"Y se acercó sin prisa al capitán. Y cuando estuvo a dos pasos de él sacó sus documentos de identidad, se los extendió y habló.
- Capitán, soy el comandante jefe del Quinto Regimiento, el comandante Castro... ¿Quiere usted comprobarlo?
- Le conozco, comandante.
- ¿Qué ha ocurrido, capitán?
- Llegó borracho, casi cayéndose. Y cuando la guardia le pidió que se identificara, sacó la pistola y los amenazó. Sólo un milagro evitó que la guardia disparara sobre él... ¡Y está detenido, comandante!
- Capitán: la conducta del comandante Lister es injustificable; y una vergüenza para el Quinto Regimiento... Pero, estamos en un momento que debemos evitar todas las dificultades entre nosotros... ¡De usted para mí, Lister ha cometido un acto vergonzoso! Pero, públicamente, yo no puedo consentir que un comandante del Quinto Regimiento esté detenido como si fuera un forajido... ¿Me comprende, capitán?
- ¡Que traigan al comandante Lister!
Y llegó Lister. Lo traían dos de sus escoltas sujetándole por los brazos... Y llegó ante Castro y Cuartero...
- Cabrones... ¡Detenerme a mí!... ¡¡A Lister!!... ¡A Enrique Lister!... Voy a acabar con todos ustedes, a tiros... ¡Por perros fascistas!...
El capitán Cuartero estaba pálido.
Y hacía un esfuerzo terrible por dominarse.
La guardia estaba preparada para disparar pronto.
Castro se acercó a Lister... Se puso delante de él... Y le miró... Y le miró no como un comandante a otro comandante... ¡Le miró con los ojos del Partido!... Y le habló con el lenguaje del Partido.
- Camarada Lister: has cometido una grave falta, mejor dicho dos faltas graves: venir borracho en acto de servicio y faltar el respeto a la guardia, llegando hasta amenazarla con disparar sobre ella... Para cualquier comandante sería grave, para el comandante Lister, para el camarada Lister es gravísimo...
- Es que estos ca... bro... nes...
- Saluda, Lister.
Y Lister se llevó torpemente la mano al gorro. Y con el movimiento se tambaleó. Y los que lo sostenían le agarraron con ambas manos."
.......
(Enrique Castro Delgado, Hombres made in Moscú, Barcelona, Luis de Caralt, 1965, pp. 328-329)
Pobre Líster, pobre Machado, pobre Castro y... pobre España.
*** El capitán Cuartero era esa noche el jefe de la guardia del Ministerio de la Guerra.