LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

lunes, 23 de febrero de 2009

Himno a la Nada

El problema de colgar tus propios poemas en tu propio blog es que los corteses visitantes, e incluso los amables transeúntes, tienden invariablemente a elogiarlos como si fuesen salidos del mismísmo Góngora o del propio Petrarca.
Pero, en este caso, y agradeciendo de antemano la urbanidad de las visitas, y aun el prudente silencio de los que saben, cuelgo este poema-problema, empezado en noviembre de 2007 y terminado en septiembre de 2008 (según consta en mi libreta Moleskine). El poema es éste:

Sólo tengo conciencia de haber sido.
De que ya no soy más. De que se apaga
la débil llama, de que ya naufraga
la nave en que he surcado y he vivido.

Mis ojos, cuando miran, sólo ven
las cenizas de un fuego inexistente
que todo lo quemó cuando era ardiente
y devoró con furia el qué y el quién.

El pasado no existe y el incierto
futuro que me aguarda abre sus fauces
para volverme estiércol de su huerto.

Monstruo terrible de la negación,
bórrame en tu memoria hecha de olvido,
dame tu paz que es toda mi ambición.


¿Y el problema? El problema es que el soneto no refleja para nada mi pensamiento ni mis convicciones. Mucho menos de mi voluntad. Entonces, ¿por qué lo he escrito? ¿Será que la rima me ha llevado adónde no pensaba ir? ¿Será que a veces todos sentimos, aunque sea momentáneamente, la tentación de la autoaniquilación? ¿O quizás que dentro de un solo yo existen muchos yoes posibles agazapados y prestos a saltar?

Estos, verdaderamente, son unos versos muy borrosos. En todos los sentidos.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Todos somos muchos a la vez, amigo Baltanás, y a veces algunos de esos yoes afloran en el proceso de la escritura. Quienes te conocemos algo sabemos que no eres propenso al desahogo nihilista; pero tampoco lo era el autor del Eclesiastés, y ya ves las cosas que llegó a decir. La autenticidad es un valor añadido de la poesía, pero no puede ser nunca ni el propósito declarado del autor ni el criterio con el que juzgar un poema propio, ya que supondría una presunción de conocernos que, en la mayor parte de los casos, está fuera de lugar.

Tal vez tus dudas surjan del hecho de tratarse de un soneto, porque no hay soneto que no sea una encerrona, especialmente para quien lo escribe. No siempre para los lectores, por suerte, como es el caso.

Dal dijo...

Quevedesco y precioso.

Los elogios superlativos de nosotros, los legos en la materia, no son debidos a la cortesía sino probablente a la falta de paladar o de discernimiento.

Pero de verdad que me ha gustado mucho.

Outsider friar dijo...

SEguro que en este mismo momento el poema refleja el pensamiento y las convicciones de alguien. Lo curioso es el proceso de composición: días, meses...UNa palabra que, finalmente, encuentra una rima que encaja, la puerta que cierra con suavidad... ¿Terminado? Tal vez no. Tal vez un día cambien fauces u olvido, y sea, si cabe, más hermoso.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Si te sirve de consuelo, a mí me ocurrió que terminé un soneto nihilista y años más tarde cambié el último verso (cambiando el último, sale la esperanza). En vez de "Y en nada se adivina la alborada" puse "Y yo sigo aguardando tu alborada". Pero ahora que leo el tuyo y el comentario de Ariza, me dan ganas de dejarlo como estaba. Ese yo desesperado que habla también es uno, por mucha esperanza que tenga cinco minutos después. Un abrazo. Ah, y me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Tenga cuidado a ver si las famosas libretas Moleskine llevan a sus usuarios a escribir lo que no quieren.

Anónimo dijo...

El soneto refleja
tu pensamiento y tus convicciones;
y salta por encima
de las barreras que les pones.

Adaldrida dijo...

¡El segundo cuarteto es genial!
A veces tenemos que ser un poco oscuros, aunque no queramos...

María dijo...

Tu poema me ha traido a la memoria al maestro Pessoa "Nada soy, nada puedo, nada sigo..."
Un saludo