué misterio encerrará estas apariciones? No cabe duda de que Cansinos, si su texto ha sido bien transcrito, consideró el sujeto el misterio y el complemento directo apariciones. Pero a mí me queda la duda... ¿El misterio encierra a las apariciones o las apariciones encierran un misterio? ¿Debe ir el verbo en singular o en plural? ¿O tal vez pueda ser lo uno y lo otro, según se mire?
Pues, francamente, no lo sé...
Ufff, y eso que ha sido uno profesor de lengua... Pero de eso hace ya tanto tiempo... Y, para colmo, otra duda. ¿No debería Assens llevar tilde sobre la é? ¿Assens o Asséns?
Call for papers.
miércoles, 19 de junio de 2013
LLAVES SIN DUEÑO
Esas llaves sueltas que todos guardamos en alguna cajita, sin saber qué cerraduras abren, o cierran... ¿para qué las guardamos? ¿Qué secretas esperanzas albergamos de que, no sé, algún día esa llave encuentre su cerradura....?
(Nota bene: Queda prohibida toda vulgar interpretación freudiana de la presente entrada.)
(Nota bene: Queda prohibida toda vulgar interpretación freudiana de la presente entrada.)
viernes, 7 de junio de 2013
LA ERÓTICA DEL SILENCIO
¿Noticias? Muchas. El ruido, o más bien el rugido, de la actualidad. ¿Comentarios? Para todos los gustos. Unos que sí, otros que no, y otros que ni sí ni no sino todo lo contrario.
¿Y tú? ¿Qué vas a decir tú? Porque se supone que tienes algo que decir sobre... casi todo. Que para eso eres, o finges ser, escritor.
Y sí, es verdad, algo tendría que decir, y aun mucho, sobre... casi todo. Pero, no. ¿Para qué? Porque lo cierto es que últimamente estoy descubriendo el valor de eso yo llamaría la erótica del silencio, como se habló alguna vez de la erótica del poder. Vamos, la atracción de la Trapa. O algo así.
¿Y tú? ¿Qué vas a decir tú? Porque se supone que tienes algo que decir sobre... casi todo. Que para eso eres, o finges ser, escritor.
Y sí, es verdad, algo tendría que decir, y aun mucho, sobre... casi todo. Pero, no. ¿Para qué? Porque lo cierto es que últimamente estoy descubriendo el valor de eso yo llamaría la erótica del silencio, como se habló alguna vez de la erótica del poder. Vamos, la atracción de la Trapa. O algo así.
viernes, 26 de abril de 2013
DÍA DEL LIBRO (RESACA Y OCTAVA)
Que haya un libro más... ¿qué importa al mundo?, exclamaba Espronceda...
¿Cómo..., que no era libro? ¿Que era cadáver? ¿Y qué más da? ¿Acaso la gran, la inmensa mayoría de los libros no serán un día, tal vez no muy lejano, cadáveres, quizás poco exquisitos cadáveres?
¿Cómo..., que no era libro? ¿Que era cadáver? ¿Y qué más da? ¿Acaso la gran, la inmensa mayoría de los libros no serán un día, tal vez no muy lejano, cadáveres, quizás poco exquisitos cadáveres?
jueves, 18 de abril de 2013
FANTASÍAS LEXICOLÓGICAS
Decididamente, la izquierda es una gran inventora de neologismos. Tanto, que se diría que la izquierda no sabría exisitir sin esta orgía perpetua de neologismos neoinventados. 'Intelectualidad' ya se quedó un poco antiguo, y un tanto rancio ya aquello de la socialización de lo medios de producción... Incluso hay algunos que han terminado por ser asumidos por la derecha, como igualdad o gratuidad. Pero ahí vienen otros nuevos a sustituirlos. Visibilidad, por ejemplo. (Se entiende que de las mujeres, porque todos los demás deberemos permanecer lo más invisibles y clandestinos posible, por la cuenta que nos trae). O sostenibilidad, que ahora todo ha de ser sostenible, vaya por Dios. (Si algo no es sostenible, me pregunto yo, si en verdad no se sostiene, ¿no se caerá por sí sólo?).
En cambio, la derecha carece de estas fantasías lexicológicas. Salvo algunos neologismos pertenecientes a la jerga de la economía, en lo demás se atiene a palabras tan consuetudinarias y normalitas como "principios", "moral", "derecho natural", "sentido común", y hasta a esa palabra o expresión que se ha vuelto tan incómoda: "vida humana".
En cambio, la derecha carece de estas fantasías lexicológicas. Salvo algunos neologismos pertenecientes a la jerga de la economía, en lo demás se atiene a palabras tan consuetudinarias y normalitas como "principios", "moral", "derecho natural", "sentido común", y hasta a esa palabra o expresión que se ha vuelto tan incómoda: "vida humana".
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