LA FRASE

"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad."

Sir Arthur Conan Doyle

viernes, 23 de agosto de 2019

MARINETTI O EL ARTE DE BENEFICIÁRSELAS



Quizá el mejor resumen del panfleto sobre la mujer del futurista en el frente Filippo Tommaso Marinetti lo hayan encontrado sus amigos y correligionarios Bruno Corra y Emilio Settimelli en el prólogo que escribieron conjuntamente para Cómo se seduce a la mujeres (Come si seducono le donne, 1917). Según estos, el libro se propone: «Combatir contra los fantasmas románticos que se llaman Mujer única, Amor Eterno, Fidelidad, es un intento de liberar nuestra raza latina de las corrosiones venenosas del claro de luna y de la sucia prisión de los celos.»
«Podría parecer con esto -prosiguen- que el libro de Marinetti […] es un documento de cinismo y de grosería. En cambio, es un libro de agasajo y de liberación a favor de la fuerza y la libertad de la mujer»
Entre tanto, Marinetti, de cama en cama, y entre aventuras sicalípticas que hay que suponer ficticias en su inmensa mayoría, nos desliza perlas como esta: «Le mujer que no cambia de macho se pone fea antes de tiempo, destruye su potencia magnética sexual y contribuye a deteriorar la raza.»
En fin, a qué seguir. Uno, que es de antiguo fiel partidario del axioma de Quohelet, ya saben, aquello de que bajo el sol nada hay nuevo, por mucho alarde de futurismo que quiera exhibir Marinetti, por mucho vanguardismo que muestre, no pertenece él sino a la larguísima saga de los lujuriosos y libertinos, a los que ya retrató Dante en su Infierno, con su amplia panoplia de trucos y recetas para lo mismo.
Eso sí, quizá contribuyó Marinetti con su grano de arena al desorden sexual actualmente vigente en nuestras sociedades. Pero la saga sigue. Después del futurismo, después de Marinetti.

(en  Caín&Abel Asociados, Sevilla, Los Papeles del Sitio, 2019)

miércoles, 7 de agosto de 2019

CUADERNOS DE HUMO VENTICINCO

Hilario Barrero, desde su refugio de Brooklyn, está manteniendo el fuego sagrado, a través de una labor humilde y sencilla, de la poesía secreta, esa que casi no suena y que desde luego no aparecerá nunca en la lista de los best sellers, ni siquiera entre los best sellers de poesía.
Hilario Barrero ha tenido la ocurrencia de escoger dos poemas míos para incluirlos en este número algo mágico que es el vigésimo quinto.
Y yo, orgulloso de figurar en tan cualificada compañía, me limito a mostrarlos, haciendo notar, así como de paso, que pertenecen a un libro de muy próxima aparición en la sevillana POESÍA AL ALBUR, con el título algo sombrío de Esta sombra que fui.



 [Litografía con que Hilario Barrero nos obsequia a los poetas participantes]